baloncesto
El Casademont Zaragoza despide a Jaume Ponsarnau
El club aragonés ha optado por cambiar al entrenador para intentar rectificar la negativa trayectoria del equipo. Aleix Durán dirigirá la plantilla hasta la contratación de un nuevo técnico.
El Casademont ha despedido este domingo a su técnico, Jaume Ponsarnau, quien abandona el banquillo después de haber dirigido 29 partidos oficiales de los zaragozanos -23 de la Liga Endesa y 6 de la FIBA Europe Cup-, con un balance desalentador. Deja tras de sí un equipo frágil, abatido, inconstante, con importantes desequilibrios en el juego y una irregularidad manifiesta en los dos lados de la pista; un bloque quebradizo atrás -encaja 83,2 puntos por partido-, pero también sin argumentos ofensivos, sin una propuesta colectiva solvente. Aleix Durán dirigirá la plantilla hasta la contratación de un nuevo entrenador. Además, Sergio Lamúa también se incorpora al cuerpo técnico.
La escuadra aragonesa se halla en una situación inquietante, de máximo riesgo, cuando sólo restan 11 partidos para el término de la competición regular. Una sola victoria le separa de las posiciones de descenso a la Liga LEB Oro, tras haber capturado el triunfo en ocho de sus 23 compromisos.
Toni Muedra, el nuevo director deportivo, se incorporó al club aragonés el pasado 8 de febrero, como sustituto de Pep Cargol, y entonces optó por no tomar medidas drásticas. Al contrario, quiso darle un margen de tres partidos a Jaume Ponsarnau, con la esperanza de que el equipo ofreciera claros síntomas de reacción. El técnico tuvo tres semanas de tiempo para trabajar con el grupo, ya que la Liga Endesa se detuvo por la celebración de la Copa del Rey, primero, y luego por los diferentes compromisos internacionales, con las selecciones inmersas en la fase de clasificación para el Mundial de 2023. Sin embargo, en el regreso del equipo a la competición, el Casademont ha seguido emitiendo señales muy negativas en su juego, y en la actualidad es un bloque desnortado, sin alma, sin carácter, sin fe. Con Ponsarnau, la plantilla nunca ha encontrado el camino correcto.
El cuadro aragonés, indeciso y timorato, sigue con su preocupante proceso, con su silueta desfigurada, y ha acentuado sus dudas en sus compromisos más recientes: cayó en Manresa (94-73), lastrado por un segundo cuarto desalentador; claudicó después ante el Gran Canaria (76-86), en el pabellón Príncipe Felipe, sometido por la notable contribución de Nico Brussino (21 créditos de valoración) y el devastador acierto ofensivo de John Shurna (24 puntos anotados, con 6 de 9 en los lanzamientos triples); y también perdió contra el Tenerife el pasado sábado (62-77), otra vez en casa, tras ser superado nuevamente en todos los órdenes del juego, con Huertas y Shermadini como principales ejecutores. Los argumentos de la plantilla no acaban de forjar un grupo sólido, competitivo y solvente, donde el aspecto colectivo prime sobre las individualidades.
Tras el duelo ante los insulares, la grada emitió su veredicto, con una sonora pitada al equipo y gritos de ‘Vete ya’ dirigidos al entrenador. Además de su indecisa trayectoria en la Liga Endesa, en el club tienen muy presente aún el fracaso protagonizado por el equipo en la FIBA Europe Cup, donde ni siquiera fue capaz de superar la primera ronda del torneo. En este sentido, el proyecto continental del Casademont Zaragoza se desmoronó drásticamente en noviembre, de manera inesperada, con una prematura y sonrojante eliminación: en la ronda inaugural sólo ganó dos partidos, uno de ellos cuando ya no tenía opciones de avanzar a la siguiente fase. Fue un revés considerable, de muy difícil justificación, que ya dejó muy deteriorada la figura del por entonces director deportivo, Pep Cargol, y que también erosionó sustancialmente la confianza hacia el técnico.
Ahora, finalmente, los directivos del Casademont sí han optado por el cambio de entrenador. Ponsarnau fue contratado el pasado verano, tras haber ocupado el banquillo del Valencia Basket los tres ejercicios anteriores. En su última temporada con los levantinos, el equipo acabó la competición regular en la cuarta posición de la tabla, superado únicamente por el Real Madrid, el Barcelona y el Lenovo Tenerife. Fue eliminado por el conjunto madridista (2-1) en las semifinales del ‘play off’ por el título, tras haber claudicado en los dos compromisos disputados en el WiZink Center. Anteriormente, el Valencia había ganado su eliminatoria de cuartos de final frente al Baskonia (2-1).
Mientras, la escuadra taronja había clausurado su participación en la Euroliga en la novena posición de la tabla, tras haber facturado 19 triunfos en los 34 encuentros disputados. En la máxima categoría nacional, Ponsarnau ha dirigido también al Manresa (2007-13) y al Gipuzkoa (2013-16), antes de incorporarse a la disciplina del Valencia Basket -primero como entrenador ayudante de Pedro Martínez, y después de Txus Vidorreta-.
Ponsarnau había sustituido en el cargo a Luis Casimiro, quien fue el tercer entrenador del Casademont Zaragoza en la anterior temporada: inició el curso con Diego Ocampo, que fue destituido el 10 de noviembre de 2020; llegó entonces Sergio Hernández, subcampeón mundial con la selección de Argentina, que dimitió el 15 de abril por motivos personales; y cerró la temporada Luis Casimiro, quien guió al equipo hasta la conquista de la medalla de bronce de la Champions League.
Con el cambio de entrenador, el club vuelve a maniobrar en busca de la reacción del equipo. La entidad ya realizó un importante esfuerzo, en el primer tramo de la temporada, para intentar mejorar los recursos de la plantilla. Entonces contrató a Adam Waczynski, Kenan Sipahi y Deon Thompson para suplir a los lesionados Santi Yusta, Jamel McLean y Omar Cook, y posteriormente reforzó nuevamente el equipo con el fichaje de Jordan Bone. Sipahi y McLean abandonaron la entidad, señalados por su bajo rendimiento.
