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El fortín del Casademont Zaragoza

En el presente ejercicio, seis de los ocho triunfos del Casademont se han producido en el pabellón Príncipe Felipe. 

El alero Matt Mobley, en el partido ante el Baxi Manresa en el pabellón Príncipe Felipe.
El alero Matt Mobley, en el partido ante el Baxi Manresa en el pabellón Príncipe Felipe.
Oliver Duch

Desde su irrupción en la Liga Endesa, el Casademont se ha distinguido por su fortaleza como local. Ha edificado gran parte de sus éxitos en el pabellón Príncipe Felipe, un escenario intimidante, muy exigente, prácticamente inabordable, donde sus rivales se han manejado casi siempre con una dificultad manifiesta. Históricamente, los aragoneses han obtenido en su feudo victorias concluyentes, muy estimables, de una importante repercusión, ante rivales de mucho mayor potencial como el Barcelona, el Real Madrid, el Valencia Basket, el Baskonia o el Unicaja de Málaga. Y ahora, en un curso de intermitencias, altibajos y grandes decepciones, es precisamente en casa donde los zaragozanos están construyendo la salvación: de sus ocho triunfos actuales, seis los ha facturado al abrigo de sus aficionados, donde, salvo excepciones, viene exhibiendo su versión más sólida y eficaz.

En este contexto, el Casademont jugará en el pabellón Príncipe Felipe sus dos próximos compromisos, lo que eleva considerablemente sus opciones pese a medirse, de manera consecutiva, con dos sólidos aspirantes a participar en los ‘play off’. Su primer obstáculo atiende al Gran Canaria (domingo, 20.00). La escuadra que dirige Porfirio Fisac ha rectificado, por fin, su indecisa trayectoria en el torneo doméstico, tras haber sumado el triunfo en sus dos actuaciones más recientes.

En este sentido, superó con dificultad al Monbus Obradoiro (71-69), en el partido aplazado de la jornada 17, y se impuso después al Urbas Fuenlabrada (79-60), para acabar con un tramo especialmente improductivo en la Liga Endesa. Antes de esas dos victorias, los grancanarios habían encadenado hasta siete derrotas, al haber claudicado con Tenerife (98-89), San Pablo Burgos (82-89), Manresa (80-82), Bilbao Basket (95-80), UCAM Murcia (83-100), Valencia (91-62) y Manresa (91-72).

Posteriormente, el cuadro aragonés recibirá al Tenerife (12 de marzo, 18.00), uno de los mejores conjuntos de la competición. Los de Txus Vidorreta se alinean en la actualidad en la quinta posición de la tabla, con un balance de 11 triunfos y 8 derrotas en los 19 encuentros disputados. Tienen pendientes aún los partidos contra el Real Betis, en el pabellón Santiago Martín, y frente al Valencia Basket, en La Fonteta, correspondientes a las jornadas 18 y 20 del campeonato regular.

El tenerife vive ahora un periodo muy positivo, tras haber facturado tres victorias de manera consecutiva en la Liga Endesa –ante el San Pablo Burgos (73-81), el UCAM Murcia (87-71) y el Joventut de Badalona (58-74)–.

Pero el Casademont actuó en su feudo, y ahí eleva notablemente sus prestaciones. Inició la temporada en casa, ante el Manresa (98-91), con una actuación colectiva muy convincente, y con Mobley y Waczynski -ambos con 17 tantos- como principales brazos ejecutores. El equipo zaragozano también se impuso al Breogán (79-75), en el pabellón Príncipe Felipe, en la séptima jornada, tras un partido loco, intenso y emocionante, que se resolvió en los compases finales y que pudo inclinarse favor de cualquiera de los contendientes. Stan Okoye, con 22 puntos y 7 rebotes, lideró el triunfo ante los gallegos.

Posteriormente, el Casademont doblegó al Real Betis (82-72), un rival directo en la lucha por la salvación, en un duelo que gobernaron los zaragozanos de principio a fin. Tryggvi Hlinason fue un azote para los andaluces, en la tercera victoria como local de los aragoneses, con 11 tantos y 7 capturas en apenas 11 minutos de juego.

El siguiente triunfo en casa, que se demoró hasta la decimoquinta jornada, fue de rango mayor: se produjo contra el Baskonia (97-79), uno de los conjuntos más rutilantes del panorama europeo, que sin embargo se quedó sin respuestas ante el extraordinario despliegue de los zaragozanos. Mobley fue el jugador más productivo, con 20 puntos anotados en los 25 minutos que permaneció sobre la pista, seguido por Jordan Bone, quien facturó 15 tantos, 3 rebotes y 4 asistencias. Fue uno de los partidos más completos de la temporada por compromiso, intensidad, perseverancia, dinamismo, clarividencia, velocidad y juego colectivo.

Los zaragozanos cerraron la primera vuelta el 26 de enero, en el pabellón Príncipe Felipe, en un partido que se había aplazado hasta en dos ocasiones por la pandemia del coronavirus. Y el Casademont destrozó al UCAM Murcia (91-78), una de las revelaciones de la presente campaña, tras protagonizar una formidable remontada tras el descanso. De hecho, firmó un parcial de 53-30 en la segunda mitad, impulsado por el devastador acierto de Adam Waczynski. El polaco, muy incisivo, ocupó el centro de la escena con una actuación colosal: alcanzó los 29 créditos de valoración, fundamentados en 19 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias, sin fallo alguno en sus lanzamientos.

El último triunfo en casa se produjo el pasado 2 de febrero, ante el Unicaja de Málaga (93-82), con Deon Thompson exhibiendo por fin su verdadera dimensión. El pívot sumó 21 créditos de valoración en 20 minutos de juego. El Casademont completó un primer periodo magistral, y luego supo resistir el empuje de su adversario. Desde entonces, los aragoneses no han regresado a fortín.

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