baloncesto

Casademont Zaragoza: el peaje del primer cuarto

El equipo aragonés está lastrado por sus malos inicios de partido, lo que después le obliga a un desgaste superior.  

Jaume Ponsarnau, entrenador del Casademont Zaragoza.
Jaume Ponsarnau, entrenador del Casademont Zaragoza.
Toni Galán

Las actuaciones del Casademont Zaragoza presentan un denominador común: su facilidad para desencajarse ya en el primer cuarto, víctima de su indolencia defensiva, su falta de intensidad, sus desequilibrios, sus continuas desatenciones y su impericia en sus acciones de ataque. Tras la celebración de 21 jornadas, solamente en cinco ocasiones gobernaba el marcador a los 10 minutos de juego. En el resto de sus compromisos, los aragoneses siempre han ido a remolque, contracorriente, obligados a un desgaste superior para poder aspirar al triunfo.

En este aspecto, existen datos especialmente significativos. En 10 encuentros de la Liga Endesa, el conjunto de Jaume Ponsarnau cerró el acto inaugural con 15 o menos puntos facturados; un diáfano indicador de sus dificultades ofensivas, de su incapacidad para generar ventajas y encontrar situaciones ventajosas para anotar. Un lastre gigantesco que arrastró en los duelos en casa ante el San Pablo Burgos (14-19), el Valencia Basket (13-15), el Real Madrid (15-20), el Fuenlabrada (14-25), el Breogán (14-14) y el UCAM Murcia (13-22), y también en sus desplazamientos a Tenerife (29-11), Madrid (28-7), Fuenlabrada (26-11) y Manresa (17-15).

Hasta ocho de estos 10 compromisos se saldaron finalmente con una derrota. El Casademont únicamente sacó adelante los choques frente al Breogán (79-75) y al UCAM Murcia (91-78), celebrados ambos en el pabellón Príncipe Felipe. Contra los gallegos, lo hizo tras un partido loco, intenso y emocionante, que se resolvió en los compases finales y que pudo inclinarse favor de cualquiera de los contendientes; y contra los murcianos, el equipo de Jaume Ponsarnau reaccionó con contundencia tras el descanso, con los puntos de Waczynski (19) y de Jordan Bone (17), para acabar conquistando la victoria con un parcial de 53-30 forjado en la segunda mitad.

Especialmente negativos resultaron los inicios protagonizados por el cuadro aragonés en Tenerife (29-11), Gran Canaria (27-17), Santiago de Compostela (32-19), Fuenlabrada (26-11) y Madrid (28-7), donde se desencajó ante las primeras adversidades y nunca alcanzó la altura requerida para competir.

Preocuparon, sobre todo, los encuentros ante el Obradoiro y el Fuenlabrada, al tratarse de dos rivales directos en la lucha por la salvación. En Santiago, el Casademont emitió señales muy negativas en su juego, y fue permanentemente superado por un rival que compareció con las bajas de Beliauskas y Álex Suárez, y que vivía por entonces un tramo improductivo: había perdido cinco de sus últimos seis encuentros, y el único triunfo se había producido ante el colista, el Real Betis. Pese a todo, los zaragozanos encajaron un parcial de 32-19 en los 10 primeros minutos, lo que condicionó el posterior desarrollo de la contienda.

Y en la pista del Fuenlabrada, fue una derrota por incomparecencia, tal y como evidenciaba el marcador (26-11) al cierre del primer acto. Los madrileños se manejaron siempre con una facilidad imprevista, pese a contar con la notable ausencia de Obi Emegano –su máximo anotador y el tercer jugador más productivo de la Liga Endesa, con 17,1 tantos facturados por duelo–. El Casademont nunca optó a la victoria. Finalizó el partido con 19 pérdidas de balón y una efectividad del 11% en los lanzamientos triples, tras haber convertido 3 de sus 26 intentos.

El Fuenlabrada ya se había impuesto en el pabellón Príncipe Felipe, en el partido de la primera vuelta, en otro duelo marcado por el deficiente inicio de partido de los zaragozanos. Pese a la trascendencia del choque, el equipo aragonés de nuevo compareció con dudas, con su silueta desfigurada, con su habitual aspecto enfermizo, y se encontró con una desventaja de 11 puntos (14-25) a los 10 minutos de juego.

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El panorama se repite con demasiada frecuencia. Su desalentador primer cuarto, su defectuoso inicio de partido, está lastrando el rendimiento de los zaragozanos en el curso actual. De hecho, el Casademont solamente ha ganado el primer cuarto en cinco ocasiones, y en cuatro de ellas finalizó el duelo con victoria –siempre en el pabellón Príncipe Felipe. Sucedió contra el Manresa (22-20), el pasado mes de septiembre, en la primera jornada del campeonato, y posteriormente en los partidos ante el Real Betis (24-17), el Baskonia (28-15) y el Unicaja de Málaga (26-11).

El cuadro aragonés también iba por delante en el marcador en Málaga, al cierre del primer acto (19-20), en el partido de la primera vuelta –jornada 16–; pero entonces acabó claudicando, de manera sonrojante, tras sufrir un desplome sorprendente en la última media hora del choque. Los andaluces, de hecho, sumaron hasta 112 puntos sin necesidad de prórroga (112-72).

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