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Santi Pérez, director de cantera del Casademont Zaragoza: "Queremos que todos nuestros canteranos se sientan valiosos"

El técnico, máximo responsable de la cantera del Casademont, subraya "la ética de trabajo" de los jóvenes valores del club y la buena salud del baloncesto aragonés

El entrenador aragonés Santi Pérez, responsable de la cantera del Casademont Zaragoza, ayer en la sede del club.
El entrenador aragonés Santi Pérez, responsable de la cantera del Casademont Zaragoza, ayer en la sede del club.
Oliver Duch

Su andadura es firme, exitosa, convincente. En el baloncesto formativo y en el profesional. Santi Pérez se incorporó el pasado verano al Casademont Zaragoza, procedente del Valencia Basket, como máximo responsable de las categorías base de la entidad. Un reto exigente, de rango mayor, al tratarse de una cantera admirada y alabada en el panorama continental, muy codiciada por los más grandes equipos, y que además ha resultado especialmente productiva en las últimos temporadas.

Santi Pérez ha sido técnico ayudante del Valencia Basket femenino los tres últimos ejercicios. En el curso más reciente, se proclamó campeón de la Eurocup con las levantinas, además de subcampeón de la Liga y de la Copa. Anteriormente, el zaragozano había sido entrenador ayudante en el Mann Filter, en la élite nacional, y en el Planasa Navarra, en la LEB Oro, después de haber dirigido en categorías formativas al CBZ, al Boscos y al Alierta, entre otros equipos, y de haber coleccionado éxitos nacionales con las selecciones de Aragón.

¿Qué le atrajo del proyecto del Casademont Zaragoza?

Salí del Valencia Basket por un tema estrictamente familiar, y fue entonces cuando el Casademont me propuso incorporarme a su estructura. Todo lo que me comentaron me apasionó desde el principio, porque era baloncesto, era mi ciudad y era el club de referencia. Se trata de un proyecto apasionante.

Alocén, Pradilla, Vit Krejci, Javi García, Jaime Fernández… La cantera ha vivido una etapa especialmente fructífera.

Lo primero que denota es, sin duda, lo bien que se ha venido trabajando hasta ahora en las categorías inferiores del club. Las cosas no salen por generación espontánea.

¿Hablamos de una generación irrepetible?

Aunque está claro que será difícil alcanzar esas metas y esos nombres, nosotros esperamos continuar esa exitosa tendencia. Sin exigirme los mismos resultados, el mensaje que me trasladan desde la dirección es muy claro al respecto: se me pide, sobre todo, que ponga los medios y el trabajo para que no se nos pase ningún talento en Aragón. Vamos a poner los medios, y el resultado ya lo iremos valorando.

El listón, en cualquier caso, está muy elevado. Y más cuando se ha reducido el número de jugadores becados...

Es algo que no me preocupa, de verdad. Mi línea argumental es el trabajo, tratar de una manera profesional todo aquello que haga. El Casademont ya me comunicó, desde el primer momento, que el número de jugadores becados se iba a reducir de manera drástica, pero se puede mirar también como una oportunidad; la oportunidad de reforzar aún más el talento aragonés.

El club se expone a perder a sus mejores activos, a las primeras de cambio, después de haber invertido tiempo, dinero y esfuerzo en la adecuada formación de sus jóvenes promesas. ¿Cómo se combate esa fuga?

Nuestra misión es cuidar bien a nuestros canteranos, que no se echen a perder. Y ahí incluyo a todos los jugadores de nuestra cantera, no solamente a los considerados ‘top’. Hay que tratarlos lo mejor posible para que esa decisión de marcharse, si se produce, sea lo más tardía posible. Queremos que todos los jugadores de nuestra cantera se sientan valiosos. Y que todos dispongan de todo lo necesario para progresar.

Aday Mara representa el mayor proyecto de futuro de la cantera.

Por su proyección física, necesita fortalecer determinadas articulaciones que en otro chico de su edad no tendrían tanta exigencia. En el club se han hecho muy bien las cosas con él, ya que ni se han quemado etapas ni se han precipitado en las decisiones. La familia y su entorno, en ese aspecto, han ayudado mucho, porque nunca han querido correr. Es un chico que por su potencial deslumbra a todos. Ojalá pueda estar muchos años con nosotros.

¿Preocupa su sobresaliente exposición mediática?

No. Antes de mi incorporación, el Casademont ya manejaba a la perfección todas estas situaciones, por lo que no he tenido que marcar ninguna directriz diferente en este aspecto, ni a los entrenadores ni a las familias. Al final, lo más importante es la institución. Y los chicos son chicos, no hay que olvidarlo nunca. Nosotros contamos con un área de desarrollo personal, y observamos cómo los canteranos van gestionando en el día a día los diferentes escenarios a los que se enfrentan. Además, en el caso de Aday su familia es muy razonable.

Al margen de Aday, ¿qué otros canteranos pueden acceder a la élite a medio plazo?

Obviamente, y dentro de la alta exigencia general, hay unos jugadores en los que ya estamos centrando unos esfuerzos de trabajo extra, como Lucas Langarita o Pavle Stosic. Junto a Aday, ellos salen en todas las quinielas para convertirse en jugadores profesionales. Tenemos otros canteranos que también van apareciendo, aunque su proceso es algo diferente. En algunos casos hay chicos pendientes aún de desarrollarse, de hacer el cambio físico.

¿Y en el caso del baloncesto femenino?

Aunque es una sección de reciente creación, entre las chicas también existe un gran potencial. Hay jugadoras que venían destacando en su momento en sus clubes, y que luego siguieron creciendo con el trabajo anterior de Sergio Josa, quien participó en el nacimiento de esa cantera. Hay chicas que prometen mucho y que trabajan de manera admirable. Tanto en el masculino como en el femenino, es digno de elogio el acertado desempeño que realizan los clubes y colegios de la Comunidad.

¿Cómo están respondiendo los jóvenes valores?

Hay muchos motivos para ser optimistas, Una de las cosas que más me ha sorprendido es la ética de trabajo de los jugadores de la cantera, tanto en el masculino como en el femenino. Su predisposición es máxima.

¿Cuáles son los requisitos imprescindibles para convertirse en un jugador profesional?

Lo fundamental es el trabajo. Sin trabajo, resulta prácticamente imposible llegar. Además, un jugador tiene que ser entrenable, receptivo, estar dispuesto a que le corrijan, a que le exijan. También debe encontrar un espacio, una entidad o un club que dé los pasos adecuados. Y partir de ahí, entra también el componente suerte. Y ahí me refieron a estar en el sitio y en el momento adecuados, en jugar con un entrenador que confíe en ti, en no tener lesiones largas, en recuperarte bien si tienes una…

¿Qué perfil buscan cuando fichan a un jugador?

Debemos quitar el cliché de que quienes ya han destacado en otros clubes son los que, precisamente, van a pasar al Casademont. Todo el mundo puede cumplir con nuestros parámetros, que son el talento, la capacidad de trabajo, la proyección física, cómo se relaciona con su entrenador, cómo se comporta en los campeonatos... No vamos simplemente a por los diez o doce jugadores que destacan de una generación, que obviamente sí que los tenemos en cuenta, sino que buscamos también otros muchos parámetros.

¿Y en los entrenadores?

Lo primero, que para mí resulta innegociable, es que nuestros entrenadores tengan la misma capacidad de trabajo y esfuerzo que les pedimos a los jugadores. Que el Casademont contacte con un entrenador debería ser un motivo de orgullo para ellos, además de un premio a su trayectoria y un acicate más para seguir trabajando y mejorando. Deben saber que la formación y la preparación van unidas; que hay que echarle muchas horas en la pista, pero también muchas otras fuera de ella; y deben preocuparse al máximo por el jugador.

¿Cómo valora el convenio entre el Casademont Zaragoza y el Levitec Huesca?

Evidentemente, es algo muy positivo. Las relaciones son buenas entre las dos instituciones, ambas aragonesas. Gracias a este convenio, hay jugadores que ahora se hallan en la dinámica de trabajo del Huesca, pero que también pueden estar disponibles para la ACB. Es un espacio más del que disponen para que puedan entrenar, mejorar, ir creciendo, vivir nuevas experiencias...

Lo mismo sucede con el equipo de la Liga EBA.

Ahí estamos compitiendo, mayoritariamente, con júniors de primer año. Chicos de 16 años, o de 17 recién cumplidos, que ya están jugando contra jugadores de 30 o 35 que cuentan, además, con experiencia en la LEB Oro. El equipo de la Liga EBA nos permite un desarrollo para los más jóvenes. En el caso del Huesca, nos aporta una salida muy positiva para determinados canteranos; un trabajo de más calidad, porque hablamos ya de minutos en una competición profesional.

La Fundación es otro de los grandes activos del club.

Es un fenómeno maravilloso, un motivo de orgullo. Ya estaba cuando llegué. Ese trabajo, coordinado ahora por Miguel Giménez, es increíble, muy valioso; nos permite disponer de una gran base de jugadores y de jugadoras. Este año ya tenemos el primer ejemplo de ello, con la incorporación a uno de nuestros equipos infantiles de un chico salido de la Fundación. En este club me han sorprendido muchas cosas, todas de manera muy positiva.

¿Se alegra, entonces, de haber venido?

Por supuesto. Más aún cuando he encontrado correlación entre lo que me dijeron, para lo que me ficharon y lo que se hace en el día a día. Me he encontrado con unos dirigentes preocupados con todo lo que pasa en todos los estamentos del club, con una organización muy seria en todos los ámbitos. Yo, sinceramente, estoy muy agradecido a Reynaldo Benito (presidente), a Javier Gastón (gerente) y a Fernando Ramiro (consejero) por su respaldo y por todas las facilidades que me están dando para trabajar.

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