baloncesto

Casademont Zaragoza: suspenso en la primera vuelta

El equipo aragonés alcanza el ecuador de la temporada con seis victorias en 17 partidos. Los zaragozanos, además, quedaron fuera a las primeras de cambio en la FIBA Europe Cup. 

Hans Vanwijn intenta anotar en el partido de la Liga Endesa ante el Fuenlabrada.
Hans Vanwijn intenta anotar en el partido de la Liga Endesa ante el Fuenlabrada.
FRANCISCO JIMENEZ PHOTOGRAPHY

El Casademont sigue con dudas, con su silueta desfigurada. Alcanzado ya el ecuador de la temporada, el cuadro aragonés continúa inmerso en un periodo de incertidumbre y desconfianza que, además, se ha acentuado en sus compromisos más recientes con los oprobios de Málaga y Madrid: ante el Unicaja, los zaragozanos claudicaron por 40 puntos de distancia (112-72), tras experimentar un desplome sorprendente en la segunda mitad; y el pasado domingo, en la pista del líder, protagonizaron el peor inicio de partido de toda su historia, con un parcial adverso de 28-7 en los 10 primeros minutos que, irremediablemente, condicionó el posterior desarrollo de la contienda (94-69).

El Casademont ha completado una primera vuelta deficiente, bajo mínimos, a falta de medirse aún con el UCAM Murcia, en el partido de la decimoséptima jornada del campeonato. El duelo, programado inicialmente para el 9 de enero, se aplazó tras haberse detectado cinco casos de covid en la plantilla murciana, y se celebrará el próximo día 26. El equipo aragonés se alinea en la actualidad en la decimotercera posición de la tabla, con seis triunfos capturados; aunque con sólo dos partidos de margen con la zona de descenso a la la Liga LEB, habiendo jugado dos encuentros más que la mayoría de sus perseguidores. Una situación inquietante, de riesgo, que resulta más comprometida aún tras las actuaciones de Málaga y Madrid, donde los zaragozanos presentaron una involución asombrosa en todos los órdenes del juego.

El Casademont, de hecho, no ha respondido a las expectativas generadas en la mayoría de sus actuaciones. Sobre todo en la FIBA Europa Cup, torneo en el que se estrenaba en el presente curso y del que, contra todo pronóstico, fue eliminado a las primeras de cambio. Los zaragozanos, en este sentido, sólo sumaron dos victorias en la primera fase de la competición continental. El conjunto aragonés inició su participación en Rusia, en la pista del Avtodor Saratov, con una contundente derrota (100-80). Luego superó al Hapoel Gilboa (90-91) en Israel, pese a jugar otro mal partido, y claudicó después en Italia contra el Reggio Emilia (76-67). Lejos de reaccionar, el Casademont comenzó la segunda vuelta con otro revés frente a los rusos (86-92), ahora en el pabellón Príncipe Felipe; para cerrar su participación en el torneo con un tropiezo en casa ante los israelíes (78-80) y un triunfo ante los transalpinos (82-77).

En el torneo doméstico, el equipo de Jaume Ponsarnau contabilizó dos victorias en las dos primeras jornadas, contra el Baxi Manresa (98-91) y el Bilbao Basket (76-100), emitiendo además señales muy positivas en su juego. Sin embargo, la plantilla se desencajó después, de manera imprevista, para vivir un periodo enrevesado, especialmente improductivo: dobló la rodilla en nueves de sus siguientes once partidos, lo que incrustó al equipo zaragozano en las últimas posiciones de la clasificación. Un tramo adverso en el que, al menos, el Casademont sí fue capaz de imponerse al recién ascendido Breogán (79-75) y también al Real Betis (82-72), actual colista del campeonato.

Por el contrario, los jugadores zaragozanos cedieron en casa contra el San Pablo Burgos (54-75), el Valencia Basket (70-76), el Real Madrid (65-86) y el Fuenlabrada (74-85), e hicieron lo propio en sus desplazamientos a Tenerife (90-65), Barcelona (76-63), Gran Canaria (79-76), Badalona (84-78) y Santiago de Compostela (87-82).

Posteriormente, el Casademont tuvo dos destellos convincentes para cerrar el año 2021, que se tradujeron en los triunfos ante el Andorra, en el Principado (83-92), y contra el Baskonia, en el pabellón Príncipe Felipe (97-79). Fueron dos victorias de altura, muy meritorias, que aportaron oxígeno al cuadro aragonés en otro momento de dudas e inseguridades. Cuando el Casademont parecía, por fin, haber encontrado el camino correcto, el Unicaja (112-72) asestó una puñalada perniciosa al corazón de la plantilla aragonesa, el pasado 4 de enero, en el primer duelo de 2022. El equipo zaragozano ha vuelto a las andadas, y su rendimiento vuelve a estar lastrado por su inconsistencia y su manifiesta irregularidad. El choque del pasado domingo en Madrid (94-69), en el partido que abría la segunda vuelta, reflejó el estado anímico de un equipo indeciso y timorato, que se desencaja ante las primeras adversidades.

Eso sí, la plantilla ha sufrido importantes contratiempos en forma de lesiones. Comenzó la temporada sin Santi Yusta ni Omar Cook, dos piezas determinantes que no pudieron reaparecer hasta el pasado mes de diciembre; y posteriormente perdió a Stan Okoye, el segundo máximoa anotador del equopo, quien permanecerá fuera de las pistas al menos hasta mediados de abril. De momento, al Casademont suspende en la primera vuelta de la competición. Está siendo un curso de angustia, de un sufrimiento inesperado.

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