baloncesto

El gran salto del Casademont Zaragoza femenino

El club zaragozano, con solo dos años de presencia en la élite del baloncesto femenino, acelera su progresión con una meritoria clasificación virtual para la Copa de la Reina. 

Anna Cruz penetra en la zona botando sobre su mano izquierda.
Anna Cruz penetra en la zona botando sobre su mano izquierda.
Toni Galán

Apenas un año y unos meses en la élite, y ya entre las mejores del baloncesto femenino español. Lo que iba a ser un camino lento pero seguro, se ha acelerado con la clasificación para la Copa de la Reina, la competición que reunirá en Valencia del 24 al 27 de marzo a los ocho mejores equipos de la Liga Femenina al cierre de la primera vuelta. A ese certamen que aglutina a la jerarquía de este deporte en España, acudirá por primera vez el Casademont, confirmando la progresión del conjunto aragonés en la máxima categoría.

Sin la presencia de dos jugadoras vitales, como María Kostourkova y Antonia Delaere, a causa de sendos positivos por covid, el Casademont ató su clasificación sacando adelante el encuentro en Logroño ante un rival directo como el Campus Promete (53-62). Salvo que el Araski venza en sus dos últimos encuentros al Baxi Ferrol y al Valencia por un global de más de 70 puntos, hecho más que improbable, el triunfo capturado en Logroño significará la anhelada clasificación copera. Además, y sobre todo, la plasmación del súbito crecimiento de la entidad en la Liga Femenina.

El Casademont apareció el pasado curso en la élite femenina. Ya había creado equipos de base, pero el agotamiento del proyecto del Stadium Casablanca hizo que el club asumiera la plaza stadiumista en la máxima categoría, en un acuerdo también fomentado por las instituciones. Nacía un proyecto nuevo, ilusionante. Sin embargo, la tardanza en cuajar la operación le restó un tiempo precioso al Casademont, que llegó tarde al mercado nacional. Firmó algún nombre refulgente (Markeisha Gatling, Laura Nicholls...), pero el equipo de la pasada temporada evidenciaba las prisas con que fue construido.

Este año se pudo planificar con más tiempo. Apenas quedan Anna Cruz, Aminata Sangare y Zoe Hernández del pasado ejercicio liguero. Llegó desde Lugo el nuevo técnico, Carlos Cantero. Con él, retorno a Zaragoza Vega Gimeno, una ‘4’ que juega de todo. Además, Cantero se trajo también a Merritt Hempe, una pívot con oficio. Desde el Guipúzcoa vinieron Antonia Delaere y Lara González. Con Sierra Calhoun, María Bettencourt, María Kostourkova y la canterana Ani Calvo quedó completado un róster verdaderamente competitivo, que, cuando ha sido necesario, ha recurrido a las prometedoras Villamor, Julia y Ana Taínta.

Así, antes de lo previsto, ha aparecido la punta de un iceberg muy sólido, de una pirámide de equipos que, desde la categoría preinfantil hasta el filial senior, anuncian un futuro prometedor. Igual que el Casademont masculino saltó a la élite del baloncesto de cantera con la Generación Z, el trabajo con la base advierte de un brillante futuro edificado con las jugadoras aragonesas que vienen pegando fuerte en las categorías inferiores. Talentos como Claudia Lostal, Amanda Lindo, Crucelaegui o Leire Urdiáin representan el porvenir de un Casademont que ya ha dicho presente entre las mejores. Valencia, Perfumerías Avenida de Salamanca y Girona continuarán gobernando la Liga Femenina merced a presupuestos que multiplican el del resto de equipos. Como alternativa, el Casademont ya ha pedido la vez. Ese es el verdadero brindis de un equipo ya clasificado para la Copa de la Reina.

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