Tenis
Conchita Martínez: "El reconocimiento de los compañeros es lo más grande"
La aragonesa está viviendo un 2021 "increíble". Esta misma semana fue escogida mejor entrenadora de la temporada y en julio ingresó en el Salón de la Fama del Tenis Internacional, la máxima distinción que otorga el deporte de la raqueta.
En el año que se consume, Conchita Martínez (Monzón, 1972) ha ingresado en el Salón de la Fama del Tenis Internacional y ha sido elegida mejor entrenadora de la temporada. La primera distinción, la máxima que otorga el deporte de la raqueta, valora lo conseguido durante su brillante trayectoria como jugadora. La segunda, anunciada esta misma semana por la WTA (organismo que dirige el circuito femenino), reconoce su buen hacer al frente de la carrera de Garbiñe Muguruza, que en 2021 ha vuelto al primer plano al conquistar tres títulos, entre ellos el de Maestras, y escalar al tercer puesto del ranquin mundial.
¿Dónde se enteró de que había sido escogida entrenadora del año?
Me pilló en el gimnasio, trabajando. Estoy en Marbella, haciendo la pretemporada con Garbiñe, y estaba con todo el equipo en el gimnasio cuando me lo comunicaron. Por suerte, pude compartir el éxito con ellos en seguida.
¿Qué significa este nombramiento?
Supone una enorme satisfacción. Es la recompensa a todo un año de trabajo duro, en el que las circunstancias, debido a la pandemia, han sido complicadas. El reconocimiento de los compañeros de circuito es lo más grande a lo que puede aspirar cualquier profesional. Al final, los entrenadores son los que votan. Y que reconozcan así tu trabajo es fantástico.
¿Cómo es el día a día de la Conchita entrenadora?
Ahora, en plena pretemporada de Garbiñe, son todo entrenamientos tenísticos y físicos. Me levanto, desayuno y ya nos vamos para el Club de Tenis Puente Romano (Marbella) a preparar todo. Por la mañana solemos salir a la pista y por la tarde hacemos gimnasio. Mi trabajo está centrado, plenamente, en seguir la jornada de entrenamiento de Muguruza.
¿Cuál ha sido la clave del relanzamiento de Garbiñe este año?
No hay mucho secreto. Cuando alguien tiene calidad, y ella tiene mucha, los resultados terminan llegando. Empezó bien la temporada; después sufrió algunos problemas debido a las lesiones; y el final, gracias a su constancia, ha sido sobresaliente. Ha jugado varias finales, terminando como número 3 del mundo. Increíble.
Ambas han demostrado que, en ocasiones, segundas partes sí son buenas.
Así es. En 2017 ya estuvimos juntas y, aunque no era su entrenadora a tiempo completo, trabajamos durante varias semanas. Además, también la conozco de la Copa Federación y, una vez que nos hemos puesto a trabajar a tiempo completo, han llegado los resultados. Este es el tercer año que vamos a comenzar juntas.
¿Vive sus éxitos con tanta emoción como cuando usted, de jugadora, ganaba torneos?
Se viven con mucha intensidad porque trabajas con ella para alcanzarlos, pero son distintos. No sé responderme a mí misma a la pregunta de si prefiero ser jugadora o entrenadora. Sí sé que tengo la suerte de haber completado una carrera larga y exitosa jugando, y ahora, como entrenadora, llevo varios años en los que también estoy recogiendo frutos.
El final de temporada ha sido un estímulo, con la conquista de la Copa de Maestras de Muguruza y su reconocimiento como mejor entrenadora.
La recta final de año ha sido un puntazo. En una temporada así, que se ha alargado tanto por culpa de la covid-19, llegar a noviembre y diciembre ganando es muy complicado. Lo hemos vivido con mucha ilusión y felicidad.
Una felicidad que en las últimas horas contrasta con la tristeza del fallecimiento de Manolo Santana...
Se nos ha ido una auténtica leyenda, un pionero. Fue quien nos abrió el camino a todos los que vinimos después. Se le recordará por su pasión por el tenis. Hasta el final estuvo presente en todos los grandes torneos, derrochando carisma y simpatía. Estaba muy orgulloso de ver a los tenistas españoles que continuaron su camino.
Usted lo hizo, nada más y nada menos, que en Wimbledon.
Si no recuerdo mal, fui la segunda tenista del país que consiguió ganar este Grand Slam. Manolo Santana lo hizo en 1966 y yo, en 1994. Nuestra historia siempre estará ligada a la de Londres.
Tras ustedes, solo Rafa Nadal (2008 y 2010) y la propia Muguruza (2017) han sido capaces de ganar allí. ¿Por qué le cuesta tanto a los españoles dominar en la hierba londinense?
Es una superficie complicada. Adaptarse a ella conlleva una preparación especial, que requiere muchas horas de entrenamiento. En los últimos años, los españoles se están adaptando mejor. Antes nuestros tenistas se centraban más en la tierra batida, pero ahora, considerando que la mayor parte de los torneos del circuito se juegan en pista rápida, han cambiado su preparación. Con todo, sigue costando jugar y ser capaz de ganar en la hierba de Wimbledon.
Esto magnifica el valor de aquel título de 1994, un triunfo que el pasado mes de julio le valió para ingresar en el Salón de la Fama.
Ganar un Grand Slam como Wimbledon siempre ayuda, pero esta distinción abarca toda mi carrera: las medallas olímpicas, los triunfos en la Copa Federación… Este es un reconocimiento a todo el sacrificio de mis 18 años como profesional. Fue un tremendo honor que mi nombre se inscribiese junto al de los grandes campeones de la historia. Estoy muy feliz por todo lo que, a nivel profesional, me ha ocurrido en este 2021.
