baloncesto

El Casademont se pierde en Badalona

Los de Ponsarnau tiran el partido con errores escolares en el último cuarto. Estéril exhibición de Waczynski.

Un momento del partido
Rodrigo San Miguel intenta defender a Guillem Vives.
A. García/EFE

Extraviado en el último cuarto, el Casademont se perdió en Badalona. Media docena de errores de baloncesto escolar en la fase decisiva del careo, acciones tan impropias en el baloncesto de élite como no saber sacar de banda (literal: no saber sacar de banda, no saber poner el balón en juego...) o desperdiciar tiros libres en momentos decisivos, le condenaron a la derrota ante un Joventut que se limitó a agradecer el regalo para abrochar la victoria con el trabajo profesional de gigante Tomic y del viejo sabio Pau Ribas. La exhibición de juego y anotación de Wazcynski no reportó réditos a un Casademont en el que quedaron señalados Okoye y Sipahi. Lamentablemente, el problema no reside solo en el base...

Destiló más esfuerzo que carácter el Casademont desde el salto inicial. Con un quinteto madre integrado por Rodrigo San Miguel, Mobley, Okoye, Radoncic y Hlinason, estuvo metido en el partido siempre, aunque no supo romperlo nunca. El Joventut, que no se exigió hasta que la lucha llegó a su momento procesal, mostró sus fortalezas muy definidas: siempre sostenido por el techo Tomic, bien conectado con su amigo Pau Ribas y dirigido por un base experto, como Vives. Roles muy definidos en la Penya, sumando con Brodziansky, Parra, Busquets y Willis como colaboradores del trío motor de los catalanes.

Aceptó el reto el Casademont, que firmó un primer cuarto digno. Hlinason ayudó mucho cerca del aro a un colectivo penalizado por su falta de acierto exterior. La salida al ruedo de Waczynski le permitió la primera fuga (14-17), pero un parcial local 6-0 propició que el Joventut llegara a la primera meta volante en ventaja. Hasta el descanso, el equilibrio se mantuvo. El recital de Waczynski comenzaba a tomar forma, con una exhibición particular que robustecía al colectivo, en el que Thompson, Hlinason y un atrevido Radoncic también aportaban. Así, un triple Vanwijn aupaba al Casademont (30-34), pero la sabiduría de Ribas rubricaba la igualada a 35 en el intermedio. Igualada a puntos. En valoración, la Penya se elevaba con claridad en réditos (41/24).

Se introdujo mejor el Joventut en la segunda mitad. Todos buscaban a un Tomic excelso. Despegaron los verdinegros (44-37). Reaccionó bien el Casademont, amparado en un Thompson que demostró que no ha venido a Zaragoza solo para unas semanas. De lo mejorcito ayer. Sin precipitarse, moviendo con claridad en sus mejores minutos, los de Ponsarnau crecían y crecían. Tuvo que solicitar Carles Durán un esfuerzo adicional para llegar con 55-52 a la última meta volante. Todo por ventilar en el cuarto final.

Y llegados aquí, al momento de la verdad, el desvanecimiento. El rival también juega. Mucho más esta Penya con veteranos a los que no les quema el balón (Tomic y Ribas) y jóvenes descarados (sobre todo, Parra). Jugó como se le suponía el Joventut, leyendo correctamente el ataque con los labios de Ribas y zurrando en los dos aros con los brazos de Tomic. Pero el problema del Casademont no era la Penya, sino el propio Casademont. Y eso que arrancó bien el cuarto, igualando a 55. A Durán no le gustó la salida de su equipo y supo parar el partido. Técnicas para el Joventut que, paradójicamente, paralizaron al Casademont. Primero fue Okoye, que en vez de en el Casademont se pensó que estaba en los Harlem Globetrotters. Tras un saque de fondo, Okoye fue incapaz de cruzar de campo. Se la birlaron por no jugar fácil, por ir a hacer algo inexplicable. Canasta fácil de Feliz para la Penya. Inmediatamente después, Sipahi, el jugador con menos carácter de este Casademont sin carácter, fue incapaz de poner el balón en juego. Pau Ribas agradeció el regalo para abrir la primera brecha sustancial del tramo final (59-55). Después apareció Willis, otro elemento muy interesante, para estirar la renta (67-60). Pese a los libres desperdiciados, Radoncic, Thompson y Waczynski no se rendían. Okoye, ¡por fin!, acertó con un triple y dejó un 76-74 que premiaba el esfuerzo energético aragonés. Pero Tomic pidió el balón para firmar un 2+1 definitivo (79-74), ya imposible de voltear por un Casademont que luchó hasta el final por una victoria que tiró cuando la tenía a mano. Ganó el Joventut el día en que el Casademont se perdió en Badalona.

84 - Joventut Badalona (20+15+20+29): Vives (3), Ribas (14), Parra (8), Brodziansky (11), Tomic (24) -equipo inicial-, Busquets (5), Ventura (-), Feliz (5), Willis (12) y Birgander (2).

78 - Casademont Zaragoza (17+18+17+26): San Miguel (6), Mobley (6), Okoye (9), Radoncic (15), Hlinason (8) -equipo inicial-, Vanwijn (3), Thompson (10), Waczynski (20), Font (-) y Sipahi (1).

Árbitros: Calatrava, Manuel y García. Eliminaron por cinco faltas personales a Stan Okoye (min. 40). Incidencias: partido correspondiente a la décima jornada de la Liga Endesa disputado en el Palau Olímpic de Badalona ante 3.858 espectadores.

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