La carrera del Paso del Onso recupera su dureza y espectaculares parajes

Tras un año de inevitable parón, este domingo por fin se pudo organizar la 23ª edición de esta emblemática prueba de carreras por montaña Paso del Onso, que se desarrolla en el municipio de Broto. El buen tiempo acompañó en un recorrido que gracias al otoño que se disfruta se mostró magnífico tanto en la distancia de 12,5 kilómetros como en la de 25. Esta última resultó de una gran dureza, pues se había incrementado el desnivel en más de 200 metros positivos.

El descenso también hizo que la carrera se endureciera, pero este añadido fue del gusto de todos los participantes, que alabaron las magníficas vistas que se les ofrecieron desde la cota más alta, a más de 1.400 metros. El valle de Broto lucía espectacular y desde allí prácticamente se divisaban todos los pueblos por los que discurría la prueba: Sarvisé, Buesa, Oto, Fragen y, por supuesto, Broto, donde la prueba finalizaba. Gracias al relajamiento de la situación actual, el público pudo gozar casi en plenitud de la prueba y arropar a sus corredores. El entorno de la llegada con el pico Mondarruego al fondo, entrada natural del Parque Nacional de Ordesa, ponía un telón de fondo excepcional.

Casi 140 corredores se inscribieron entre las dos pruebas. Nada mal para un final de temporada atípico y con una gran carga de pruebas este domingo, así como pruebas en los valles cercanos que seguramente mermaron la participación. Pero los triunfadores absolutos han sido de gran categoría: Raúl Criado, del Adidas Terrex, y Marta Vidal, de GMS, subieron a lo más alto.

Sin ninguna incidencia, a pesar de la dureza de los recorridos, acabó la prueba con la entrega de premios, en la que aún se mantuvieron las distancias y protocolos que afortunadamente parece que ya empiezan a ser recuerdos de una etapa triste, pero en la que el deporte una vez más ha demostrado que es una de las principales vías de salud y sobre todo de buenas costumbres entre quienes lo practican o simplemente animan.