Entrenamiento

Cuándo es mejor ir al gimnasio, ¿por la mañana o por la tarde?

Uno de los factores que influye a la hora de escoger el mejor horario para entrenar son los propios ritmos cotidianos.

Salir a correr, es una de las muchas opciones por las que puedes decantarte a la hora de comenzar a hacer deporte.
Sea a la hora que sea, lo importante es hacer algo de ejercicio físico cada día.
Pixabay

La literatura científica versada en el deporte no deja de investigar y de tratar de averiguar cuáles son los factores que influyen en los entrenamientos y en el rendimiento deportivo. Uno de estos aspectos es la hora del entrenamiento, un objeto de estudio que ha dado mucho de que hablar durante tiempo. 

¿Cuándo es mejor ir a entrenar? La verdad es que la primera condición que hay que tener en cuenta es cuando mejor nos venga a nosotros. Conseguir encontrar nuestro momento perfecto entre todos los quehaceres diarios generará una mayor adherencia al deporte, ya que no lo viviremos como una imposición sino como un hobby o una manera de relajarnos. 

Pros y contras

Pero, más allá de esta condición, sí que existen justificaciones para decidir si entrenar en un momento u otro del día. En concreto, las mejores horas son las primeras de la mañana o las últimas de la tarde. Algunos estudios defienden los beneficios de madrugar y los enumeran en la siguiente lista: ayudan a establecer una rutina desde primera hora del día, mejoran el ciclo de sueño y el descanso por la noche y aumentan la energía, ya que el deporte nos activa. También pueden favorecer la quema de grasas ya que es u horario más propenso a aplicar ayuno intermitente

Los beneficios, sin embargo, de entrenar por la tarde son muy defendidos por algunas instituciones académicas como el Instituto de Ciencia Weizman. A últimas horas del día, el cuerpo ya se encuentra más a tono y ya ha calentado, por lo que además el rendimiento físico tiende a ser mejor. En el caso de los hombres, estos producen más testosterona por la tarde, por lo que tendrán la ayuda de las hormonas. Por último, el efecto psicológico de entrenar por la tarde es ayudar a aliviar las tensiones del día. 

Esta es la teoría. Ahora toca, como siempre, aplicarla a la práctica y a la rutina diaria propia. Los factores como las horas de sueño a disposición, la carga familiar, los horarios de trabajo y los propios gustos personales serán los que acaben determinando cuándo vamos a entrenar.

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