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La madre de Adriana Cerezo: "Es una plata muy bien ganada y muy bien trabajada"

A sus 17 años, la joven estrenó este sábado el medallero de la delegación española en Tokio.

Madre de Adriana Cerezo: “Es una plata muy bien ganada y muy bien trabajada”

May Iglesias, madre de Adriana Cerezo, atendió a los medios este sábado después de que su hija se colgase la medalla de plata en la categoría de hasta 49 kilos en los Juegos Olímpicos de Tokio, y dijo que es un presea "muy bien ganada y muy bien trabajada”.

Adriana Cerezo cayó en la final ante la tailandesa Panipak Wongpattanakit pero, a sus 17 años, estrenó el medallero de la delegación española en Tokio. Su madre, May Iglesias, valoró lo que supone esta histórica plata.

“Es una plata muy bien ganada y muy bien trabajada. Nos hemos quedado a las puertas del oro por un punto.”, aseguro Iglesias, para luego añadir: “Esto es así, el taekwondo se gana o se pierde; hay contrincantes muy buenos, se ha medido a lo más grande que hay y ella ha demostrado que está al nivel. Estamos muy orgullosos”.

Los vecinos de Navezuelas (Cáceres) han seguido desde primera hora de esta mañana, en el pabellón municipal, la competición de su paisana, la taekwuondesa Adriana Cerezo, que ha ganado la medalla de plata en la categoría de menos de 49 kilos en su debut olímpico en Tokio. 
EFE

Cerezo, la más joven de la expedición española en Tokio, está viviendo sus primeros Juegos Olímpicos, y probablemente los más singulares de la historia. Sin embargo, los protocolos y las fuertes restricciones impuestas por la organización no han desestabilizado a la madrileña.

Ha estado tranquila, trabajando muchísimo y disfrutando porque era su objetivo principal, disfrutar de todo esto y vivirlo”, afirma su madre.

Respecto al golpe que supone quedarse a las puertas del oro, Iglesias aseguró que su hija estará “sufriendo” pero de forma circunstancial: “Estoy segura de que ella está sufriendo. Son los primeros diez segundos, pero en cuanto pasen diez minutos y se dée cuenta de su éxito lo celebrará”.

Sus padres y compañeros del gimnasio ‘Han Kuk’, ante la imposibilidad de estar a su lado, han vivido la prueba desde el albergue Balcón del Val en Cerezo de Abajo.

“Tendríamos que estar allí con ella ahora mismo. Es complicada esta situación la vida es impredecible, el virus ha causado todo esto y hay que aceptar las cosas como son… estamos locos porque vuelva y abrazarla”, sentenció. 

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