juegos olímpicos

También hay ilusión sin Nadal en Tokio

El equipo español, armado de esperanza y calidad, tiene una buena oportunidad de mantener el idilio histórico y exitoso en los Juegos Olímpicos.

Muguruza, en acción en Roma
Muguruza, en acción en Roma
ETTORE FERRARI

Lucen con orgullo en las vitrinas del tenis español doce medallas olímpicas, dos oros, siete platas y tres bronces. Especial la relación que tiene el deporte de la raqueta nacional con este torneo cuatrienal del que todos los jugadores hablan maravillas. Para esta edición de Tokio 2020, dieron un paso al frente Garbiñe Muguruza, Carla Suárez, Paula Badosa, Sara Sorribes, Pablo Carreño, Pablo Andújar, Alejandro Davidovich y Roberto Carballés. Un puñado muy interesante para creer en que el idilio del tenis español con los éxitos olímpicos tenga continuidad.

Lo confirma la capitana, Anabel Medina, contenta porque ve ilusión y ganas en todos los participantes, recién aterrizados en una Villa Olímpica que ya de por sí es un premio porque se comparten vivencias con lo mejor de lo mejor de otras disciplinas, algo inusual en un deporte tan solitario e individual como el tenis. «Llegan todos en muy buen estado de forma y con muchísimas ganas e ilusión para estas olimpiadas», se arranca Medina a este medio después de haber pasado ya por unas pistas a estrenar. No habrá público, es cierto, y eso, confirma, «modificará la competición», pero muestra contundencia para hablar de sus pupilas y de también del equipo masculino: «Tenemos un equipo que, tanto individual como de dobles, hay altas probabilidades».

Ahí están, para el recuerdo, la plata de Emilio Sánchez y Sergio Casal en Seúl 88 que puso la semilla para todo lo que llegaría después: la plata en Barcelona 92 de Jordi Arrese, y en dobles de Conchita Martínez y Arantxa Sánchez-Vicario, que redobló éxito con el bronce en solitario; las platas en Atlanta 96 de Arantxa y Sergi Bruguera -hoy capitán del conjunto masculino olímpico- y de nuevo inmortalizadas Arantxa y Conchita, esta vez en bronce; el bronce de Álex Corretja y Albert Costa en Sídney 2000; la plata de Conchita y Vivi Ruano en Atenas 2004, y la de Anabel Medina y Ruano en Pekín 2008; hasta el oro individual de Rafa Nadal en esa cita, y en dobles, con Marc López, en Río 2016.

«Históricamente España siempre ha sido una potencia en los Juegos Olímpicos, siempre ha sacado medalla, y esperamos que estos Juegos también», concita Medina. Sin el mallorquín o Roberto Bautista en Tokio, el puñado de calidad está asegurado. «Garbiñe y Carla son dos jugadoras que ya saben lo que es representar a España en unos Juegos Olímpicos. Son los segundos de Garbiñe y los cuartos de Carla, que después de lo que pasó, a nivel tenístico ya ha demostrado que está jugando muy bien y que puede dar la sorpresa a cualquiera. De Garbiñe todos conocemos perfectamente el potencial y el nivel. Es una jugadora muy peligrosa, se adapta muy bien a esta superficie y tiene opciones de sacar medalla». Debutan en unos Juegos Paula Badosa y Sara Sorribes, pero la capitana señala precisamente a su ilusión como un plus para hacer un gran papel. «Paula lleva tres meses a un nivel altísimo. Ha dado un gran salto de calidad en su de tenis y también mental. Sara lleva una temporada muy buena; y siempre ha dicho que para ella estar en unos Juegos es superimportante. la ves aquí y se nota que está disfrutando muchísimo».

El cuadro, con más bajas que en cualquier otro torneo, invita a soñar, también en el lado masculino. «Incluso más. El corte va a ser más flojo y va a haber muchísimas opciones para todos los jugadores. Carreño llega con confianza tras ganar el torneo de Hamburgo; es veterano, está consolidado y tiene experiencia. También Andújar, que, después de haber pasado la lesión que pasó, está disfrutando muchísimo y está consiguiendo sus mejores resultados. Y Davidovich y Carballés son jóvenes, así que llegan con la ilusión de su primera participación».

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