Deporte y salud

Por qué no se debe optar solo por cardio si se quiere perder grasa

El ejercicio cardiovascular consume grasa de manera más temporal mientras que entrenar con pesas es más efectivo y mantenido en el tiempo.

El dolor en estas articulaciones es frecuente las primeras semana si no se controla la técnica.
Entrenar fuerza ayudará a general más tejido muscular o masa magra.
Freepik

"La forma más efectiva de adelgazar y perder grasa es corriendo largas horas en la cinta del gimnasio o en la calle y sudando la gota gorda". No son pocas las veces que se escucha este argumento, ¿verdad? Parte del imaginario popular refuerza la idea de que el trabajo cardiovascular, mejor si es de alta intensidad, es la mejor manera de quemar grasa y deshacerse de esos kilos de más, pero nada más lejos de la realidad. 

Lo ideal para conseguir la estética deseada, sea cual sea, es combinar el trabajo de fuerza y pesas con el cardio. Este último practicado de manera aislada, puede ayudar a aumentar el gasto calórico en tanto que ejercicio físico pero no tiene por qué ser sinónimo de reducir el porcentaje de grasa corporal. 

Miguel Barrios, graduado en Ciencias del Deporte, explica que el cardio antes de entrenar puede ayudar a que el cuerpo ajuste la temperatura corporal y se prepare para el ejercicio mientras que es después del entrenamiento de pesas, o bien en días diferentes, cuando se debe ejecutar la sesión de 20-30 minutos de carrera o caminata. 

Desde HSN recomiendan que, para que sea efectivo, el cardio debe practicarse llegando al 60-65% de nuestra capacidad. En este rango, es cierto que consume calorías de manera mucho más inmediata que las pesas y oxida más grasa. Sin embargo, esta afirmación que parece confirmar que el cardio es más acertado para eliminar tejido adiposo que las pesas no es del todo una verdad. 

Trabajar con pesas favorece el crecimiento del músculo y es el tejido muscular el que también influye directamente en el porcentaje de masa grasa que compone nuestro organismo. El metabolismo basal está relacionado con la cantidad de músculo que componga el organismo: a más músculo, un metabolismo basal mayor. Esto quiere decir que cuánto más tejido muscular se genera más necesidad energética, por lo que el propio cuerpo tiende a consumir de manera constante más grasa de las reservas del organismo. 

En el lado contrario, el cardio consumo grasas pero también cataboliza el músculo y, por lo tanto, provoca una pérdida del mismo. En resumen: los ejercicios cardiovasculares oxidan grasas en el momento del ejercicio, mientras que las pesas consiguen acabar con el porcentaje graso de manera más constante y continuada en el tiempo. Lo ideal sería, entonces, conseguir un equilibrio entre ambos ejercicios y practicarlos de manera intercalada si se quiere llegar  a punto al verano.

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