ciclismo

Ganna se viste de rosa a toda prisa

Entre los favoritos del Giro de Italia, Evenepoel sale muy reforzado tras la breve 'crono' inicial en la que Landa cede unos segundos a sus rivales.

Giro d'Italia - 1st stage
Giro d'Italia - 1st stage
ALESSANDRO DI MARCO

A Filippo Ganna le gustan los coches rápidos. Pero... malditas multas. En cambio, sobre la bicicleta le piden que corra, que embista en las curvas, que se salte los semáforos en rojo. Le abren las calles y las vacían para él en las 'cronos'. Puede ir en sentido contrario. No frena. Su bicicleta se llama 'Top Ganna' y cuesta 25.000 euros. Como un coche. Pero es una bici de guerra, un avión como los de la película 'Top Gun'. 'Pinarello' se la ha hecho a medida, azul brillante. Y sobre ella vuelta raso pese a su casi dos metros de altura para ganar, como en 2020, la etapa inicial del Giro y ponerse la maglia rosa. Ganna siempre ha tenido prisa. De crío salía pateando de clase para ir a casa a ver el final de las etapas. Para vestirse esta vez de rosa rodó a 58,7 kilómetros por hora. Velocidad prohibida en el centro de Turín. «No escuchaba nada por la emisora, así que, simplemente, he ido a tope», declaró.

El rosa tiene su historia en el Giro. De ese color eran y son las páginas de 'La Gazzetta dello Sport', el periódico que creó la carrera en 1909. Y eran rosas porque las hacían con un papel reciclado que resultaba más barato. Luego, en 1931, vistieron así al líder, hace justo 90 años. Aquellas ediciones del Giro eran de supervivencia, de ciclistas oscuros, fantasmas barnizados en barro y sudor. El rosa resplandecía. Se llevaba las miradas de aquella Italia de entreguerras. Desde entonces, ese color distingue al mejor del Giro. Y, como ya hizo en la etapa inicial de la pasada edición, ya viste así el italiano Filippo Ganna, vencedor de la contrarreloj de 8,8 kilómetros por las calles barrocas de Turín.

Ganna, con un registro de 8 minutos y 47 segundos, superó en 10 segundos a Edouardo Affini y en 13 a Tobias Foss. Ninguno de ellos cuenta para la clasificación general. De entre los favoritos, los mejores fueron los dos líderes del Deceuninck, el luso Joao Almeida, con 9.04, dos segundos menos que Remco Evenepoel. El joven belga asombra a diario. Una aparición. Nueve meses sin competir tras la caída en el Giro de Lombardía que casi le ata a una silla de ruedas y ya está de vuelta. Durante la cruel rehabilitación, a punto estuvo de perderse en el laberinto de una depresión. «El Giro es vida para mí», dice. Revivido. Ya están todos advertidos. Es su primera gran vuelta y la quiere.

Almeida y Evenepoel, tan jóvenes, son las primera referencia del Giro. Otro candidato nuevo, Vlasov (9.11), cedió apenas 7 segundos en relación al portugués y relanza su candidatura a ser la sorpresa de esta edición. Entre ellos y el resto se cavó la primera pequeña zanja. Con el tiempo de Almeida como medida, Sivakov perdió 17 segundos y Dani Martínez, 19. Pello Bilbao, Simon Yates y Carthy se fueron a 21, por delante de Bernal (a 22), Nibali y Bennett (a 24), Soler (25), Hindley (29), Mikel Landa (32) y Bardet (35). A Landa, los primeros ocho kilómetros del Giro le han penalizado con medio minuto sobre sus rivales. Es su sino. Siempre estará obligado a remontar. El alavés tiene un consuelo: la próxima contrarreloj no llegará hasta el último día.

El Giro 2021 ha comenzado como acabó la primera edición. Con un Ganna al mando. Ahora ha sido Filippo, que es de Verbania, hijo de un remero olímpico y con planta para hacer cualquier deporte. En 1909, el ganador fue Luigi Ganna. Otra Italia. Luigi era de un pueblo a 50 kilómetros de Varese. Iba y venía en bici a diario para trabajar como albañil. Así, con ladrillos al hombro, endureció músculos y carácter. A esa fuerza natural unió un pizca de fortuna en la última etapa para ganar aquel primer Giro. Un pinchazo le había dejaba atrás, pero le salvó el paso a nivel cerrado que por delante frenó a sus rivales.

El Giro es la carrera de las sorpresas. Sin Roglic ni Pogacar, con las montañas más duras y con una meteorología extrema, todo es posible. En el cuello de la maglia rosa de esta edición han escrito: «Dispuesto a escalar a las estrellas». Es de la 'Divina Comedia', de Dante, el poeta a quien este Giro rinde homenaje por el séptimo centenario de su muerte. Evenepoel cayó diez metros por un barranco del Muro de Sormano el pasado 15 de agosto. Se partió la pelvis. A punto estuvo de sufrir el corte de un nervio que le hubiera dejado inválido. Aún tiene 21 años y tiempo de sobra para aprovechar esta segunda vida que comienza a la vez que este Giro en el que un italiano, Filippo Ganna, viste de rosa desde el primer día. Al otro Ganna, a Luigi, vencedor en 1909, le preguntaron tras la última etapa cómo se sentía. «Me quema el culo», respondió. Este Giro apenas ha encendido su hoguera. Tras la 'crono', cuando ya iba al hotel, Krists Neylands (Israel) se cayó y se partió una clavícula. Es la primera víctima del fuego rosa.

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