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Pilar Tejel Estella: "La natación es una forma de entender la vida"

La zaragozana (1962) celebra este año las cuatro décadas de su plusmarca nacional en 100 metros espalda logradaen el Europeo de Yugoslavia.

Pilar Tejel, en el CN Helios donde se formó como nadadora
Pilar Tejel, en el CN Helios donde se formó como nadadora
Toni Galán

De la piscina a las pistas de tenis y pádel, sin olvidar la gestión deportiva. ¡Es usted una todoterreno!

He tenido la suerte de pertenecer a una familia que consideraba que el deporte era sumamente importante. Santiago, mi padre, recopilaba todos los artículos de natación que se publicaban en los periódicos. Carmen, mi madre, que la perdí demasiado pronto, me enseñó tantas cosas de la vida... Y mi hermano, José Luis, es mi gran referente, por él empecé a nadar en el Estadio Miralbueno El Olivar.

El Centro Natación Helios fue hogar de formación, donde se forjó como nadadora de élite.

Con 9 años (1971) ya participé en el Trofeo Radio Popular, que se hacía en cuatro piscinas de la ciudad -Real Zaragoza Club de Tenis, Helios, Hípica y Ciudad Jardín-, y gané en espalda, mariposa y croll. Entonces me ofrecieron ir a Helios, que era el único club donde se podía nadar todo el año gracias a su instalación cubierta y acababa de llegar el técnico japonés Sinichi Tashiro. Mi hermano me llevaba a entrenar a las seis y media de la mañana con su flamante Renault 5 naranja.

Y Pilar Tejel empezó a dar forma a su currículum en el agua.

Tenía buena técnica y la altura ayudaba, especialmente en espalda que era el estilo que perfeccioné. El primer Campeonato de España fue en Vigo, en marzo de 1977, y con 14 años me llevé el oro absoluto en 100 espalda. Fue una sorpresa. La corona me abrió las puertas de la selección española, donde llegué a ser capitana del equipo nacional, y estuve becada en el centro de Alto Rendimiento de Málaga.

"No tuve un camino de rosas. Iba a ir a los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 y una decisión de despacho nos dejó fuera a Henar Alonso de Valladolid y a mí"

El club fue en las décadas 70 y 80 un referente deportivo…

Los deportistas de alto nivel estaban en Helios. El club apostó mucho por el waterpolo y la natación, con Manuel Molinero, Paco Santos, Armando Ordovás...; también en baloncesto con los hermanos Arcega; el balonmano estaba en División de Honor y el equipo lo entrenaba mi hermano José Luis; en el piragüismo, José María Esteban Celorrio brillaba en Mundiales y Juegos y Merche Osa era la exponente femenina; los Muniesa destacaban en remo; Javier Míguez era campeón en pelota…

Once veces campeona de España absoluta, 39 internacionalidades, 114 oros autonómicos, 147 plusmarcas regionales…

Y fui la primera aragonesa en batir un récord de España de natación, un hito que cumple 40 años en septiembre de 2021. Fue en el Europeo de Yugoslavia, en Split. Formaba parte del relevo 4x100 estilos y accedimos a la final. Realicé la primera posta de espalda y firmé la plusmarca con 1:07.88 en piscina de 50 metros. Llevaba mucho tiempo persiguiéndola. Esa marca tuvo mucho valor para mí y supuso una alegría enorme. Me lo quitó posteriormente Nina Zhivanevskaya, aunque el registro regional absoluto duró 27 años y me lo arrebató Iratxe Duñabetia del Stadium Casablanca en 2008 (1:07.57)..

¿Qué le ha aportado la natación en los más de diez años que estuvo en la élite?

Una forma de entender la vida: el esfuerzo, la responsabilidad, aprender a perder o ganar. Lo mejor que tengo de la natación, como de otros deportes, son las personas, las que me ayudaron, apoyaron, me levantaron… No tuve un camino de rosas. Iba a ir a los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 y una decisión de despacho nos dejó fuera a Henar Alonso de Valladolid y a mí. Tenía la ilusión de ir a Estados Unidos a estudiar y a formarme allí. Pero le detectaron un cáncer a mi madre y volví de Málaga a Zaragoza para cuidarla. Y a los dos años falleció. Hay veces que los planes que te marcas se tuercen porque la vida te tiene preparada malas noticias.

"Hacer deporte es un complemento y es una forma de vida que ayuda en cualquier profesión"

Pero se pudo sacar la espina en los Juegos que llegaron a definirse como los mejores de la historia: Barcelona 92.

Cuando dejé la natación competitiva con 23 años, preparé unas oposiciones para dirigir el pabellón de La Bombarda. Mi hermano -que estuvo tres décadas al frente del pabellón Príncipe Felipe- me animó a ello. A partir de ahí entré a formar parte de lo que entonces se llamaba el Servicio Municipal de Deportes y luego Zaragoza Deporte. En 1989 me nombraron coordinadora de la subsede olímpica de Zaragoza, escenario de dos fases de grupos de fútbol. Cerca de 600 personas formaron el operativo humano: voluntarios, administración, protocolo, recursos humanos, informática, recogepelotas, chóferes, prensa, asistencia sanitaria… Fue una experiencia única que no había podido tener como deportista.

Y su última inquietud es la vicepresidencia del Real Zaragoza Club de Tenis.

Llevo 38 años como socia del club. La anterior junta directiva cesaba y el actual presidente, Manuel Ferrer, me propuso entrar. Somos un grupo pequeño, ocho personas, donde estamos tres mujeres y es importante remarcarlo. Nos ha tocado una época difícil, marcada por la pandemia de la covid, pero tenemos ilusión de hacer muchas cosas. Intento aportar mis conocimientos en organización y trasladar mi experiencia: que hacer deporte es un complemento y es una forma de vida que ayuda en cualquier profesión.

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