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La UEFA comunica oficialmente a Bilbao que no será sede de la Eurocopa

Las instituciones vascas afirman que no van a permitir "que se ponga en duda la contrastada y larga experiencia y capacidad de las autoridades para la gestión y organización de eventos de alcance internacional".

Vista del estadio de San Mamés
Vista del estadio de San Mamés
VINCENT WEST

Se acabó. Faltaba la confirmación oficial, que la UEFA ofreciera su veredicto, y se produjo este miércoles, unos días después de los planes iniciales. Bilbao se queda sin la Eurocopa, como estaba previsto. Desde hace varios días era un secreto a voces, pero quedaba que la organización hablara y cerrase la puerta definitiva a San Mamés. Y así ha sido. El torneo continental comunicó oficialmente a Bilbao la decisión y la villa pierde uno de esos trenes que solo pasan una vez en la vida. Las instituciones vascas, en un duro comunicado, afirman: «No vamos a permitir que se ponga en duda la contrastada y larga experiencia y capacidad de las autoridades vascas para la gestión y organización de eventos de alcance internacional».

Las duras condiciones impuestas por el Gobierno vasco para la acogida de público, una cuestión que el organismo que rige el fútbol en Europa considera innegociable, se convirtió en la puntilla de un evento que hubiera supuesto una impagable promoción internacional para la capital vizcaína, además de una pequeña luz para los negocios hosteleros y hoteleros, ahogados por la pandemia y las restricciones que ha supuesto. Pero la Euro, que comienza el 11 de junio, ya no irá a Bilbao. A falta de confirmación oficial, todo apunta que se marcha a Sevilla, donde jugará España la fase de grupos, y también se disputará un duelo de octavos de final.

Desde hace más de medio año, todo apuntaba a que Bilbao se quedaría sin Eurocopa. Eso a pesar de la decidida apuesta lanzada en varias ocasiones por el alcalde, Juan Mari Aburto, y el concejal de Desarrollo Económico, Xabier Ochandiano. Estaban dispuestos a que el torneo recalara en la villa incluso sin espectadores. Pero la UEFA no manejaba esa opción. Aficionados en las gradas o nada. Y las 'normas' decretadas por el Gobierno vasco no ayudaban a la presencia de hinchas en La Catedral, algo a lo que sí está dispuesta la Junta de Andalucía. El aplazamiento de la decisión del pasado lunes a este viernes se vio, en algunos sectores, como una pequeña luz entre tantas sombras. Pero no ha sido así.

El Ejecutivo vasco contemplaba que como máximo el estadio del Athletic pudiera completar un 25% de su aforo, o lo que es lo mismo: 13.000 espectadores. Para permitir ese número se debían cumplir una serie de condiciones sanitarias de las que, ahora mismo, España está muy lejos. Entre ellos figuraba que la tasa de incidencia bajara a 40 casos por 100.000 habitantes en el País Vasco y España (ahora son 521 casos en el territorio vasco y 229 en el resto del país). También se requiere que el número de vacunados esté por encima del 60% (las previsiones más optimistas del Ejecutivo central apuntan a que en septiembre se alcanzará el 70%). La situación de los hospitales también debería ser excelente (y no sucede en la actualidad), la trazabilidad de los casos superior al 50%... Todos estos datos se deberían mejorar en menos de dos meses. Algo que la Federación Española, presidida por Luis Rubiales, creía imposible cumplir.

La entidad que rige el fútbol en España sabía que Bilbao, con cuya organización no mantiene una buena relación, tenía muchas opciones de quedarse en el camino. Desde hace semanas mantiene contactos para encontrar una sede alternativa. Y Sevilla se mostró desde el principio a favor de albergar el torneo y permitir el acceso de público. Andalucía se ha convertido en una especie de paraíso para la Federación. Porque salió al rescate cuando la Supercopa se cayó de Arabia Saudí, firmó un convenio por 15 millones de euros para acoger cuatro finales de la Copa del Rey, ha sido la sede de la selección en la mayoría de sus últimos encuentros...Y ahora será la casa de 'La Roja' para la fase de grupos, cuando jugará ante Suecia, Polonia y Eslovaquia.

Recelos

Eso hubiera sido San Mamés. El hogar del equipo de Luis Enrique. Y eso provocó ciertos recelos desde el principio en algunos sectores del PNV -José Luis Bilbao siendo diputado general criticó un proyecto que había negociado el entonces alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, con Ángel María Villar y Michel Platini-. Otros consideraban que era una oportunidad única, excepcional, para colocar a Bilbao en el mapa en esa apuesta por grandes acontecimientos; Mundial de baloncesto, premios MTV, The World's 50 Best Restaurants, las finales continentales de rugby, el próximo Tour.... EH Bildu, por su parte, no quería la presencia de la selección española, Elkarrekin Podemos no es partidaria de los grandes eventos...Mientras que PSE y PP entendían que la Eurocopa ofrecería brillo económico y reconocimiento a la villa. No obstante, ya no será así.

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