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Pacheta estudia cómo fortalecer la defensa de la SD Huesca
Los ocho goles recibidos por los azulgranas en las dos últimas jornadas podrían generar cambios de cara a la próxima visita de Osasuna.
Un 3-4 con el Celta y un 4-1 con el Barcelona, la SD Huesca se desangra atrás. Los resultados de sus dos últimos partidos, con ocho goles encajados, han subrayado un problema que parecía haberse subsanado en las primeras jornadas de Pacheta al mando, pero que ha vuelto a florecer, la debilidad defensiva. Los azulgranas han encajado hasta el momento 44 tantos, lo que le convierten en el peor de la Liga al respecto junto al Granada superando los 43 sufridos por el Alavés. El lastre volverá a ser puesto a prueba el sábado con la visita de Osasuna a El Alcoraz (18.30) en un partido que se antoja crucial de cara a la lucha por la permanencia y en el que Pacheta podría realizar cambios. A este respecto, el conjunto navarro no destaca precisamente por su voracidad ofensiva. En sus últimos cuatro compromisos, en los que ha sumado cuatro puntos, solo ha marcado una vez, en el 0-1 con el Alavés, su salida más reciente que se saldó con el mismo resultado que en la anterior al campo del Levante. En total lleva festejadas 23 dianas, solo el Getafe y el Eibar han conseguido menos.
Con el relevo en el banquillo y la adopción del dibujo con tres centrales y dos carrileros, en un primer momento los oscenses ganaron en fortaleza atrás. En el debut de Pacheta, el Getafe se impuso por 1-0, con el Villarreal se mantuvo el 0-0 y al Valladolid se le venció con un 1-3 en el que se lamentó no dejar la meta inmaculada. Frente al Real Madrid asomaron por primera vez la cabeza los problemas con el balón parado. Aunque Galán dio primero, los blancos remontaron gracias a dos goles de Varane nacidos en la puesta en juego de dos faltas, un lanzamiento directo de Benzema y un envío al área de Kroos.
Después el tropiezo por 1-0 en Sevilla se dejó atrás con la visita del Granada, en la que, a pesar de marcar tres veces, la victoria fue por la mínima (3-2). Y a ella le han sucedido tres compromisos en los que en todos ha habido que sacar el balón de la red tras un córner. Con el Eibar, Diop remachó el definitivo 1-1, frente al Celta Hugo Mallo logró el 2-3 y el lunes pasado en la visita al Camp Nou, en los primeros compases de la segunda parte, después de que antes del descanso Mir hubiese reducido distancias con el 2-1 de penalti, los culés pusieron el balón en movimiento con un pase en corto a Messi, que centró para que Mingueza lograse el 3-1.
Durante los días previos, según reconoció tras el encuentro Pacheta, se había trabajado "bastante má" este tipo de acciones y ya en la preparación para el duelo con Osasuna se está volviendo a incidir en ello. "La estrategia nos está matando", reconoció este miércoles Pulido, que de todos modos apuntó que "no hay que volverse locos, ni tomar responsabilidades individualmente, ni hacer un drama porque sino es peor".
La alineación titular frente al Barça fue la misma que con el Celta con la excepción de la entrada de Doumbia en el lugar de Seoane, conformando un bloque que Pacheta viene manteniendo estable desde la victoria frente al Granada y diseñado a raíz de la lesión de Gastón Silva, suplido por Insua, y la transformación de Ferreiro en interior. En los tres partidos transcurridos desde entonces únicamente se ha ido rotando a Mikel Rico con los referidos Doumbia y Seoane.
La situación en lo sucesivo podría cambiar. En el Camp Nou regresó a una convocatoria ocho partidos después Mosquera y también estuvo disponible Sandro, en duda en los días previos. Ambos han entrenado con normalidad tanto el martes como ayer, lo que deja en la enfermería solo a Gastón Silva y Valera y abre un abanico de opciones en el que también ha entrado ya Vavro tras su debut del lunes.
El dilema de Pacheta en lo sucesivo es conjugar la capacidad de hacer daño arriba mostrada en los últimos envites con la fortaleza atrás. Entre las posibles soluciones aparecen opciones como el cambio de piezas aprovechando, entre otros, la disponibilidad de Mosquera para la medular o el aire fresco que puede insuflar Vavro en la defensa, y también la modificación del sistema dotando de más efectivos el centro del campo. Dar con la opción correcta sería un paso de gigante hacia la salvación.
