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Luisa Larraga: "La perseverancia ha hecho del atletismo mi vida"

La legendaria atleta zaragozana repasa su trayectoria 30 años después de convertirse con 20 años en campeona de España absoluta de cross.

Luisa Larraga, este martes en Valdespartera, con el dorsal que lució en el Nacional de cross del 3 de marzo de 1991 y el oro absoluto
Luisa Larraga, este martes en Valdespartera, con el dorsal que lució en el Nacional de cross del 3 de marzo de 1991 y el oro absoluto
José Miguel Marco

El pasado fin de semana se celebró en Getafe el Campeonato de España de cross, con sobresalientes resultados para Aragón. ¿Sintió nostalgia?

Aún estoy vinculada a a este mundo del atletismo aunque no al nivel de antaño. Lo vivo con ganas, deseando los mejores resultados a todos los atletas de la tierra: fue espectacular la hazaña que firmaron. Sigo disfrutando al ver competiciones nacionales. Aún no he calculado ni he pensado mi retirada como tal. Me resisto a esa nostalgia.

Hace exactamente 30 años, un 3 de marzo de 1991 en Logroño, se proclamó campeona de España absoluta de cross con 20 años, un título que acompañó con el de categoría promesa.

Este día hubo un antes y después en la carrera deportiva de Luisa Larraga. Fue mi mayor éxito entonces, aunque en 1989 ya había acudido a un Mundial júnior. Siendo una atleta promesa, con 20 años, el ganar el Campeonato de España de cross en categoría absoluta –o sénior como se denominaba entonces– me dio ese plus y valor añadido tremendo.

¿Qué recuerda de aquel día?

Entonces, la planificación de los viajes no era como ahora. El sábado estaba tranquilamente paseando con mi hermana pequeña Rosa, que también hacía atletismo, por la avenida Madrid; y al día siguiente tenía un Nacional de cross que afrontar. El evento fue en Albelda. Mi objetivo era entrar en la selección del Mundial de cross, quedar entre las cinco primeras. Mi evolución era muy buena, aunque mi entrenador, Andrés Moreno, ya me mentalizaba diciendo que podía ser campeona…

Y cumplió sus pronósticos...

Estábamos todas para disputar el oro: Julia Vaquero, Estela Estévez, Angelines Rodríguez, Dolores Recio… Eran seis kilómetros llanos que se completaban en tres vueltas. Siempre estuve bien situada en cabeza del pelotón. A falta de 500 metros, Andrés apareció en un punto estratégico del circuito y me dio la orden: "Luisa tira". Fui abriendo hueco y en la última recta iba primera. No me lo creía, gané. No me cansaré de decir que este Nacional lo ganó Andrés Moreno.

Su DNI refleja que tiene 50 años, pero su currículum deportivo empieza a escribirlo con apenas 10. ¿Cómo descubrió el atletismo?

Pertenecía al colegio público Fernando el Católico. Entonces se mimaban los deportes de equipo, pero en mi cole se potenciaba el atletismo. Había un programa de detección de talentos para futuros olímpicos en todos los deportes que comprendía la etapa de EGB, de 10 a 14 años, con ojeadores. Hicieron una selección de 2.000 niños de Zaragoza y había que pasar tres cribas: física, médica y psicotécnica. Superé la tres. Todo era a coste cero. Era un privilegio.

"No me cansaré de decir que el oro absoluto del Campeonato de España de cross de 1991 lo ganó mi entrenador, Andrés Moreno"

Y fue seleccionada en el grupo de la promoción de 1980.

Hay una anécdota que casi acaba con mi carrera. Con 10 años, cayó en mis manos un periódico con una imagen de una mujer supermusculada, promocionando algún producto de culturismo, y asocié a que si hacía deporte me iba a poner como ella. Le dije a mi padre que no quería formar parte de ese grupo. Cuando preguntaron por qué, alegó que un médico del pueblo había dicho que no estaba para hacer atletismo. Tuve que pasar de nuevo el reconocimiento en el Palacio de los Deportes de Zaragoza. Ahí conocí a Andrés Moreno que dijo: "Esta niña está mejor que bien. Si no accede es porque no quiere". Así que me dejé llevar y hasta hoy.

Son 40 años de una relación entrenador-atleta única en el panorama deportivo.

Cierto, única. He tenido la suerte de que Andrés ha estado en mis diferentes etapas como atleta. Nunca he sentido la necesidad de buscar a otra persona o pedir más. Porque los resultados están ahí y acordes a lo que rendía. Él y yo evolucionamos a la vez.

¿Qué le ha aportado en el plano deportivo y personal en estas cuatro décadas?

Principalmente, la creación de hábitos, la constancia, el trabajo, ser fiel a unos valores. No me gusta decir que ha sido como un padre, porque yo he tenido a mis padres que siempre me han apoyado. Ellos me arroparon sin la presión de si lo hacía bien o mal. En ningún momento me he sentido fracasada, porque he hecho lo que me gustaba: unas veces peor; otras, mejor y plasmado en éxitos.

Otra gesta fue el doblete de 2002 (8 y 9 de marzo) en Vitoria: oro en el campeonato de España de cross corto y largo.

Si el de 1991 marcó un antes y un después, el de 2002 fue el dar el salto de la madurez deportiva, estar más presente en todo, siendo atleta internacional. Una vez más, de la mano de Andrés Moreno, con trabajo y constancia, nos plantamos en ese Nacional con Mundiales en el 98 y 99, un maratón en 2001 que preparé exhaustivamente e hice 2 horas 30 en Valencia; dos semanas antes corrí el 3.000 del Europeo en pista cubierta con un marcón bajando de nueve minutos… Estaba en un momento dulce. Fue muy exigente: ganar el cross largo por la tarde y por la mañana al día siguiente la carrera corta. En menos de 20 horas. Hito que queda de por vida porque ya no existe ese cross corto. Fue una auténtica gozada.

3 de marzo de 1991: Luisa Larraga lanzada a por la victoria en el Nacional de cross que se celebró en la localidad riojana de Albelda. Su primer oro absoluto (también promesa) con 20 años
3 de marzo de 1991: Luisa Larraga lanzada a por la victoria en el Nacional de cross que se celebró en la localidad riojana de Albelda. Su primer oro absoluto (también promesa) con 20 años
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Deja un legado majestuoso: además de títulos nacionales de 5.000, 10.000 y media maratón, posee los récords de Aragón en estas distancias, y los 3.000 metros y maratón.

Además de ser registros de tu tierra, a nivel nacional son marcas que permanecen en el histórico, récords del siglo pasado aún siguen vigentes. Y no hay que olvidar las 32 internacionalidades. Por puestos, me quedo con la octava plaza de un Europeo de cross, el 25 en el Mundial de cross de en Belfast, que son palabras mayores, y los 31:45 en una Copa de Europa de clubes en 10.000 con la selección. Pongo en valor que fui versátil. He sido internacional en pista cubierta, al aire libre, en asfalto y campo a través. Pero todo ha sido fruto de la formación como atleta desde los diez años.

¿Se imaginó que llegaría a dar forma a un palmarés tan excepcional?

He tenido la capacidad de no achantarme ante nada, ni de estar pendiente del qué dirán. Andrés hizo su labor tanto psicológica como técnica. Siempre he sido la misma persona siendo campeona de España o internacional que viendo el culo a las demás. Por eso llevo tantos años: han enterrado y revivido a Luisa Larraga... y aquí estoy. Estoy contentísima por cómo ha evolucionado todo.

"Pongo en valor que he sido una atleta versátil. He sido internacional en pista cubierta, al aire libre, en asfalto y campo a través"

Nunca ha disputado unos Juegos, el broche al que aspira todo deportista.

Es incompatible el currículum de Luisa con no haber participado en unos Juegos. Pero así fue. Dos veces podría haber cumplido el sueño, por registros y reglamento en mano. Pero hubo otros condicionantes. Con la mínima y estando en forma, para la cita de Sídney 2000 me dejaron en casa. Y cuatro años después, Atenas, el requisito era quedar campeona de España en 10.000 y hacer 32:17. Luisa se lleva el oro en Mataró e hice 32:17.90: por menos de un segundo no me llevaron a Atenas. En otros Juegos hubo más carta blanca. No voy a ser quien juzgue que lleven a los demás, pero que para unos ha sido posible y para otros no… Con todo, en ningún momento pensé en dejar el atletismo. Andrés Moreno lo pasó peor, porque en el fondo es un logro más en tu palmarés y en la sociedad en la que estamos hace falta. Ahora en mi presentación no sería la atleta Luisa Larraga, sino la olímpica Luisa Larraga. Por contra tuve la suerte de ser portadora del fuego olímpico en Atenas y tengo mi antorcha.

¿Cómo resumiría su carrera?

Una vida llena de intensas emociones. Y, sobre todo, no sentirme fracasada en estos cuarenta años, porque he sido sumamente realista y sé cuándo he rendido y no. Esa perseverancia ha hecho del atletismo mi vida, y hasta la fecha sigue siéndolo.

¿Mantiene aún el espíritu competitivo?

Es cierto que, en el ocaso de mi vida, me ha costado mantener el rendimiento. La competición, sobre todo a nivel regional, me daba vidilla, chispa. La pandemia por el coronavirus me ha mermado muchísimo, pero estoy deseando volver a salir. Por la mañana escucho a mi cuerpo: mientras no haya una lesión que realmente me diga hasta aquí, seguiré dándole porque es mi forma de vida y no pienso en retirarme. Por la tarde, estoy con mi club de hace cinco años, el Zaragoza Atletismo, como entrenadora: los padres dejan a los niños en la escuela del club y se vienen a correr conmigo. Tengo un grupito de treinta ‘runners’ y estoy encantadísima.

¿Se siente valorada por el deporte aragonés?

Yo me siento muy querida después de tantos años, pese a no estar en primera línea. No soy una persona mediática, no me vendo, no estoy en redes sociales. A mí me ha servido la forma de vida que he llevado: trabajadora, luchadora, con mi marido, con mi entrenador Andrés Moreno... Soy muy feliz con lo que tengo.

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