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Casademont Zaragoza: un cuerpo técnico con ADN aragonés

Sergio Lamúa, Manuel Peña y Nacho Juan conforman el equipo de confianza del entrenador Sergio Hernández en el Casademont Zaragoza.

Los ayudantes de entrenador del Casademont Zaragoza Manuel Peña, Sergio Lamúa y Nacho Juan.
Los ayudantes de entrenador del Casademont Zaragoza Manuel Peña, Sergio Lamúa y Nacho Juan.
Casademont

Un cuerpo técnico de Aragón. El Casademont Zaragoza no solo forma y promociona jugadores. También concede oportunidades en la élite a técnicos aragoneses con un gran porvenir. Orgullosos de poder sentarse en el banquillo del equipo de su ciudad, Sergio Lamúa, Manuel Peña y Nacho Juan tienen todo lo que un entrenador puede pedir: lealtad, capacidad de trabajo y compromiso. Cada uno con su rol. Lamúa se encarga principalmente de la preparación del partido, analizando el rival; Peña se dedica al análisis posterior al encuentro, así como a la traducción y al contacto con los jugadores extranjeros; y Nacho Juan se ocupa de "ayudar a los que ayudan" y de los entrenamientos individuales de los más jóvenes.

Lamúa es la mano derecha de Sergio Hernández y fue la de otros cuatro entrenadores –Jota Cuspinera, Pep Cargol, Porfirio Fisac y Diego Ocampo– que han ocupado el banquillo del Casademont Zaragoza en los últimos cuatro años. Lo más importante, señala el técnico, es "tener la capacidad de adaptarte al entrenador que hay en cada momento". "Son personalidades diferentes, maneras de ver el baloncesto completamente distintas y también te piden que hagas otras labores", subraya el segundo entrenador. En concreto, cada técnico tiene una virtud: "Jota y Diego son los que más conocimientos baloncestísticos tienen, pero Porfirio, en cambio, al igual que Sergio, son los entrenadores que disponen de mayor capacidad para gestionar un grupo de trabajo. Por su parte, a Pep, como ha sido jugador, le caracteriza precisamente el conocimiento sobre el jugador, lo que necesita en cada momento", explica Lamúa.

El dominio de la técnica y la táctica de los técnicos ayudantes se da por sentada. Sin embargo, no resulta sencillo advertirle al primer entrenador de sus propios errores. "Es imprescindible tener la capacidad de poder trasladar ideas, de no decirle al entrenador a todo que sí, en el caso de no estar de acuerdo con sus decisiones. Eso sí, depende del momento. Si es durante el partido y se trata de una acción de estrategia, no digo nada porque es restarle confianza al grupo. Pero si es algo sobre reglamento o situaciones puntuales, por supuesto que lo digo", sostiene Lamúa.

Sergio Lamúa, durante un entrenamiento.
Sergio Lamúa, durante un entrenamiento.
Casademont

Mantener una buena relación con el entrenador es la base para que el cuerpo técnico esté unido. La consonancia con los jugadores también es primordial para que el grupo vaya a una. Al margen de sus aportaciones técnicas y tácticas, traducir durante el partido es otra de las labores de Manuel Peña, que suma su tercera temporada en el club. "He trabajado mucho para poder hacerlo bien. Una de las cosas importantes es transmitir lo mismo que quiere decir el entrenador; con la misma intensidad y con los mismos gestos. Si quieres una traducción fidedigna también entra en juego el lenguaje no verbal", defiende.

A esta tarea también le ayuda la última incorporación al ‘staff’ técnico, Nacho Juan, que es el ayudante de entrenador más joven de toda la Liga Endesa. Para él, es más que un sueño poder hacer de su pasión su trabajo. A pesar de tener 23 años, ha conseguido ganarse la confianza de todos los jugadores y, por supuesto, la del entrenador. "La edad es un factor que marca sobre todo la falta de experiencia, pero con trabajo día a día se difumina. Lo importante es que el jugador detecte que tú estás ahí para ayudarle. Es ahí cuando empiezas a ganar autoridad. Fue cuestión de días adaptarme y sentirme como uno más. Rodrigo San Miguel y Fran Vázquez detectaron mi ilusión por trabajar cuando llegué y me facilitaron las cosas en el día a día", recuerda el joven técnico, que solo necesitó un año en el club para que contasen con él para el primer equipo. "En mi primera campaña en Basket Zaragoza fui el ayudante en el equipo de Liga EBA, aunque también colaboraba con tareas de vídeo con la primera plantilla. Cuando terminó la temporada me propusieron formar parte del conjunto de ACB", señala.

Manuel Peña, durante un entrenamiento.
Manuel Peña, durante un entrenamiento.
Casademont

Todos coinciden en que su vida se basa principalmente en el baloncesto. "Estamos 24 horas pensando en basket. Y si por casualidad tenemos alguna hora libre, se la dedicamos a nuestra familia y amigos. La gente que tenemos a nuestro alrededor tiene que comprender lo que hacemos, porque muchas veces son los grandes damnificados", subraya Lamúa.

No poder desconectar del trabajo es uno de los inconvenientes del deporte profesional. "El baloncesto me permite expresarme tal y como soy, y me sirve para ser la mejor versión de mí mismo. Eso sí, dejar de pensar en los partidos y en los entrenamientos es complicado", añade Nacho Juan.

Los tres han ejercido de primer entrenador en otras categorías. ¿Aspiran a serlo en la élite? "Me estoy preparando para ello, pero no como un objetivo, sino como una consecuencia de mi trabajo. No es una obsesión" subraya Peña. Por su parte, Lamúa considera que "el tiempo será el que marque los siguientes pasos". "A todo el mundo nos gustaría ser el entrenador de nuestra ciudad, de donde hemos mamado el baloncesto. Es un pequeño sueño, pero no tengo ese anhelo", añade el técnico, quien fue primer entrenador del Planasa Navarra en la LEB#Oro. Nacho Juan no se lo plantea por el momento. "Estoy en la fase de ser entrenador inexperto, por lo que ahora me centro en aprender cada día", apunta.

Una buena racha

El Casademont ha despegado en 2021, tras haber capturado el triunfo en siete de sus últimos ocho compromisos entre la Liga Endesa y la Champions League. "No queremos tirar las campanas al vuelo pero no renunciamos a nada. Si tenemos la posibilidad de clasificarnos para el ‘play off’ iremos a muerte, pero no podemos decir que es un objetivo. El equipo está en una buena dinámica y ha recuperado la confianza, que es muy importante", sostiene el segundo entrenador.

Nacho Juan, durante un entrenamiento.
Nacho Juan, durante un entrenamiento.
Casademont

La presencia aragonesa en el equipo va más allá del cuerpo técnico. Rodrigo San Miguel, Javi García y Jaime Fernández también son jugadores de la casa. "Rodrigo es el más veterano y resulta admirable su capacidad de trabajo. Javi García es otro ejemplo por cómo afronta el reto, por cómo trabaja para llegar a su máximo nivel. Como talento de la plantilla destacaría a Brussino, y eso que puede dar más", sostiene Lamúa. Nacho Juan, por su parte, subraya la labor de Hillason. "Es un ejemplo de seriedad, constancia y humildad. Sin ser expresivo, es un jugador que compite en contextos complicados y ha sido capaz de consolidarse como una de las referencias del equipo", señala.

Luis Giménez –delegado–, Isaac Caseras –preparador físico– y Javier Mateo –fisioterapeuta–, terminan de completar, junto con el entrenador Sergio Hernández, el cuerpo técnico del Casademont Zaragoza. "Ayudar a un técnico con la trayectoria de Sergio nos hace aprender diariamente a todos", advierte Peña.

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