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"Aunque de vez en cuando nos griten a los árbitros, el público es necesario en el fútbol"

Paco Ramo, presidente de los árbitros de Aragón, manifiesta el deseo del regreso del fútbol en las categorías regionales y formativas. Los colegiados también abogan por la vuelta a la normalidad.

Aragón
Los árbitros, en plenas pruebas físicas de la semana pasada.
Francisco Jiménez

El fútbol alcanzó la dimensión social que disfruta desde el instante en que el gol constituyó una manifestación de júbilo, desde que engendró un sentimiento, incluso una representación de pertenencia. Pertenencia a un equipo, a una comunidad, incluso a una filosofía. Huelga decirlo, pero el fútbol es mucho más que 22 señores en pantalón corto y un señor vestido de negro que juzga y da fe de lo acaecido. Después del parón pandémico, el fútbol profesional regresó, pero el público todavía no ha vuelto a los estadios. Ni a los de Primera ni, en Aragón (en otras Comunidades sí...), a los campos de Segunda División B, Tercera División y juveniles. Se siguen marcando goles, se siguen distribuyendo puntos, se siguen dando partidos por la tele, se sigue mercadeando… Pero es fútbol sin público. Según la argumentación anterior, menos fútbol. Los árbitros censados en estas categorías también siguen pitando, pero no son ajenos a la nueva normalidad sin público. Ahora trasladan las sensaciones que experimentan en este nuevo escenario mudo.

“El fútbol sin público es más soso. Aunque la gente piense que los árbitros estamos más cómodos, no es así. Un árbitro de verdad tiene que saber pitar con público. Con el graderío vacío, se oye lo que dice todo el mundo. Es diferente, incluso extraño en algunos momentos”, explicó Álvaro Jorro, un colegiado clásico en la Tercera División y asistente de Segunda División B de uno de los más prometedores árbitros de Aragón, el montisonense Antonio Monter.

Paco Ramo, presidente del Comité Técnico Aragonés de Árbitros, también lo tiene claro en cuanto a la presencia del público en los campos. “No puedo ser más sincero: aunque de vez en cuando nos griten a los árbitros, el público es necesario en el fútbol. El público debe volver a los campos cuanto antes”, reiteró Paco Ramo, máximo dirigente de un colectivo que reúne a 400 colegiados en Aragón.

En este momento, en nuestra Comunidad solo han arrancado las categorías de Tercera División y de Liga Nacional Juvenil. Es decir, apenas están compitiendo mil de los 41.000 futbolistas federados la pasada temporada en la Federación Aragonesa de Fútbol. En breve, a finales de este mes, está previsto, siempre con la autorización de Sanidad, el inicio de las categorías de base y regionales. “El árbitro también es deportista. Somos fútbol, deseamos que se empiece a jugar”, apuntó Paco Ramo.

Los árbitros están preparados para arbitrar. “La semana pasada ya se hicieron las pruebas físicas para comprobar el estado de los árbitros, tantos a los asistentes profesionales, como a los 11 árbitros de Segunda B y a los 33 de Tercera, y a los asistentes de estas categorías”, señaló Paco Ramo. “También se hacen semanalmente test de antígenos. Todos los árbitros que saltan a los campos de Aragón lo hacen en perfectas condiciones”, puntualizó.

Los colegiados demostraron su condición física. “He entrenado durante la pandemia. Ahora mismo lo hago tres veces por semana”, aseguró Álvaro Jorro. Otro colegiado,  Armando Ramo, de 29 años, promesa aragonesa en Segunda B, se entrena incluso más días. “Hay semanas que hasta seis días. Llevo pitando desde los 18 años. Este es mi segundo año en Segunda”, dijo Armando Ramo en la noche de este domingo, de regreso de Estella tras arbitrar en Merkatondoa el encuentro de Segunda B entre el Izarra y el Calahorra (0-2). “El fútbol exige un preparación a todos los niveles”, consideró. Respecto a la vuelta del fútbol en las categorías inferiores, también lo tenía claro. “Es bueno que se juegue. El deporte es positivo”, dijo Armando Ramo.

El esperado inicio de las categorías formativas y el segmento inferior de la regionales (de Preferente para abajo) lleva consigo también el regreso a la actividad del 80 por ciento de los árbitros de Aragón. Hay jóvenes colegiados, algunos de ellos recién salidos de los cursillos, que apenas han podido formarse en el campo a causa del parón covidiano. Otros, ya veteranos y retirados de la élite, quieren seguir matando el gusanillo del fútbol dirigiendo partidos de base, de regional e incluso de veteranos. Por ejemplo, el inefable Carlos Frechoso Beltrán, uno de los rostros más conocidos de la regional aragonesa. “Ya tengo 48 años, pero me sigue encantando pitar. Me gusta, por eso seguiré pitando”, subrayó Frechoso, árbitro con 14 citas de ‘play off’ de ascenso a Segunda B a sus espaldas. Respecto a su estado de forma, Frechoso admite que necesita una puesta a punto. La pandemia y la inactividad le han hecho coger algún kilo de más. “Dejé de entrenar durante un tiempo por la covid, pero volveré en buena forma. Seguiré pitando los fines de semana un partido de veteranos, otro sénior y un juvenil”, concluyó Frechoso. Vuelve Frechoso, vuelve el fútbol.

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