montañismo
Juanito Oiarzabal se despide de los 'ochomiles' con un documental
"Después de las 47 expediciones y los 26 ochomiles es más difícil estar aquí contándolo. Lo más natural es que estuviera muerto", confiesa Oiarzabal, que ha mostrado tranquilidad al estar seguro de la decisión tomada.
El alpinista alavés Juanito Oiarzabal ha confirmado este jueves su adiós a los 'ochomiles' de los que se despedirá a través de un documental que grabará los próximos meses junto a su hijo Mikel y el director de 'Al filo de lo imposible', Sebastián Álvaro, en zonas de Pakistán, Nepal y Patagonia.
Una de las mayores figuras del montañismo mundial, que cumplirá 65 años el próximo mes de marzo, ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha explicado los motivos por los que dejará de visitar las cimas más altas del planeta, tal y como lo ha hecho durante sus más de 30 años de carrera profesional, que comenzó con su primera ascensión al Cho Oyu (8.201 metros) en 1985.
Oiarzabal comenzó en 2009 su reto de hollar por segunda vez los 14 picos más altos del mundo, pero un edema pulmonar en 2012 frenó en seco su proyecto y se quedo a cuatro cimas de lograr un reto que nadie ha conseguido aún.
Esto, añadido a la pérdida de su gran amigo, el vitoriano Alberto Zerain, le ha llevado a tomar la decisión de abandonar este objetivo tan particular e inalcanzable, que le ha colocado como la segunda persona en el mundo con mayor número de ascensiones a montañas de más de 8.000 metros de altitud, con un total de 26 cimas.
“Tendrá que pasar mucho tiempo para que haya una persona que dé la segunda vuelta a los catorce ochomiles porque no es fácil mantenerse vivo”, ha considerado Juanito Oiarzabal, consciente de que esquivó la muerte en numerosas ocasiones.
“He tenido mucha suerte”, ha rememorado el alpinista que ha perdido numerosos compañeros en la montaña y que además de sufrir numerosas fracturas y estar a punto de perder la nariz en dos ocasiones por congelaciones, le tuvieron que apuntar los dedos de los pies en la repetición del K2 (8.611 metros) en 2004.
Este deportista vasco recuerda sus mejores momentos en sus primeras expediciones, como la primera al Cho Oyu, o cuando alcanzó por primera vez la cima de las 14 cimas más altas del mundo en 1999 con la ascensión al Annapurna (8.091 metros), hito que refrendó en 2001 al escalar el Everest sin bombonas de oxígeno, lo que le convirtió en el tercer alpinista en el mundo en conseguir las catorce montañas más altas del mundo sin aire suplementario.
Juanito Oiarzabal no se ha querido olvidar en este momento de todas las personas que le han acompañado en estos años. “Después de las 47 expediciones y los 26 ochomiles es más difícil estar aquí contándolo. Lo más natural es que estuviera muerto”, incidió Oiarzabal, que ha mostrado tranquilidad al estar seguro de la decisión tomada.
"La grandeza de Juanito radica en la suerte que ha tenido", ha añadido.
“Si echo la mirada atrás han sido 30 años muy intensos con muchos momentos críticos y de alegrías con triunfos y ascensiones muy limpias en momentos distintos”, ha afirmado el alpinista, que ha criticado la situación que vive el mundo de los “ochomiles” con la masificación de las expediciones y la utilización de oxígeno en gran parte de ellas.
El vitoriano acaba de llegar del Karakórum (Pakistán), donde acudió con su hijo Mikel y su amigo Sebastián Álvaro, para iniciar un documental por uno de los lugares más significativos para él.
Nepal y Patagonia serán sus próximos destinos para continuar un viaje que servirá para narrar su vida junto a los “ochomiles”. “El documental surgió de casualidad”, ha relatado Sebastián Álvaro que no ha tenido duda en asegurar que “Juanito representa a uno de los grandes deportistas españoles de todos los tiempos”.
Oiarzabal quiso dejar claro que nunca dejará la montaña. Ahora se dedicará a ser guía de montaña y hacer expediciones a menor altura.
