ciclismo

Pello Bilbao lucha por el Giro tras el plante

El vizcaíno afronta este sábado la última etapa de montaña a un minuto del liderato después de una jornada recortada a la mitad por la presión de los ciclistas.

23 oct. (COLPISA, J. Gómez Peña)
El pelotón rodando en la 19ª etapa del Giro de Italia
El pelotón rodando en la 19ª etapa del Giro de Italia
LUCA ZENNARO

Tras disfrutar de la inolvidable etapa del Stelvio, el Giro sufrio este viernes un golpe bajo. Los ciclistas, hartos de traslados y etapas maratonianas, se negaron a cubrir en su totalidad la decimonovena jornada, la más larga de esta edición con casi 260 kilómetros. Llovía en la salida de Morbegno, pero sin frío. Unos 14 grados. Aun así, el pelotón se detuvo nada más salir de la ciudad. Y los corredores se subieron a los autobuses para recorrer la mitad del trazado. Reanudaron la carrera en Abbiategrasso, a 124 kilómetros de la meta en Asti, donde ganó escapado el checo Josef Cerny, con el pelotón al trantrán a once minutos. Mauro Vegny, director del Giro, bramaba. Tuvo que ceder ante el plante del pelotón, pero juró venganza. «Alguien tendrá que pagar esto cuando lleguemos a Milán», avisó. La historia del Giro, tan llena de días de nieve y hielo, no entiende a esta generación de ciclistas.

La ronda italiana se mantiene fiel a su pasado. El mal tiempo es uno de sus ingredientes. A eso se suman, como denuncian los corredores, los largos traslados y muchas etapas que superan los 200 kilómetros. Es una carrera a la antigua. Este viernes, tras dos jornadas de alta montaña, los ciclistas tuvieron que desayunar a las siete de la mañana y desplazarse en autobús hora y media hasta la salida. Les esperaba una etapa de seis horas bajo la lluvia y luego, otro traslado de dos horas hasta el hotel. Se negaron. Y vino el plante por parte de varios equipos. No de todos. El Ineos y el Bora estaban dispuestos a disputar la etapa original. También el francés Demare.

Pero ganó la opción del plante, defendida, entre otros, por corredores del Lotto belga y el Ag2R francés. Vegni echaba fuego por la boca: «Nos hemos enterado de todo cinco minutos antes de la salida. El recorrido del Giro se conoce desde octubre del año pasado. Es una enorme decepción. Hemos peleado por sacar esta carrera adelante para mandar al mundo el mensaje de que el ciclismo es un deporte valiente, que resiste en este año de pandemia. Y ahora lo destrozan todo».

Hay división en el ciclismo. El sindicato internacional de corredores considera un despropósito plantear una etapa tan larga, aunque sea llana, entre dos jornadas de alta montaña. Y añade un argumento que cuadra con dificultad en esta polémica: «Lo primordial es la salud de los corredores. Correr un día así bajo la lluvia y tanta horas puede debilitar el sistema inmunitario de los ciclistas en estos tiempos de pandemia». La asociación presidida por Gianni Bugno se agarra a la lucha contra el coronavirus para defender su postura.

Enseguida recibieron réplicas. Como la de Marc Madiot, mánager del equipo francés Groupama. «Esto no es tenis. Aquí no se para el partido porque llueva. Si no quieres sentir la fatiga en la tercera semana de una gran vuelta, no seas ciclista», dijo. Y citó algo más: «Aquí hay un problema de gobernanza del ciclismo». A su juicio, tiene que haber un organismo independiente que dé el visto bueno a los recorridos y que esté por encima de organizadores de carreras y ciclistas.

La bicefalia del Sunweb

El caso es que el Giro perdió más de 120 kilómetros. Tres horas menos de cansancio. Y eso quizá tenga repercusión en la decisiva etapa de este sábado, la que tuvo que renunciar al Izoard y el Agnello. En su lugar, habrá tres subidas a Sestriere, que no es lo mismo. El líder del Giro es el holandés Wilco Kelderman, pero no se sabe si lo es también de su equipo, el Sunweb. El segundo clasificado, el australiano Jai Hindley, pertenece también a esa escuadra. Está a solo 12 segundos. Es mejor escalador, lo que le beneficia hoy, y peor contrarrelojista, lo que le penalizará el domingo en el cierre en Milán. Hindley es el futuro del Sunweb; Kelderman ya ha fichado por el Bora alemán para 2021. A 15 segundos de la maglia rosa, les amenaza el británico Tao Geoghehan Hart. Y a 1 minuto y 19 segundos, el vizcaíno Pello Bilbao.

«Voy a luchar por el podio», apuesta el corredor de Gernika. Tras disputar también el Tour, llega con las fuerzas justas. Pero pocos saben economizarlas como él. Es duro, acostumbrado a bordear los límites del dolor. Y tiene instinto en carrera. Le gusta jugar con las tácticas. Si hay un resquicio para hacer saltar la banca, Pello Bilbao lo encontrará. A dos días del final de la ronda, está a apenas un minuto de todo, de uno de los tres puestos del podio. Ha peleado toda su vida por una ocasión así.

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