ciclismo

Tourmalet y L'Angliru, estrellas de un recorrido de la Vuelta muy montañoso

La Vuelta Ciclista a España 2020 volverá a mirar hacia el cielo con muchos finales en alto, entre ellos el de un mito del Tour de Francia como el Tourmalet.

La Vuelta Ciclista a España 2020 volverá a mirar hacia el cielo con muchos finales en alto, entre ellos el de un mito del Tour de Francia como el Tourmalet, y centrados principalmente en el Norte de...
En la próxima edición los Pirineos volverán a tener meta en el Tourmalet, hecho que no ocurría desde 2010, con Alberto Contador y Andy Schleck como grandes protagonistas de aquella etapa.
Aficionados animan a Andy Schleck y Contador en las rampas del Tourmalet.
Bernard Papon/Efe

La Vuelta Ciclista a España 2020 volverá a mirar hacia el cielo con muchos finales en alto, entre ellos el de un mito del Tour de Francia como el Tourmalet, y centrados principalmente en el Norte del territorio nacional donde se concentrará el grueso de una carrera a la que el coronavirus ha obligado a modificar su recorrido sin poder salir de Países Bajos ni entrar en Portugal y con sólo una contrarreloj.

La ronda recuperará uno de sus colosos, L'Angliru, tendrá un final en el Tourmalet, una de las grandes bazas del recorrido, y dará a conocer subidas nuevas como a La Laguna Negra de Vinuesa o el Alto de Moncalvillo, todo ello aderezado por la meteorología otoñal que puede convertirlo todo en aún más duro.

De este modo, y después de no poder salir de la neerlandesa Utrecht, el pelotón lo hará directamente desde territorio español, desde Irún en una primera jornada exigente con el Alto de Arrate situado al final. Y dos días después, la primera llegada inédita de la carrera en La Laguna Negra de Vinuesa, un puerto de primera de 8,6 kms y con porcentajes medios suaves (5,8), pero con las rampas finales por encima del 8 y 9 por ciento.

De ahí, el pelotón empezará a poner rumbo hacia la zona pirenaica y con su culmen en la sexta etapa, entre Sabiñáñigo y el Col du Tourmalet, cima mítica de categoría especial muy vinculada al Tour y al que acompañarán, en los 136 kilómetros de jornada, el Aubisque, también de categoría especial, y el Alto del Portalet, de primera, en lo que podría ser considerada la etapa 'reina'.

La entrada en Francia dará paso al primer día de descanso y el retorno de los ciclistas al País Vasco, a Vitoria, para iniciar la segunda parte del recorrido, otra vez con desafíos montañosos y el final en alto, también inédito, en el duro Alto de Moncalvillo en la undécima etapa. La cima riojana tiene rampas de entre el 8-9 por ciento los tres últimos kilómetros al 13-14.

Los sprinters tendrán dos jornadas consecutivas llanas para acaparar todo el protagonismo antes del final del día siguiente en el Alto de la Farrapona, también muy duro en sus kilómetros finales y último de los cuatro puertos de la jornada , entre ellos La Cobertoria o San Lorenzo, en una undécima etapa que servirá de 'aperitivo' para una de las metas más esperadas cada año: L'Angliru. El coloso asturiano y sus rampas del 23 por ciento vuelven tras ausentarse en 2018 y 2019 para seguramente dictaminar quien entra en la última semana con opciones y con el añadido de la posible climatología aún más adversa de esa época del año.

Tras el segundo día de descanso, los aspirantes se verán las caras en la crono con final en el Mirador del Ézaro, 1,8 kms al 14,8 por ciento, pero básicamente llana, y posteriormente se tomarán ya un 'descanso' para la última 'batalla' antes del paseo triunfal hacia Madrid con el final en el Alto de la Covatilla, de categoría especial, y que se ascenderá tras otras cuatro cotas.

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