-En el año más convulso, Motorland Aragón oferta el calendario mundial más completo.

Después después de una primera mitad de 2020 desastrosa, hemos intentado colocar el circuito en lo más alto. Para ello, hemos ampliado nuestro calendario internacional, trayendo los mundiales de Superbikes, el júnior del FIM CEV Repsol (se han organizado ya), dos pruebas de Moto GP y el Campeonato del Mundo de Turismos. La apuesta es importante. 

-Casi toda la actividad ha quedado concentrada en el segundo semestre del año.

Desde finales de mayo, el circuito ha estado ocupado casi todos los días. Solo ha parado cuando se han tenido que desarrollar labores de mantenimiento y adecuación de la pista para los distintos eventos. Tenemos muchos test y carreras, y las pruebas internacionales se han retrasado todo lo posible para garantizar su celebración. El esfuerzo está siendo máximo para potenciar la economía de la zona en este final de año. El calendario está lleno hasta el mes de diciembre y esperamos que la segunda ola de la pandemia no complique todo. 

-El primer gran examen llegó con la organización de las Superbikes, a finales de agosto.

En junio habíamos albergado el Campeonato de España de Motocross y ahí comenzamos a aplicar los protocolos que después hemos ido usando en el resto de pruebas. En las Superbikes todo salió perfecto. Tanto los equipos como el personal del circuito hicieron un trabajo excepcional y las carreras se pudieron celebrar de forma correcta. 

-¿Cada evento tiene un protocolo distinto?

Son similares, pero con algunas particularidades. El Campeonato del Mundo de Turismos, por ejemplo, se rige por las normas de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y tiene un protocolo casi idéntico al de la Fórmula 1. En Moto GP, hay un protocolo que ha sido desarrollado por las autoridades sanitarias, el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Federación Internacional de Motociclismo. 

-Este fin de semana llega a Motorland Aragón el primer campeonato de Moto GP sin espectadores en sus 10 años de recorrido. ¿Hasta qué punto se reduce el impacto de la prueba?

La cifra que Moto GP inyectaba en la zona –más de 30 millones de euros– se verá ostensiblemente reducida; pero, por otra parte, las cerca de 1.500 personas que habrá trabajando en el circuito contribuyen a que se mueva la economía local. Además, hay que valorar el impacto mediático. El hecho de que las carreras se celebren a puerta cerrada convierte Moto GP en un producto televisivo, y esto sirve para anunciar la marca Aragón en todo el mundo. Más de 120 países verán que en esta Comunidad seguimos trabajando, y esta publicidad tiene que ayudar a nuestras empresas y al turismo. 

-Cada año, los detractores de Motorland Aragón presentan informes que sitúan el déficit del circuito en alrededor de ocho millones de euros. ¿Cómo se justifican estos números?

Tengo la sensación de que cada vez son menos las personas que buscan hacer daño con los presupuestos de la instalación. Los medios de comunicación, los partidos políticos, las asociaciones de empresarios y las asociaciones turísticas creen en Motorland y en los últimos años se han reducido las críticas. La celebración de grandes eventos, indudablemente, tiene un coste elevadísimo; pero lo que hay que estudiar es el impacto. El hecho de que en una semana pasen por aquí pasen más de 100.000 personas genera más de 30 millones que se quedan en la zona, no en Motorland. Por eso esos números salen negativos, porque vendiendo entradas no recuperas todo el dinero que se invierte en la marca Aragón. Además, hay que tener en cuenta que se han invertido 140 millones en construir este circuito y 90 en el pago de los canon de Moto GP. Hay que amortizar y explotar la instalación. 

-En 2021 finaliza el contrato de Motorland con Moto GP. ¿Cómo avanzan las negociaciones para ampliar este vínculo?

Todavía no se ha concretado cuáles serán condiciones a partir de esa temporada y en estos momentos es complicado hacer una visión de futuro a seis años, pero estamos trabajando en la renovación. 

-Este año no se paga canon. ¿Se sabe cómo se procederá en las temporadas venideras?

Habrá que ver en qué condiciones se puede celebrar la prueba. La presencia de público manda en las negociaciones y esto dependerá de la evolución de la pandemia. 

-¿Se ha concretado la rotación de circuitos españoles? ¿Qué implicaría para Motorland que solo pudiese albergar el campeonato de Moto GP cada dos años?

Era una posibilidad previa a la irrupción del coronavirus, pero todavía no está definida. En caso de que se confirme, buscaremos alternativas para potenciar el circuito. Hay otra serie de eventos que podrían ser interesantes. 

-¿Ha habido un acercamiento a la Fórmula 1?

En el escenario de la pandemia se han modificado mucho los calendarios de esta competición. Motorland es uno de los pocos circuitos del sur de Europa que tiene una pista con homologación grado 1 de la FIA, que permite la celebración de pruebas de Fórmula 1. Esto ayuda a que se puedan celebrar carreras, pero es cierto que tenemos la competencia de Barcelona, Jerez o Monza (Italia) que también tienen esta homologación. Además, hay que tener en cuenta que el precio del canon se sitúa en 25 millones y habría que valorar si traer la Fórmula 1 es rentable para la Comunidad. 

-A nivel de infraestructuras, ¿ve imprescindible que se termine de construir la autovía A-68?

Sin duda. El circuito está preparado pero el entorno necesita ser mejorado. En estos momentos, con la limitación de velocidad a 90 kilómetros por hora, se tarda una hora y veinte minutos en ir desde Alcañiz a Zaragoza. Reducir ese tiempo por debajo de la hora sería fundamental para desarrollar la economía del entorno. La oferta hotelera de las proximidades de Motorland es baja y eso dificulta el hospedaje de los equipos y el público.