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Cómo montar un gimnasio en casa con poco dinero y menos espacio

Existen distintas alternativas en función del presupuesto y los objetivos. Se puede utilizar objetos de casa u optar por máquinas de alto nivel.

Las cintas TRX son más que asequibles y caben en cualquier hogar.
Las cintas TRX son más que asequibles y caben en cualquier hogar.
CanStock

El verano ya asoma a la vuelta de la esquina y, aunque la salud y la forma físicas son asuntos que se deben atender a lo largo del año y no despacharse durante apenas uno o dos meses, nunca está de más aprovechar la recta final antes de lucir cuerpo en el destino vacacional. Y, como no a todo el mundo le gusta hacer deporte delante de otras personas en los parques y en los centros deportivos, en los últimos años se ha extendido el concepto del gimnasio en casa, aprovechando una habitación vacía -los que tienen la extraña suerte de contar con una- o un pequeño rincón disponible.

Pero, ¿qué necesita, como mínimo, nuestro ‘taller’ deportivo? Para empezar, algún elemento que ponga al cuerpo a sudar mediante ejercicios de ‘cardio’. Lo ideal, claro, sería una cinta de correr o una bici estática, pero muchos no disponen de metros cuadrados para alojarlas o de presupuesto para comprarlas, ya que el precio de la maquinaria profesional puede superar los 2.000 euros. Por eso, una buena alternativa puede ser un rodillo, con el que convertir una bicicleta de paseo en una fija. A partir de 50 euros se puede conseguir uno.

Pero el ejercicio aeróbico puede, incluso, exigir menos espacio. ¿O es que una cuerda ocupa mucho? Saltando a la comba a una velocidad media-alta se pude poner a trabajar al cuerpo y hacer que las primeras gotas de sudor no tarden en asomar. Aquí el gasto no es excusa: se pueden conseguir en tiendas deportivas o a través de tiendas online por apenas unos 10 euros, e incluso menos.

Otra alternativa aún más barata son los ejercicios clásicos de calentamiento en los que se simula la carrera continua sin movernos del sitio, se salta separando las piernas a la vez que se suben los brazos, o las famosas ‘burpees’, que consisten en intercalar flexiones de brazos con saltos hacia arriba y que disparan las pulsaciones del corazón. Estas últimas no se aconsejan para quienes están en baja forma.

Nuestro gimnasio particular deberá contar también con algunos elementos que, una vez se empiece a humedecer la camiseta, nos permitan perseguir los objetivos personales, bien sean tonificar ciertos músculos o ganar volumen. En ambos casos se emplean algunas herramientas comunes, si bien es cierto que quienes persiguen hacer crecer su masa muscular necesitan de pesos mayores. Un juego de mancuernas desmontables, en las que podamos añadir o restar kilos fácilmente, se puede conseguir a partir de 50 euros. Si le añadimos un banco plegable acolchado (alrededor de 70 euros) en el que poder acomodar toda la espalda, ya podremos poner a trabajar los pectorales. Apoyándonos en un lateral también será posible realizar los típicos fondos de tríceps.

Para quienes solo pretendan mantener ‘duros’ ciertos grupos musculares, como los hombros o los tríceps, bastará con unos hierros de menor entidad, cuyo precio rara vez superará los 30 euros.

Las cintas son magníficas alternativas a las mancuernas, sobre todo para aquellos que no pretendan ganar músculo. En los últimos años se han puesto de moda las bandas de suspensión TRX, que colgadas de un punto -algunas se pueden enganchar a una puerta cerrada- permiten trabajar con el propio peso, evitando sobreesfuerzos innecesarios. Pocos grupos musculares se quedarán sin trabajar si se emplea bien esta herramienta, que ronda los 25 euros.

Algunas zonas del cuerpo son más difíciles de trabajar que otras. Ocurre con la espalda, que da cobijo a algunos de los músculos más grandes del cuerpo, pero que en ocasiones caen en el olvido. Una buena idea consiste en instalar una barra de dominadas (las hay por 12 euros) ajustable al marco de una puerta. Al principio, si no existe hábito, costará realizar hasta la primera repetición. Pero con perseverancia y el pique particular de superar el propio récord pronto se alcanzarán las tercera, la quinta…

Para ahorrar aún más costes y espacio se pueden aprovechar algunos objetos que a buen seguro tendremos por casa. Una garrafa de agua sirve de lastre para nuestras sentadillas: a más litros de capacidad, más trabajo para los muslos. Lo mismo con un taburete bajo olvidado en el balcón, que puede hacer perfectamente el papel de escalón para fortalecer los cuádriceps, y la esterilla que no usas desde aquella excursión al Pirineo de hace diez años será perfecta para estirar o para realizar flexiones o abdominales.

La opción contraria, la más onerosa, nos llevaría a comprar un banco multifunción, que integra distintos tipos de máquinas -jalón, banco de pesas, dominadas...- en una sola. Además de ocupar un considerable espacio, su precio media ronda los  900 euros.

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