Esther Briz, remera: "La mejor compañera de entrenamientos es mi madre"

La internacional zaragozana (enero, 2000), campeona del mundo y de Europa juvenil en skiff, estudia en la afamada Universidad de Stanford, donde compagina los estudios y el remo al más alto nivel. Regresó a casa cuando se decretó el estado de alarma por el coronavirus.

Esher Briz Zamorano entrena con un remoergómetro en su casa de Zaragoza
Esher Briz Zamorano entrena con un remoergómetro en su casa de Zaragoza
José Luis Briz

La zaragozana Esther Briz Zamorano (enero, 2000) hizo historia para el remo español el 6 de agosto de 2017 en Trakai (Lituania), al conquistar el primer título mundial júnior femenino en skiff. La internacional del Centro Natación Helios redondeó su palmarés diez meses después con el oro continental en la misma categoría. Sus éxitos traspasaron fronteras y la afamada Universidad de Stanford, en el corazón de Silicon Valley, la incorporó a su campus hace dos años para compaginar estudios –cursa la carrera Management Science and Engineering (Ciencias de la gestión e ingeniería)– y remo al más alto nivel gracias a una beca.

¿Dónde le ha cogido el confinamiento, en la Universidad de Stanford o en Zaragoza?

Ahora mismo estoy bien estoy en casa, en Zaragoza, con mi familia llevando como puedo el confinamiento por el coronavirus. Me resulta un poco difícil completar los estudios ‘online’ porque es una carga tremenda. Y estoy entrenando para mantener, o no perder, el físico. Pero, por lo menos, estoy haciendo lo que me gusta, aunque mi rutina haya cambiado con la que tenía en Stanford, porque creo que me va a servir para mi futuro profesional y laboral.

¿Cuándo fue consciente de la gravedad?

El anuncio de que se suspendían las clases presenciales se nos notificó bastante antes de que en España tomara ya un cariz importante. Recuerdo hablar con mis padres y contarles que, una semana antes de que el confinamiento se impusiera, ya nos habían dicho que no fuésemos a clase, que no acudiéramos al campus… Y, obviamente, la evolución de los acontecimiento sí que ha ido más rápido de lo que la gente se esperaba.

"En Estados Unidos, al principio, la gente no se lo tomó muy en serio. No así las instituciones, como las universidades, los colegios o los comercios, que cerraron en enseguida"

Y tomó la decisión de regresar a casa…

Una semana después de decretarse el estado de alarma en España preparé la vuelta porque se estaban cerrando fronteras, y no pude casi ni despedirme de mis amigos de forma presencial. En Estados Unidos, al principio, la gente no se lo tomó muy en serio. No así las instituciones, como las universidades, los colegios o los comercios, que cerraron en enseguida. También dependía de zona: en California empezaron muy rápido, en otras menos. Tengo amigas que, incluso, fueron a esquiar, quizá porque no veían el peligro de la misma forma que nosotros.

A partir de este sábado, 2 de mayo, ya se puede salir a hacer deporte. Lo estaría deseando...

Sí, desde luego, poder salir a correr y a hacer bici. Aunque lo que más echo de menos es remar, ya sea en un bote grande, como es un ocho, como un bote corto o en un skiff. Me da mucha pena no poder salir al río: ya no es que no tengas esa calidad entrenamientos, sino que también pierdes sensación y técnica, que es muy importante. La forma física puedes intentar mantenerla, pero la parte técnica… O remas todos los días, todas las semanas, o se pierden enseguida la sensibilidad que tienes con el agua. Pero estoy segura que volveré a remar. Y también echo de menos a mis amigos. Pero ahora, todo es muy difícil.

¿Le han dado alguna fecha en su universidad para volver a la normalidad?

El curso se reanuda en septiembre, sobre el día 20, que es cuando empezaría mi tercer año en Stanford. Pero nos llegó hace escasos días un correo que decía que no hay nada seguro y que se estaba barajando la posibilidad de que se retrase a invierno, al segundo trimestre que empieza en enero, y dejar un trimestre de verano, que la gente lo tiene de colchón para trabajar, hacer práctica y, en mi caso, competir. Pero, ahora, está todo nublado y no se sabe cómo va a evolucionar, sobre todo en Estados Unidos.

"Lo que más echo de menos es remar, ya sea en un bote grande, como es un ocho, como un bote corto o en un skiff. Me da mucha pena no poder salir al río"

¿Qué balance hace de sus dos años? ¿Ha cumplido sus expectativas?

No me gusta hablar de expectativas porque creo que soy bastante mala creándomelas para lo bueno y para lo malo. Cuando fui a Stanford no sabía muy bien qué esperar, todo era nuevo, y solo deseaba que me fuese bien. Y esto, desde luego, se ha superado con creces. No voy a negar que ha sido bastante duro, que he tenido que trabajar un montón… Pero, al final, tengo un grupo de personas magnífico a mi alrededor que se exprime por mí y estar rodeada de gente tan brillante me fascina. Espero ser una pequeña mezcla de todos ellos. A nivel de estudios he aprendido muchísimo y he conocido a personas de muchos perfiles, el idioma, y es un trabajo que ha tenido su recompensa.

¿Y a nivel deportivo?

En el remo he mejorado mucho en el apartado físico. La única competición que he podido disputar en este segundo curso, representando a la Universidad, fue en Boston y la ganamos (el ocho femenino). Fue un regatón. Justo la semana en la que empezamos la temporada, en noviembre, se paró todo. Así que resultados, pocos.

¿Cómo se organiza en casa? ¿Puede cumplir con la rutina que tenía establecida en Stanford?

En los estudios estoy ahora en un trimestre bastante bastante duro, pero creo que lo puedo hacer bien; me gustan las clases que estoy haciendo y espero sacarlo bien y aprender mucho. La rutina que tenía antes era de levantarme a las cinco de la mañana, entrenar, terminar de desayunar en la bici, a clase a las nueve y media, dos horas de lecciones, descanso, otras dos horas, entrenamiento… Aquí no puedo llevar ese horario: si me pusiera a las cinco y media en el remoergómetro que tengo, generaría mucho ruido en mi casa y en el vecindario. La dinámica no es para nada la misma, aunque sí que intento sacar lo máximo de cada hora y de cada día.

"Los españoles, los aragoneses, lo estamos haciendo bastante bien y espero que volvamos cuanto antes a la normalidad"

¿Qué objetivos deportivos tenía marcados en su agenda?

Bastantes. Me hubiera gustado ir al Mundial y hacer un buen papel, pero se ha suspendido. El Europeo, que es el 5 y 6 de septiembre, aún no se ha cancelado, pero no creo que tarden mucho en anularlo. Pero, la verdad, no estoy nada desmotivada. La mejor compañera de entrenamientos es mi madre (Inmaculada) y ojo con ella porque es muy buena. Pero no es lo mismo entrenar con 45 chicas más, con las que vas a competir o hacerlo en soledad. Pero ya le he cogido ganas: hago cosas diferentes todos los días, siempre con un programa, y bici estática; tengo un equipo de fisios y médicos que me llaman para saber sí todo está bien y hacen consultas por Zoom… Saco cosas positivas de esta rutina. Lo mejor sería poder salir a la calle, pero los objetivos son hacer lo que se pueda en cada situación. Y yo lo estoy cumpliendo.

¿Cuál es su lista de deseos?

Que se solucione esto cuanto antes y que afecte al menor número de personas y familias posible. Y que volvamos a un ritmo de vida más o menos normal. Y como se han suspendido prácticamente todas las competiciones, ahora estoy intentando buscar un trabajo para para este verano, a poder ser de diez semanas y de algo de lo mío. Si no voy a remar, sí que me gustaría coger experiencia laboral para ampliar el currículum. Así que espero que alguna empresa me quiera coger. Los españoles, los aragoneses, lo estamos haciendo bastante bien y espero que volvamos cuanto antes a la normalidad.

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