Pabellón Príncipe Felipe: 30 años de un símbolo

Este viernes, 17 de abril, se cumplen 30 años de la inauguración oficial del pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, un edificio que nació consagrado al deporte de la canasta y que se ha convertido en un referente para todo tipo de deportes, la cultura y el disfrute de los ciudadanos.

Aragón
Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza
GUILLERMO MESTRE

Este viernes, 17 de abril, tendría que estar festejando un bonito aniversario. Sí, 30 años convertido en un símbolo para la ciudad, en un emblema para Aragón. El pabellón Príncipe Felipe se eleva majestuoso, un edificio que nació consagrado al deporte de la canasta y que se ha convertido, tres décadas después, no solo en un referente para todo tipo de deportes, sino también en una instalación unida de una forma especial a la cultura y a los ciudadanos.

Este viernes debería de ser una jornada de fiesta, porque 30 años no se cumplen todos los días. Pero el maldito coronavirus tiene al Príncipe Felipe a oscuras. El pasado 7 de marzo se apagó su voz. Un concierto de Izal fue el ultimo evento programado. Tres días antes, el Casademont Zaragoza daba un paso adelante hacia los cuartos de final de la Basketball Champions League tras derrotar al Lietkabelis (76-67), billete que confirmaría el 10 de marzo en tierras lituanas. El estado de alarma y el confinamiento, que se alargan ya cinco semanas, han oscurecido la celebración de este 17 de abril. Pero lo mejor está por llegar: música, deporte, exposiciones…

"A medio plazo, cuando despertemos del mal sueño que estamos viviendo, todo volverá a la normalidad. El pabellón seguirá funcionando deportivamente, con un Casademont que estaba haciendo una gran temporada. Estaba lanzando y espero que tenga la oportunidad de terminar la ACB. También volverán los diferentes eventos culturales. Estoy seguro de que todo será como antes a medio plazo, cuando termine esta situación excepcional del coronavirus", afirma José Luis Tejel, director de la instalación desde su origen y que se jubila el próximo 22 de abril.

El pabellón Príncipe Felipe nació porque el baloncesto en Zaragoza vivía su momento de gloria. “En su momento, fue una instalación muy valiente. Fue una apuesta importante que, 30 años después, se ha demostrado que fue la correcta", comenta Tejel, que ha cedido el testigo en el cargo a Paco Díaz, exjugador y exentrenador de voleibol.

José Luis Tejel: “En su momento, fue una instalación muy valiente. Fue una apuesta importante que, 30 años después, se ha demostrado que fuela correcta"

"Lo primero fue la competición de cuatro equipos de élite de tres deportes distintos: baloncesto, balonmano y fútbol sala. Luego enfocamos también las instalaciones hacia otros derroteros musicales, de espectáculos y culturales porque es una instalación de máximo aforo en la ciudad. En Zaragoza, gracias al pabellón, han actuado grandes estrellas de la música en épocas de bonanza económica. Además, por el Príncipe Felipe ha pasado Disney, el Circo del Sol, convenciones religiosas, concursos de Semana Santa, oposiciones del Ayuntamiento… De todo", completa Tejel.

Construido por un grupo de zaragozanos liderado por el arquitecto Fernando Ruiz de Azúa (Estudio A4) y por José Jesús Fau, tomó como modelo el entonces recién estrenado pabellón Paris Bercy, como pabellón multifuncional. Se levantó sobre una parcela de 27.300 metros cuadrados en la avenida Cesáreo Alierta, y con un coste de 2.000 millones de pesetas (12 millones de euros). Se superaron las expectativas: con una ocupación inicial de 8.900 asientos, apenas un año después hubo que ampliarlo a las prácticamente 11.000 plazas actuales. Su presencia supuso también el desarrollo urbanístico de un área de la ciudad que presume de un patrimonio insustituible.

Con el paso de los años, el recinto se ha puesto más coqueto, con obras de remodelación y rehabilitación, mejora de la pista de juego, videomarcadores electrónicos, ampliación de graderíos retráctiles… Incluso perdió su nombre de las paredes en su 25 cumpleaños cuando el Ayuntamiento regido por Pedro Santisteve (Zaragoza en Común) decidió rebautizarlo por el de pabellón José Luis Abós, en recuerdo del extécnico del CAI Zaragoza, fallecido en 2014. Tras una denuncia del PP en octubre de 2015 llevó a que un juzgado paralizara el proceso hasta que no hubiera una sentencia firme. El 23 de septiembre de 2016, la jueza declaró nulo de pleno derecho el cambio de nombre del pabellón.

"El pabellón ha vivido etapas con todas las corporaciones políticas y todas lo han respetado. Todas han tenido muy claro que había que dotarlo de los medios económicos suficientes para mantenerlo al nivel más alto de España. Está muy bien cuidado y sigue siendo un referente a nivel nacional", destaca Tejel.

"El pabellón ha vivido etapas con todas las corporaciones políticas y todas lo han respetado"

Sigue siendo el Príncipe Felipe de las grandes citas y eventos. Como el que lo inauguró oficialmente, una cita de enjundia, un acontecimiento de repercusión internacional: la Final Four de 1990, que reunió a cuatro gigantes del baloncesto europeo como el Limoges, el Aris de Salónica, el FC Barcelona y la Jugoplastika Split de Toni Kukoc, que finalmente alzó el trofeo de campeón. Después se convirtió en el hogar del CAI Zaragoza y su maravillosa marea roja. Pero también del Banco Zaragoza femenino; del Pinturas Lepanto, que ganó la liga de fútbol sala nacional en 1995; del Balonmano Aragón, finalista de la EHF en 2007... 

Bajo la gestión de Zaragoza Deporte Municipal se abrió a acoger a un enorme abanico de disciplinas deportivas: se ha llenado de tierra para las pruebas de ‘freestyle’ y obstáculos que salvar en las carreras de trial indoor; ha vibrado con acontecimientos de talla internacional como los Mundiales de boxeo (1991) y balonmano (2013), la Final Four de la UEFA Futsal Cup en 2018, los partidos de la selección española de baloncesto, masculina y femenina, el Europeo de gimnasia rítmica...

Se ha transformado en pista de tenis para acoger los octavos de final de la Copa Davis 2002, y algunos partidos de proyección internacional como el homenaje a Steffi Graf en 1999, año de su retirada, en el que se enfrentó a Arantxa Sánchez Vicario; el amistoso entre Conchita Martínez y Anna Kournikova en 2002; el duelo de dobles en diciembre de 2004 entre las medallistas olímpicas Conchita Martínez y Virginia Ruano contra Martina Hingis y Nadia Petrova; el homenaje por la retirada de Conchita en 2006 o el Torneo Betfair Turbo Tenis 2007 en el que compitieron Rafael Nadal, David Ferrer, Sergi Brugera y Carlos Moyá.

Las paredes del Príncipe Felipe han vibrado con la música de Bob Dylan, David Bowie, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Manolo García, Bunbury, Luis Miguel, Joe Cocker, Tom Jones, Santana, Supertramp, Guns N’ Roses Depeche Mode, Backstreet Boys, Julio Iglesias, La Oreja de Van Gogh, Raphael, Fito y los Fittipaldis, Rod Stewart, Leonard Cohen o The Who... Las actuaciones de Estopa (11 de octubre), Amaral (7 de noviembre) y Loquillo (13 de noviembre) aparecen como próximas citas en el horizonte de este 2020, si la crisis sanitaria del Covid-19 lo permite.

Pero no solo se ha definido por su capacidad camaleónica por albergar deporte de élite con espectáculos y conciertos musicales. Desde hace 30 años se mantiene la oferta de práctica diaria para los ciudadanos. Hablamos de aerobic, actividades para adultos, para la tercera edad... "La verdad es que el pabellón Príncipe Felipe ha dado muy buen resultado. Ha acogido de todo y, más bien, la pregunta sería, ¿qué no ha albergado?", concluye Tejel.

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