El Mirandés repite hazaña en la Copa del Rey

Los de Iraola eliminan al Villarreal (4-2) en cuartos del torneo para volver a semifinales por segunda vez en su historia.

El defensa del Mirandés Odei Onaindia (i) pelea un balón con el centrocampista del Villarreal Javi Ontiveros durante el partido de cuartos de la Copa del Rey
El defensa del Mirandés Odei Onaindia (i) pelea un balón con el centrocampista del Villarreal Javi Ontiveros durante el partido de cuartos de la Copa del Rey
Santi Otero/EFE

El Mirandés lo volvió a hacer. Su historia de amor por la Copa del Rey no tiene fin y si en 2012 logró llegar a semifinales siendo un equipo de Segunda B, esta temporada lo ha vuelto a hacer, pero siendo un Segunda recién ascendido ganando al Villarreal (4-2). En Anduva reside semejante fortaleza ante el que a priori es superior. Allí se forjó y con los años ha ido creciendo y creciendo la leyenda del 'matagigantes', capaz de alcanzar un puesto entre los ocho mejores equipos de la Copa en hasta tres ocasiones. Ocho equipos de Primera ya sabían lo que es morder el polvo en Miranda de Ebro, y precisamente el Villarreal era uno de ellos.

Allí se dejó el 'submarino amarillo' sus esperanzas en el torneo del KO en dieciseisavos de la campaña 2011-12, aquella en la que el Mirandés llegó a semifinales siendo equipo de la categoría de bronce, y allí regresaba para ganarse un puesto en las semifinales y enterrar los malos recuerdos, que no obstante se convirtieron en fantasmas en otra noche de gesta para la historia de un conjunto que ahora es de plata pero que en la Copa brilla de oro.

Conocedor del peligro del partido, el Villarreal saltó al césped con dotes de mando, controlando la posesión del balón, pero carente de profundidad. El ritmo anodino de los primeros minutos al menos evitaba padecimientos al teóricamente equipo grande. Así fue hasta que el Mirandés avisó a través de Merquelanz, que recortó con maestría ante Anguissa y remató con pierna zurda y no demasiado lejos de la escuadra de la portería defendida por Andrés Fernández. Fue el principio de las hostilidades, porque a partir de entonces volvió a aparecer el 'matagigantes'. Limones sacó de puerta, Merquelanz prolongó de cabeza para que el brasileño Matheus dejase por el camino a base de regates a la pareja de centrales amarilla, Sofian y Funes Mori, y concluyese con preciso remate a la red.

Con el Mirandés por delante, Anduva entró en ebullición y el Villarreal apretó los dientes como el púgil que resiste un aluvión de golpes como puede y contra las cuerdas. El lateral derecho rojinegro Alexander lo probó hasta dos veces. El carrilero venezolano fue un serio dolor de muelas para la defensa del Villarreal, que estuvo desbordado durante gran parte de la primera parte pero al que rescató la calidad. El talento de Cazorla para forzar una falta próxima a la central y la de Ontiveros para sacarse de la manga un disparo seco, que dejó a Limones cual estatua bajo los palos, hicieron posible el empate.

La igualada no ahogó el entusiasmo del Mirandés, que de hecho tuvo una ocasión inmejorable en una salida de Andrés Fernández que solucionó como pudo el apagafuegos Iborra, con una falta cuando su guardameta estaba ya superado y que bien pudo suponer la expulsión, un extremo que De Burgos Bengoetxea no contempló finalmente, pues el central Sofian estaba bajo palos. Cuando parecía que el Villarreal alcanzaría el descanso con un balance de daños mínimo para lo que había sido la primera parte, el VAR detectó una mano absurda de Quintillá en el área que el árbitro principal no había visto. Penalti y Merquelanz para ejecutarlo con precisión, adelantar de nuevo al Mirandés cuando agonizaba el primer acto y hacer justicia a tenor de los méritos.

La alegría local duró poco tras la reanudación, hasta que otra mano tan clara como inexplicable en el área, en este caso de Odei, la aprovechó Cazorla para empatar con aplomo desde los once metros. El partido se había convertido en una ruleta rusa de emociones y el propio Odei iba a hallar su particular redención en un centro en el que aprovechó la inacción de la defensa amarilla para hacer el 3-2. La zaga de los hombres de Calleja hacía aguas, Álvaro Peña puso el centro desde el costado derecho del ataque local, Merquelanz la dejó con todo el talento de su zurda y Antonio Sánchez la envió fuera cuando tenía todo de cara. Una oportunidad de las de acordarse al final.

El Villarreal se volcó en pos del empate, cada vez más precipitadamente a medida que el crono iba apretando. Iborra la tuvo en un remate de cabeza y Gerard Moreno, desaparecido durante gran parte de la noche, se sacó un disparo de zurda que se perdió lamiendo el poste izquierdo de la meta de Limones, pero el ímpetu amarillo también dejaba espacios para que el Mirandés amenazase al contraataque. Así acabó llegando la puntilla, ya en la prolongación, cuando Merquelanz, el mejor del partido, se plantó ante Andrés Fernández y decidió dejársela en bandeja de plata a Antonio Sánchez para que la empujase a la red e hiciese estallar a Anduva, que vivirá unas semifinales por segunda vez en su historia.

Ficha técnica (4-2)

Mirandés: Limones; A.González, Onaindia, S.González, Franquesa (Gorka Kijera, min.85); Malsa, A. Sánchez; Rey, Peña (Guridi, min.67), Merquelanz; y Matheus (De Sousa, min.79).

Villarreal: Andrés Fernández; Mario, Chackla (Rubén Peña, min.46), Funes Mori, Quintillà; Iborra, Anguissa (Moi Gómez, min.71), Cazorla; Chukwueze (Alcácer, min.65), Ontiveros y Gerard Moreno.

Goles: 1-0: min. 17, Matheus. 1-1: min. 32, Ontiveros, de falta. 2-1: min. 45+2: Merquelanz, de penalti. 2-2: min. 56, Cazorla, de penalti. 3-2: min. 58, Odei. 4-2: min. 92, Antonio Sánchez.

Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea (Colegio vasco). Amonestó a Iborra, Sofian, Ontiveros, Chukwueze y Cazorla por el Villarreal.

Incidencias: Partido de cuartos de final de la Copa del Rey disputado en Anduva.

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