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La mano de Conchita guía la resurrección de Muguruza

El retorno de la oscense a su equipo ha sido clave para que la jugadora española nacida en Caracas recupere su mejor nivel tras varios meses en los que atravesó un profundo bache.

Conchita Martínez y Garbiñe Muguruza, en el descanso de un entrenamiento.
Conchita Martínez y Garbiñe Muguruza, en el descanso de un entrenamiento.
@conchitamartinz

“Gracias por ayudarme a volver a una final de Grand Slam, Conchita”, dijo Garbiñe Muguruza a un abarrotado Rod Laver Arena tras perder el partido decisivo en el Abierto de Australia. No se trataba de un agradecimiento protocolario más. Las palabras que la tenista española dedicó a la entrenadora de Monzón partían del corazón y del reconocimiento a una labor decisiva en su recuperación.

Muguruza, jugadora tan talentosa como inestable, había caído en un profundo pozo. Durante meses no hubo ni rastro en las pistas de la jugadora que había ganado Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017. Terminó el año 2019 como número 39 del mundo y con solo un título menor para su palmarés, el del torneo de Monterrey.

La jugadora nacida en Caracas rompió a mediados del año pasado con su entrenador, Sam Sumyk, con quien había protagonizado discusiones poco edificantes en los descansos de varios partidos. Pasó una temporada sin una figura que tutelara sus pasos por el circuito, pero nada fue a mejor. Al contrario, se le vio desnortada y estuvo tres meses sin ganar un solo partido. Una situación inaudita para una Muguruza que solo dos años antes llegó a comandar el ranquin mundial.

Terminaba el año y la jugadora buscó dar un giro a su situación. A comienzos de noviembre, Conchita Martínez había dejado de ser la entrenadora de Karolina Pliskova, por entonces número 2 del mundo. Así que Garbiñe decidió volver a unir su camino con el de la oscense, quien ya le había acompañado cuando levantó el trofeo de Wimbledon en 2017.

Apenas dos meses después de tomar su nuevo rumbo, se puede decir que Muguruza ha vuelto. Este sábado ha perdido la final del Abierto de Australia, tras haberse deshecho en las rondas previas de tres jugadores del top 10 de la clasificación mundial. Solo dos jugadoras españolas habían llegado antes a la final de este torneo, Arantxa Sánchez Vicario y, precisamente, Conchita Martínez hace justo veinte años.

El éxito de Muguruza es también el de la exjugadora de Monzón. Y llega justo en una semana especial para ella, ya que el pasado jueves Conchita Martínez entró en el Salón de la Fama del Tenis, la máxima distinción que concede este deporte.

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