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Víctor Lapeña: "Zaragoza siempre está en mi pensamiento"

Entrenador aragonés del Fenerbahce femenino, y referencia internacional en los banquillos.

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Víctor Lapeña, en imagen serena dirigiendo al Fenerbahce femenino.
Fenerbahce Sport Kulubu

Víctor Lapeña asumió a principios del actual curso la dirección del Fenerbahce femenino, aspirante a todo en el baloncesto turco y europeo.

Ganan y no dejan de ganar...

Antes de nada, tengo que decirle que me hace una ilusión enorme hablar otra vez en español.

¿...?

En Estambul, en el club Fenerbahce, hablamos permanentemente en inglés. Apenas hablo en español con mi segundo, Nacho García. También, alguna vez, con Zeljko Obradovic, que dirige el conjunto masculino, y con su segundo, José María Izquierdo, que también es español.

Qué lujo, Obradovic...

Qué lujo, todo... Es un gran club. Estamos en la zona asiática de Estambul, que es una megaciudad. Fenerbahce significa faro.

Un faro en el Estrecho del Bósforo, la frontera entre Europa y Asia, uno de los cruces de caminos más trascendentales en la historia de la humanidad.

Insisto en que me siento un afortunado. Tengo medios para trabajar en un club con apuestas muy claras. Por algo somos líderes en Turquía y en la Euroliga.

Nadie regala nada. Víctor Lapeña entrena a un club como el Fenerbahce por algo...

Gracias. Después de la etapa en Zaragoza en el Mann Filter, después de haber dado la vuelta a España, después de mi trabajo con la Federación Española y los equipos nacionales, pensé que había que asumir otros retos.

Retos lejanos...

Y tan lejanos... Me fui a Oremburgo, a 2.000 kilómetros de Moscú, cerca de Kazajistán, al Nadezhda.

Vaya pelotazo: ganaron la Eurocup...

Fue un gran éxito. No habían ganado nada en 25 años. Recuerdo la eliminatoria con el Perfumerías Avenida, en Salamanca. Me emocioné cuando me ovacionó el público. O la remontada en la final, después de perder en nuestra pista en la ida.

Lo recuerdo perfectamente.

Este año las cosas nos están saliendo. Ya ganamos la Copa Presidente, que viene a ser como una Supercopa en España. En Turquía hay mucho dinero para el baloncesto. El nivel es muy alto. La exigencia es máxima. La liga turca es superfuerte.

Apenas tiene 44 años y ya lo ha ganado todo...

No, siempre hay más retos. Pero las hipotecas que exige esta profesión también son altas.

¿Se refiere al ámbito personal?

Claro. La vida de entrenador exige una entrega absoluta.

¿Algo así como un sacerdocio?

Usted me entiende... El periodismo también exige una dedicación enorme.

El que no da todo, no da nada...

Buena frase... Es duro. Mi mujer se quedó en España, en Tarragona, con mis tres hijos: Marta, que ya tiene nueve años, y los mellizos, Ana y Bruno. Mi mujer fue jugadora profesional y sabe qué requiere esta profesión; pero también soy consciente de que me estoy perdiendo la infancia de mis hijos. Durísimo.

¿Sigue de cerca a los equipos zaragozanos de élite?

Por supuesto. Fui a ver al Casademont a la pista del Besiktas. Estuve con Reynaldo Benito y Pep Cargol. Están haciendo un año sensacional. Con el presupuesto que cuentan, es muy meritorio.

¿Qué le parece Carlos Alocén?

De lujo (sonríe). Ha tenido la suerte de crecer en un ambiente familiar ideal. Además, es evidente que reúne condiciones. Y el entrenador apuesta por él. Lo tiene todo para triunfar.

¿También sigue al Mann Filter?

Desde luego. Recuerdo con cariño esa etapa. Llegué a un club social e hicimos entre todos un club de élite.

Hizo debutar a Zoe Hernández siendo una niña...

También lo recuerdo. Es fundamental que haya jugadoras de Zaragoza identificadas con el club.

¿Volverá a Zaragoza?

En verdad, nunca me he ido del todo. Zaragoza siempre está en mi pensamiento.

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