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Un piloto zaragozano en la 'carrera de la muerte'

El piloto Miguel Ángel Arranz participa por tercera vez en la Baja 1.000 California. En 2017 ganó en la categoría ironman quad, convirtiéndose en el tercer hombre que en 50 años concluía la carrera en quad en medio siglo. Ahora, aspira a "ser el único piloto del mundo que lo ha conseguido dos veces".

El piloto aragonés de quads Miguel Ángel Arranz
El piloto aragonés de quads Miguel Ángel Arranz
Oliver Duch

Es la carrera más larga del mundo en la categoría todo terreno que se corre en una sola etapa. Más de 1.800 kilómetros de recorrido, casi 50 horas sin parar por un terreno arenoso y rocoso… Es la Baja 1.000 California, una épica competición que ejerce de imán para los pilotos más intrépidos y aventureros, amantes del riesgo que se lanzan a la bautizada como "la carrera de la muerte". Una cita colosal que ha enganchado al zaragozano Miguel Ángel Arranz, que ya tiene preparadas las maletas para afrontar desde el 19 de noviembre, por tercera vez, este mayúsculo reto en el que aspira a hacer historia. El aragonés se proclamó campeón de la categoría ironman quad en 2017, cuando el evento celebró su 50 aniversario, y ahora espera volver a subir al primer cajón del podio "y ser el único piloto del mundo que lo ha conseguido dos veces", asegura el protagonista.

Miguel Ángel Arranz, de 46 años, acumula un extenso palmarés deportivo. Se subió por primera vez a un quad en 2001 porque el expiloto Roberto Arellano le metió "el gusanillo" y, desde entonces, ha sumado kilómetros y podios en rallys donde el polvo, las piedras y el manto arenoso son los incómodos acompañantes. Se convirtió en un fijo en la Baja Aragón, cuando el raid más importante de Europa no era por etapas, sino 800 kilómetros ‘non stop’. Pero su progresión sufrió un dramático parón en 2008, al sufrir un gravísimo accidente en el Rally de Leciñena, última prueba del Campeonato de España de raids en el que peleaba por la corona. Su cuerpo quedó muy dañado. Pero tres años de rehabilitación no le quitaron las ganas de volver a conducir un quad y en 2011 se pudo sacar al espina y ganar la Baja Aragón en quads.

Arropado por un puñado de patrocinadores que impulsan su ambición deportiva (Araiz Suministros Eléctricos, Peugeot Carza, Motos Usón, Montajes Eléctricos Arranz, Neumáticos Soledad, P&M Racing, ATV Baja Riders Onloy, Rancho Percebu), en 2017 se propuso dar un acelerón a su máquina y abordar una prueba que, cuenta la leyenda, la empezaron a dibujarla dos locos aventureros, Dave Ekins y Bill Robertson Jr, con un par de motocicletas Honda. La meta era descubrir cuál de ellos era capar de completar en el menor tiempo posible la península de Baja California. Arrancaron en Tijuana con destino a La Paz. Y en esa primera competencia ganó Ekins con un registro de 39 horas y 54 minutos.

Miguel Ángel Arranza se proclamó campeón de la Baja 1000 California en 2017 en la categoría ironman quad
Miguel Ángel Arranza se proclamó campeón de la Baja 1000 California en 2017 en la categoría ironman quad
M. A. A.

El 31 de octubre de 1967 se ganaron el entusiasmo de Ed Perlman, quien tuvo la idea de organizar la primera carrera abierta al público. Fue así como nació la Mexican 1.000 o Baja 1.000 con 68 participantes mexicanos y extranjeros. Ahora, 400 equipos -en las categorías automóviles (incluyendo los buggies, trucks, todo terrenos y pickups), motociclistas y quads- se dan cita en Ensenada, punto de partida, para recorrer de norte a sur sin parar (solo para recargar gasolina) la peninsula mexicana con más de 1.300 millas (1.800 kilómetros) hasta La Paz. Allí estará Miguel Ángel Arranza, que mantiene muy fresca en la memoria sus dos vivencias anteriores. 

"La primera vez, la experiencia de correr la carrera más dura y más peligrosa del mundo -el sobrenombre de 'la carrera de la muertes está más que justificado'- con mi equipo fue increíble y todo salió de diez. Con el primer puesto en ironman quad me convertía en el tercer piloto en los 50 años de historia del certamen que conseguía hacer la Baja 1.000 solo en quad, con el récord, además, de ser la más larga", inicia su relato Arranz. El zaragozano asegura que "fue la carrera más dura de mi vida en la que la fortaleza mental era tan importante como la física. Y esto me hizo conseguirlo", añade.

Las 46 horas que invirtió para llegar a metas fueron "dramáticas". "Las condiciones climáticas entran en juego: Los principales inconvenientes con los que me encontré eran los enormes ‘woops’ o badenes en la carretera. No estaba acostumbrado a pilotar más de 200 millas sin ver una asistencia. Y el temible talco, montañas de polvo acumulado de casi un metro en las que si te metías dentro te quedabas atascado. Y luego los tremendos pedruscos que había que sortear. O quedarte casi sin gasolina y tener que pedirle al público que te diera algún litro para poder llegar a la siguiente asistencia", recuerda. Aunque lo más duro llegó casi al final. "Tener que hacer las últimas 150 millas con los pies escaldados sin poder apoyarlos. No me atrevía a sacarlos porque daban miedo", evoca Arranz, que culminó con éxito la gesta siendo undécimo scratch. 

Triunfo épico en el desierto mexicano

El año pasado repitió con la inyección de moral que supuso su exitoso estreno. "La carrera fue muy bien gestionada hasta la mitad en la milla 400, llevaba 14 horas de carrera e íbamos camino de batir el récord de 37 hora en las 800 que tiene el gran piloto mexicano y buen amigo Heriberto Marquez. Pero en el punto 405-410, un ‘trophy rack’ de 1000 caballos de potencia me arrolló en una zona de talcos, atropello del que pude saltar del quad en el último momento antes de que lo arrastrase durante más de 50 metros y quedarse dañado seriamente, truncando todas opciones de poder terminar la Baja", explica. El aragonés estuvo veinte "horas “tirado" en el desierto, esperando a que el el equipo le rescatara.

Miguel Ángel Arranz parte el 15 de noviembre hacia Ensenada -previo paso por México DF y Tijuana- con un claro objetivo: la victoria. "Este año hemos entrenado muy duro y preparado con meticulosidad todo lo que podemos encontrarnos para conseguir la segunda Baja 1.000 ironman, algo que no ha conseguido ningún participantes hasta ahora". Aunque el desafío va acompañado de un reto aún más pretencioso: inscribir su nombre en el Dakar de 2023. "Es la meta final. Esta cita es una buena oportunidad para dar el salto al rally más mediático- No solo influye el correr y la preparación sino la navegación. Varios patrocinadores nos han planteado seriamente que quieren que la hagamos. Y lo vamos a pelear. Pero primero quiero ganar mi segunda Baja 1.000 California", se despide Arranz. 

En su viaje le acompañan José Miguel Molinos, que en el mundo de las carreras ha sido "el padre que me ha enseñado todo para llegar hasta aquí"; su cuñado José Luis Martín, "que siempre ha sido mi asistencia en los mejores y en los peores momentos"; y su amigo y "y gran técnico" Dani Bescos, encargado el  seguimiento del piloto desde el vehículo de asistencia. "Desde la distancia" le empujarán "con todo su ánimo" Roberto Arellano y Alejandro Dainz,  que este año no pueden asistir por motivos laborales.

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