ciclismo

La rueda infinita del Club Ciclista Iberia

El histórico club zaragozano, que cumple 95 años de existencia, recupera y da brío a su Escuela de Ciclismo para que vuelva a ser cantera de prometedores corredores. Una vertiente formativa que fue el santo y seña de la entidad en los 80 y 90.

A sus noventa y cinco años, sigue pedaleando con frescura. Y con ilusión para afrontar nuevos proyectos. El Club Ciclista Iberia mantiene un ritmo imparable, fiel a la hoja de ruta de una junta directiva que entró en 2016 con renovados bríos. Tras escenificar su vuelta a la competición con un equipo élite-sub-23 y máster, ahora la entidad zaragozana ha decidido recuperar "esa esencia" que la convirtió en uno de los mejores clubes del país: su Escuela de Ciclismo Club Ciclista Iberia (Escuela CCI). "Nuestra pasión por la bicicleta queríamos extenderla también a los más jóvenes. Hasta ahora no había habido posibilidad, pero en estos momentos sí que se dan muchos condicionantes para relanzar este proyecto, como una serie de marcas comerciales que permiten que sea real", explica el presidente del CC Iberia, Santiago Iranzo.

El decano Club Ciclista Iberia nació el 24 de marzo de 1924 como sección de aquel romántico equipo de fútbol de Zaragoza, el Iberia Sport Club. A base de iniciativas y éxitos, se fue gestando un modelo que el virus de la bicicleta emularía en años venideros. "Llegó a tener en su época dorada, con mi tío Domingo Martín que estaba en la presidencia, casi 400 socios. Y fue cuando nació la Vuelta a Aragón (1939); entonces había muchos patrocinadores y colaboradores, el proyecto era firme y marcó un antes y un después en la historia de este deporte", rememora Iranzo sobre la entidad, cuyo prestigio fue reconocido por la Federación Española de Ciclismo con una medalla de oro y otra de plata.

Y la actual junta directiva se mira a ese espejo del pasado para marcar el futuro. "Lo que deseamos ahora es seguir los pasos de nuestros mayores, apoyándonos en las innovaciones que se nos brindan. Y sin poner límites, abriéndonos a otras especialidades, como el triatlón, porque vemos que hay una inquietud de los socios. Y también, por qué no, dar el salto competitivo: si un día surge la posibilidad de que salga un equipo élite profesional que pueda correr la Vuelta a España, pues daríamos un paso más", redondea Iranzo.

En su 95 aniversario, el CC Iberia pone el foco en actividades formativas y el crecimiento de la cantera, como antaño. Quiere rejuvenecer. "Fue una seña de identidad en los años 80 y 90. Las personas que hay actualmente en la Junta salieron todos de la Escuela de ciclismo del siglo pasado. Mi padre Ignacio, que era entonces director de la Escuela; mi tío Domingo Martín, mis primos Domingo y Pedro Luis Martín Iranzo, que están trabajando ahora en la estructura del Iberia, el malogrado David Cañada… Una gran familia de personas vinculadas más de 50 años. Y volver a relanzarla era una ilusión", destaca Iranzo.

La Escuela abre sus puertas desde este martes, con la primera de las dos jornadas (la siguiente será el día 23) de clases en la pista del Velódromo CDM David Cañada, y está abierta a niños y niñas de entre 5 y 14 años. "Es el eslabón que cerrará la cadena. No podía faltar porque la pirámide del crecimiento se empieza a construir con una base sólida. Pero no nos ponemos límites, porque el niño que quiera entrar en BTT lo hará; el que se quiera orientar a carretera tendrá la oportunidad de hacerlo; igual que con el BMX incluso abrimos las puertas al triatlón, que es la gran novedad", concluye el presidente del Club Ciclista Iberia.

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