ciclismo

José María García: "Arbitré a Induráin en su debut y le quité el dorsal en su retirada"

José María García (Bulbuente, 1954) se retira del arbitraje internacional en la próxima Vuelta a España, que será
la 12ª de su trayectoria.

José María García, árbitro aragonés de ciclismo.
José María García, árbitro aragonés de ciclismo.
Guillermo Mestre

¿Cómo empieza José María García en el arbitraje ciclista?

Siempre me ha gustado la bicicleta y en mi pueblo, Bulbuente, se organizaba el Trofeo Hermanos Trívez, dos fundadores de la Federación aragonesa a los que se les hizo una carrera homenaje durante más de tres décadas. Entré en la organización y me invitaron a participar en el Comité de Árbitros. Luego pasé los exámenes hasta llegar a mi categoría actual. Y hasta ahora. Eso sí, siempre compatibilizándolo con mi trabajo. Esto es una afición.

¿Cuál es su día a día en una carrera como la Vuelta a España?

Una Vuelta a España tiene 3.500 kilómetros y nosotros superamos ampliamente los 9.000. Es un trabajo duro pero gratificante, bonito. Desayunamos a las 8.00 mientras repasamos cuestiones de la etapa anterior y del reglamento. Después, preparamos las maletas para cambiar de ciudad y, sobre las 10.00, tenemos una reunión con un estudio general de la etapa en función del terreno, el clima, las clasificaciones, las estrategias de los equipos... Nos desplazamos al punto de encuentro del control de firmas y, cuando llegan los corredores, verificamos los dorsales, las bicicletas, los maillots...

Todo eso antes de la etapa.

Eso es, luego empieza la etapa y vamos en un coche de carrera. Es el trabajo más importante. Yo tengo la responsabilidad de la llegada, pero también de las metas volantes, los pasos de montaña... Arrastro todas las clasificaciones para cotejarlas con los sistemas informáticos y ver que todas las mediciones son correctas. Tras la carrera, se estudian las sanciones que tenemos que aplicar y nos vamos de viaje a la ciudad donde está programada la siguiente etapa.

Las sanciones en el ciclismo ubican siempre al juez en el ojo del huracán. ¿Cómo lo llevan?

Nosotros seguimos unas tablas de la Unión Ciclista Internacional. Son objetivas. Otra cosa es juzgar la ayuda de un director a un corredor. Recuerdo en 2015 la famosa remolcada de Vincenzo Nibali en la Vuelta. Se había quedado cortado en la segunda etapa y se enganchó a la ventanilla del coche de equipo durante un buen tramo. Nosotros no lo vimos, pero les cazó el helicóptero. Lo expulsamos aplicando el reglamento a pesar de que echar a ese corredor perjudicaba a la carrera. Nibali es un Dios en Italia y las audiencias iban a caer en picado en su país. Pero las normas son así, si no lo haces, pierdes toda tu credibilidad.

¿Cómo es el contacto con el ciclista profesional?

Excelente. Los ciclistas son gente muy noble. Siempre tienen tiempo para pasar un rato amigable. Es una relación sana, especialmente con la gente de Aragón porque les has visto correr desde sus inicios.

En sus cuatro décadas como árbitro ciclista, ha compartido carretera con muchos mitos del deporte. ¿Qué anécdotas recuerda?

A Induráin, por ejemplo, le arbitré en su debut profesional, que fue la clásica Zaragoza-Sabiñánigo, y curiosamente tuve que acompañarle bajando el Fito (Asturias) el día que abandonó el ciclismo. Le quité su último dorsal. Algo parecido me pasó con el italiano Marco Pantani, al que también retiré en la Vuelta a España. También fue juez en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Otra experiencia de primer nivel. Es lo máximo. Algo inolvidable. Es otro mundo porque, además, es algo que nunca había soñado.

Ahora está enrolado en la organización de la Vuelta a Aragón. ¿Qué futuro tiene la prueba?

A mí, su regreso me hizo llorar. Después de haber hecho 20 Vueltas a Aragón, su retorno me emocionó. Ahora tiene que seguir creciendo, pero necesita apoyo de determinadas instituciones y empresas privadas. Falta un empujón que pueda lanzarla definitivamente. Y, para eso, lo más importante sería tener una etapa más. Es algo que dicen los propios equipos.

En unos días, se retirará del pelotón internacional en su 12ª Vuelta a España. ¿Cuál sería el broche dorado?

Sí, a los 65 años podemos seguir arbitrando en nuestra Comunidad pero no fuera. También es parte del reglamento y, por eso, será mi última Vuelta a España. Sueño con despedirme con un aragonés ganando al menos una etapa.

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