REAL ZARAGOZA

Meses, semanas… incluso días: así son los aficionados más jóvenes del Real Zaragoza

Cada vez son más los abonados que, fruto de una "inexplicable pasión", abonan a sus recién nacidos para que apoyen al conjunto aragonés.

Mónica Lara  y David de Pra junto a su hijas Esla y Vera, abonadas del Real Zaragoza.
Mónica Lara y David de Pra junto a su hijas, Elsa y Vera, abonadas del Real Zaragoza.
Marisa Badía

El Real Zaragoza iniciará en poco más de un mes su séptimo curso consecutivo en Segunda División. Sin embargo, a pesar de que los resultados deportivos no han acompañado en los últimos años, la afición nunca ha abandonado (ni, a buen seguro, lo hará) a su equipo, tal y como reflejan los más de 27.000 abonados que reclutó el conjunto aragonés el último curso.

Entre esa extraordinaria masa social, una de las más multitudinarias, no solo de la categoría sino de España, destaca la presencia de aficionados cada vez más jóvenes. Algunos, como Naira, Martín, Carlos o Mateo, se convierten en zaragocistas nada más llegar al mundo, con apenas unos días de vida. Lo hacen, lógicamente, de manera involuntaria, como consecuencia de la inquebrantable fe que transmite la figura de sus padres por dos colores, el blanco y el azul.

"No hay que tratar de entenderlo, es un sentimiento que no se puede explicar". Con esta sencilla y rotunda afirmación resume David de Pra, abonado del Real Zaragoza desde hace tres lustros y "zaragocista autodidacta", su pasión por el equipo aragonés. Un sentimiento que, además de influir en su estado de ánimo, comparte con sus dos hijas, Elsa y Vera, de 2 años y 4 meses de edad.

Ambas fueron abonadas prácticamente desde la cuna por voluntad paterna. “Lo hice para facilitarles el camino y darles las herramientas por si en un futuro deseaban ser zaragocistas, pero después serán ellas las que decidan”, explica David, que confiesa haber "cumplido un sueño" después de llevar por primera vez a su hija mayor a La Romareda. Fue el 25 de febrero del pasado año, cuando el Zaragoza se impuso 2-1 al Oviedo. "La primera parte se asustaba un poco cuando la gente animaba, gritaba, pero en la segunda parte se animó y aplaudía a la vez que el resto", rememora su progenitor, que también guarda con un cariño especial la visita guiada que realizó este año para conocer el feudo zaragozano.

En el horizonte, David sueña con vivir grandes momentos plagados de zaragocismo junto a sus hijas. "Quiero llevar a la pequeña a La Romareda para que tenga su ‘bautismo’ zaragocista y vivir el ascenso a Primera junto a ellas", confiesa, antes de reconocer que "fantasea" con disfrutar de "una final europea".

Y, ¿cómo lleva Mónica Lara, madre de las dos criaturas, este incesante fervor por el Real Zaragoza? "Me parece muy bonito que su padre quiera compartir sus aficiones con sus hijas. Además, ser de un equipo como el Real Zaragoza enseña que lo más importante no es ganar ni perder, sino mantenerse fiel a unos valores. Ya sea fútbol o cualquier otra circunstancia de la vida, lo importante es la capacidad para levantarse después de cada derrota", añade.

Otros ejemplos de zaragocismo desde la cuna

El cariño, la fidelidad y la devoción por el Real Zaragoza son intangibles que, además de traspasar todo tipo de fronteras, se transmite de generación en generación. Muestra de ello son los más de 2.000 abonados de 0 a 6 años que registró la entidad la temporada pasada. Según cifras oficiales del club, las edades con más personas abonadas al Real Zaragoza fueron 16 (535), 18 (523) y 20 años (493) años; mientras que en el rango de edad de 7 a 21 años se alcanzaron los 6.276 abonados.

A través de su perfil oficial en Twitter, el Real Zaragoza ha mostrado los simpáticos rostros de algunos de sus aficionados más jóvenes. Seguidores que, con meses, semanas e incluso días, ya pueden presumir de ser del Real Zaragoza. 

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