Una ganancia que les llevó a la perdición. Raúl Aranda y Carlos Bravo, los presuntos cabecillas de la trama que ha dado pie a la Operación Oikos, habrían ayudado a personas de su entorno más cercano a ganar unos 20.000 euros través de apuestas deportivas en torno al partido Huesca-Nástic, el partido a partir del que se desencadenó la investigación que dio pie a las detenciones de ambos y del resto de presuntos implicados en esta presunta red de amaños.

Según ‘El País, que ha tenido acceso a la parte del sumario que permanece secreto, de los movimientos hechos por uno de estos beneficiados, que habría ganado cerca de 10.000 euros con 19 apuestas repartidas en los tres días anteriores al encuentro, se desprende que “esta persona era conocedora del resultado con anterioridad al encuentro, puesto que sus apuestas son: empate en la primera parte y victoria del Gimnástic de Tarragona”. También apuntan las pesquisas policiales a que las apuestas de otros once ganadores, identificados todos ellos en Málaga, tienen relación entre sí. “Absolutamente todas ellas son el empate en la primera parte y la victoria visitante”, se dice. En algún caso se predijo el 0-0 al descanso y el 0-1 al final, que fue lo que ocurrió.

Otra predicción errada, en una combinada de los encuentros Valladolid-Valencia y Getafe-Villarreal de la última jornada de la pasada Liga, hizo perder a varias de estas mismas personas miles de euros, según recogen asimismo los documentos policiales.

El club actuará contra los investigados con cargos