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Son castiga al City y hace soñar al Tottenham

El gol del coreano deja tocado al equipo de Guardiola, que marró un penalti con 0-0.

Celebración del gol de Son para el Tottenham.
Celebración del gol de Son para el Tottenham.
Paul Childs/Reuters

Cuando se fundó el Tottenham seguro que nadie imaginó que sería un coreano el que marcase los primeros goles en el nuevo estadio del club un siglo después. Heung-Min Son, unos días después de anotar el primer gol de la historia en el nuevo White Hart Lane, repitió bautismo en la Champions League también tras un pase de su socio, el danés Eriksen, ante un Manchester City que desperdició un penalti señalado gracias al videoarbitraje.

Los tiempos cambian. Son está siendo uno de sus futbolistas más destacados del Tottenham en una temporada que empezó con sobresalto para él después de que la eliminación temprana en el Mundial de Rusia le hubiese puesto en una situación complicada: o ganaba los Juegos Asiáticos con su selección o tendría que dejar Londres para cumplir el servicio militar de dos años obligatorio para todos los ciudadanos antes de los 28 años. Es cierto que aún le quedaba Tokio 2020 para recibir la autorización y quedar exento pero se puso como objetivo lograr el título aunque fuera a costa de no tener vacaciones. No empezó la Premier para conseguir tal éxito y no falló. Son, con contrato hasta 2023, se sabe vital para Pochettino y soñaba con disfrutar con el nuevo estadio del Tottenham, ese que ha obligado a su club a no fichar nada en 18 meses. Marcó en octavos, entonces en Wembley, para poder disfrutar en cuartos de la nueva casa Spurs, que disfrutó de un partido vistoso entre dos equipos ingleses que huyen del juego directo.

El partido fue más táctico de lo esperado, en un City sin De Bruyne y Sane ni tampoco Bernardo Silva, tocado. Ambos técnicos trataron de sacar la pelota jugada desde atrás pero se encontraron que su oponente presionaba muy arriba para evitarlo. Pochettino y Guardiola, que vivieron muchos años cerca como rivales en Barcelona primero en el césped y después en el banquillo, han añadido otra visión al aficionado británico. Su cultura histórica de juego ha mutado. Ambos, por mucho que se conozcan, asumieron que no era un clásico partido de Premier. Y acertaron, porque el VAR actuó cuando apenas la hinchada del precioso nuevo estadio del Tottenham había cantado un 'uuuuuuy' en una volea de Alli tras internada de Sissoko.

Cuando se esperaba un córner Kuipers pitó penalti tras consultar el monitor tras segundos de incertidumbre en los que la cara de Rose durante la espera transmitía culpabilidad e incomprensión. Algo similar a los que vimos a Kimpembe cuando levantó la mano de más ante el United en el Parque de los Príncipes en octavos. La decisión fue la misma: penalti porque sus manos ocuparon un espacio no natural. Entonces apareció Hugo Lloris, capitán de los 'spurs' para frenar a Agüero al adivinar el lado y la altura del disparo del argentino. El campeón del mundo francés, poco valorado incluso en su país, es un especialista que ha parado los tres penaltis que le han lanzado en 2019 tras acertar ante Leicester y Arsenal.

A partir de ese minuto 13 el equipo local se hizo con el partido después de que Pochettino cambiase de banda a Son y Eriksen para que el coreano ayudase más a Trippier en una zona que buscó hacer daño el City, cuyos extremos se iban hacia dentro para evitar que Sissoko y Winks, que parecen tener tres pulmones cada uno, no pudiesen llegar a ayudar a los laterales. Esa era la obsesión de Pep, que planteó evitar que los laterales locales tuviesen sitio para correr y pisar área. Los aficionados del Tottenham, que estrenaban su flamante nuevo estadio en Champions, gritaban 'VAR, VAR' en cada acción dudosa como suelen hacer cuando piden una expulsión «off, off». Soñaron con un gol de Kane, pero Ederson completó un buen despeje.

La segunda parte empezó con un disparo de Son desde lejos, poco antes de que la afición local tuviese un momento de angustia cuando Delph pisó a Kane en una pelota dividida en la banda y lo lesionó. Lo que más molestó a Pochettino, cuya cara era un poema, es que ni siquiera pidiese perdón a su capitán. Desde ese momento pasó a ser silbado en cada pelota que tocó. Entró Lucas Moura para no modificar el plan: ser rápidos y golpear. Así llegó el tanto de Son, en una pelota a la espalda de Eriksen que el coreano rescató cuando todos veían irse por la línea de fondo. No sólo la controló, se giró y soltó un zurdazo que sorprendió a todos, incluido Ederson. El 1-0 es un gran botín para los londinenses, que presionan a un Guardiola que vive con el vértigo de los cuartos de final. Son dice que no se casará hasta que no se retire del fútbol. Es un hombre que, por el momento, está cumpliendo con todo lo que se propone...

Ficha técnica

Tottenham: Lloris, Trippier, Alderweireld, Vertonghen, Rose, Sissoko, Winks (Wanyama, min. 81), Erisksen, Alli (Llorente, min. 87), Son y Kane (Lucas Moura, min. 58).

Manchester City: Ederson, Walker, Otamendi, Laporte, Delph, Fernandinho, Gundogan, David Silva (Sane, min. 88), Mahrez (De Bruyne, min. 88), Sterling, Aguero (Gabriel Jesús, min.70).

Goles: 1-0: min. 78, Son.

Árbitro: Bjorn Kuipers (Holandés). Amonestó a Rose, Laporte, Mahrez

Incidencias: Ida de cuartos de Liga de Campeones 18/19. 62.062 espectadores en el Tottenham Hotspur Stadium. Hugo Lloris detuvo a Agüero un penalti señalado tras consulta con el VAR en el minuto 13. Un espontáneo saltó al campo y paró el juego en el minuto 90, resuelto con bote neutral por parte del árbitro.

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