Mario Bartolomé y el arte de nadar, correr y pedalear

El triatleta aragonés prepara un 2019 con dos Mundiales en el horizonte.

Mario Bartolomé se mira el cronómetros tras completar el sector natación de una prueba.
Mario Bartolomé se mira el cronómetros tras completar el sector natación de una prueba.
Aarón López

Aunque solo lleva tres años dedicándose al triatlón, Mario Bartolomé Pil, de 34 años, ya ha conseguido engalanar su palmarés internacional de forma brillante. En 2018, tras acabar segundo en Sri Lanka, el deportista del Centro Natación Helios lograba la clasificación para el Campeonato del Mundo de Ironman 70.3, que se disputó en Sudáfrica el pasado mes de septiembre.

Ahora, tras haber ganado en Bahrein el Ironman en su grupo de edad, ha vuelto a conseguir el billete para su segunda cita Mundial, que tendrá lugar los días 7 y 8 de septiembre en Niza (Francia). Nadará en el Mediterráneo, irá en bicileta por los Alpes y correrá por el paseo marítimo de la ciudad.

Pero antes, dentro de apenas dos semanas, acudirá a su primer Ultraman, en Florida (Estados Unidos), con el objetivo de seguir adaptando su estado su físico de acuerdo a la exigencia de sus próximos retos, que afronta "con ilusión". Esta prueba está compuesta de 10 kilómetros nadando, 420 de ciclismo y 84 corriendo, intentando llegar a la meta entre los mejores en una de las pruebas de ultra fondo más complicadas del mundo.

Asimismo, el triatleta también competirá en la Copa de España continuando su preparación, a modo de entrenamiento, siempre con el foco puesto en la Ironman de Vitoria (14 julio), para obtener la clasificación al Mundial de octubre en Kona (Hawaii). Un año repleto de pruebas y retos que han forjado unas expectativas impensables para el atleta hace unos años.

La carrera deportiva de este zaragozano no corresponde a un proceso natural. Y es que en tres años, el ‘hobby’ de la natación en las piscinas de Helios ha pasado a una actividad que ocupa gran parte de su tiempo, sumando dos disciplinas más al día a día. "Yo siempre he sido nadador, comencé a correr y varios amigos me animaron a salir también en bicicleta. Ahí comenzó todo", reconoce Bartolomé, un autodidacta del triatlón que ya se entrena con un preparador profesional, el campeón del mundo de triatlón Iván Raña.

Bartolomé es un ganador, tal y como sus números revelan. Pero también conoce el sabor de la derrota. Por ejemplo, en noviembre, 42 picotazos de medusas en las aguas de México le condicionaron una prueba que solo pudo terminar andando y con las zapatillas en la mano. Una anécdota de las muchas que puede contar un trotamundos, porque el triatlón exige eso: viajar. Por esa y otras cuestiones, se trata de un deporte caro, aunque la ayuda de algún patrocinador, que las victorias del zaragozano en los últimos meses ha atraído, supone un plus financiero y moral de cara a seguir compitiendo al máximo nivel.

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