El fútbol femenino en Aragón, un crecimiento paulatino

El fútbol femenino aragonés sigue creciendo, pero a un ritmo pausado. Una realidad que, como ocurre a nivel nacional, todavía necesita de un empujón social y económico para abrir brecha con una situación actual mejorable, a la vez que esperanzadora. El último gran éxito de las chicas que compiten sobre los terrenos de juego, el oro del Mundial sub-17 celebrado en Uruguay en diciembre, con la aragonesa Salma Paralluelo como una pieza capital en el equipo de Toña Is, subió el volumen al altavoz del balompié femenino en todo el país y, concretamente, en Aragón.

Un punto de inflexión en el ámbito mediático que coincide con el momento histórico más candente en aspectos de igualdad entre mujeres y hombres. En este sentido, la entrada de potentes patrocinadores como Iberdrola a la liga femenina de élite, así como la implicación de clubes e instituciones en el fútbol femenino continúan contribuyendo a la profesionalización de este deporte, cada vez más seguido por los aficionados. Pero hay mucho trabajo en la sombra, ya que tanto las futbolistas como sus familiares realizan grandes esfuerzos a todos los niveles para poder formar parte de un equipo y jugar cada fin de semana.

Actualmente, Aragón cuenta con dos equipos de fútbol femenino en Segunda División, el Zaragoza CFF y el CD Oliver, además de una liga territorial íntegra compuesta por dos grupos de trece equipos cada uno, encuadradas en categoría juvenil. En cuanto al fútbol base de edades más bajas, existen equipos formados únicamente por chicas, y niñas integradas en conjuntos mayoritariamente masculinos. En la presente temporada, el número total de licencias femeninas de fútbol tramitadas por la Federación Aragonesa ronda las 900 fichas. En España, la cifra asciende a 42.000 licencias. Datos relevantes pero que todavía distan mucho de los números que se manejan en países como Estados Unidos, donde se tramitan cerca de un millón y medio de fichas por temporada.

Este jueves, en el foro-debate que tuvo lugar en el Patio de la Infanta, organizado por el portal Solofútbolbase, se pusieron sobre la mesa las claves que envuelven al fútbol femenino aragonés, en términos de pasado, presente y, sobre todo, de futuro. En este, Luis Emilio Fernández, abogado y especialista en fútbol femenino, expuso que el índice de licencias en nuestra comunidad se había incrementado paulatinamente un 5% respecto a la pasada temporada, mientras que en otras comunidades como Cataluña ha crecido alrededor de un 35%.

En este enclave, tanto la DGA como el Ayuntamiento de Zaragoza están adoptando medidas para acelerar el crecimiento. Pablo Híjar, concejal de Deportes, recordó que todos los clubes gestores de campos de fútbol municipales deben incorporar, de manera obligatoria, un equipo absolutamente femenino en sus filas. Rubén Alcaine, vicepresidente del Zaragoza CFF y presidente de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, se refirió a la profesionalización de las estructuras, un aspecto que "desde 2015 ha mejorado pero todavía queda mucho camino por recorrer".

David Gimeno, entrenador del CD Oliver, cuya plantilla está compuesta por 20 aragonesas, puso el acento en la estructura del fútbol aragonés, "donde las chicas no disfrutan de un proceso natural". Y es que el Oliver, situado en la octava posición de su grupo en Segunda, compite contra equipos vascos y navarros, grandes potencias del fútbol femenino español acostumbradas a jugar únicamente entre equipos femeninos desde edades cortas. "La diferencia respecto a los equipos vascos y navarros es estructural porque ellos tienen ligas territoriales integradas únicamente por chicas. Los recursos no los estamos gestionando bien porque deberían ir destinados a la formación de las jugadoras. Hay que hacer una reflexión profunda para que haya ligas integrales femeninas", opinó el técnico.

Sara Morer, entrenadora del Zaragoza CFF, discrepó sobre el argumento planteado por Gimeno: "La mejor formación que tienen las chicas es que jueguen desde la base con el fútbol masculino porque a la hora de competir les motiva, trabajan mejor para intentar ganar a un equipo de chicos. Además, a los chicos les damos a entender que estamos ahí", rebatió. En la conversación, también participó José Mendi, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicología Deportiva, aportando otra perspectiva sobre los estereotipos que se generan en torno al fútbol femenino por parte de las familias de las jugadoras: "El prejuicio se ha sofisticado, los padres tienen más expectativas sobre los niños que las niñas". Un hecho que afecta a la implicación familiar en la actividad deportiva de las chicas.