El Dakar, que encara esta semana su tramo final y definitivo, está viviendo un 2019 salpicado por la polémica. Las decisiones de los comisarios, los puntos de paso conflictivos o las supuestas filtraciones de las hojas de ruta están enturbiando el ambiente de una de las pruebas teóricamente más puras del deporte mundial. "Cuando cometo un error lo reconozco. Estoy enormemente decepcionado de ver que las personas que gestionan un evento del renombre del Dakar son incapaces. Soy un novato quizás en raids, pero ¿y mis colegas expertos que vieron ese error en el 'roadbook' (libro de ruta)?”. Estas duras palabras llevan la firma de Daniel Elena, el copiloto monegasco con el que Sebatian Loeb ha logrado todos sus títulos, contrariado tras perder 43 minutos en lo que él considera un grave error en el libro de ruta. "Pensábamos que nos habíamos perdido, pero el problema era la mala referencia del 'roadbook'. No merecía perder ese tiempo porque estábamos navegando bien", subrayaba Loeb.

Un par de días antes, otra mala gestión de la dirección de carrera terminaba con la aventura en el Dakar de Nicola Dutto, el primer piloto parapléjico que correrá en moto el Dakar y al que asistía en su aventura Víctor Rivera, el único representante aragonés en la carrera. La moto del piloto caspolino se quedó atrapada a consecuencia del ‘fesh-fesh’, una arena muy fina que se cuela por todos los rincones del vehículo y que le corrompió el motor. Tras dos horas intentando repararla, el equipo, con Dutto a la cabeza, decidió continuar la etapa, con la mala suerte de que la moto de Juan Villarrrubia, otro de los componentes del equipo, también sufrió una avería. Aunque la moto de Toral, el tercero de los ayudantes, todavía funcionaba bien, Dutto necesitaba al menos la compañía de dos pilotos para poder levantar su moto en caso de caída y garantizar su seguridad hasta su llegada a meta.

Los pilotos consultaron a un comisario la posibilidad de desplazarse por carretera hasta el tercer punto de control y, desde ahí, salir hacia Moquegua conscientes de que iban a recibir una penalización. El comisario les confirmó que podían escoger esta opción y continuar la carrera al día siguiente con una penalización de tiempo. Sin embargo, la organización del Dakar les comunicó al llegar que era ilegal y les comunicó su expulsión inmediata. "Estamos fuera de carrera porque este caradura no quiere que un parapléjico siga terminando etapas de la carrera más dura del mundo. Su carrera dejaría de ser la más dura del mundo si un minusválido llega al final", asegura enfadado Pablo Toral, el tercer compañero del aragonés Víctor Rivera. Un Rivera que, dos etapas antes, aseguró que el recorrido estaba "trampeado y recortado" para favorecer a ciertos equipos porque "hay mucho dinero por medio y el que paga manda".

Filtraciones y más decisiones polémicas

Las posibles filtraciones de las hojas de ruta también están sacudiendo el Dakar. El chileno Boris Garafulic aseguró que "algunos pilotos tenían más información sobre la segunda etapa, y es fácil darse cuenta, porque las velocidades son muy diferentes. Algunos iban muy rápido". Una sensación que respaldó la española Laia Sanz: "Todos sabemos que estas cosas han pasado en el Dakar, así que tampoco me sorprende", dijo apoyando la teoría de Garafulic.

La última de las polémicas salpicó al español Gerard Farrés, que perdió el liderato en la categoría de coches ligeros UTV (vehículos utilitarios todoterreno). La dirección de la carrera decidió cancelar el último tramo cronometrado de la etapa que se entre Tacna y Arequipa, en Perú, ante una espesa niebla y gran cantidad de acumulación de polvo. Sin embargo, algunos pilotos ya habían completado ese tramo, por lo que la organización decidió "calcular" el tiempo que les habría tomado rodar en esa área a los pilotos a los que les impidió seguir compitiendo.

Antes de que se cancelara ese tramo, Farrés era el líder virtual de la categoría de los UTV al haber firmado mejores tiempos que sus rivales en los tramos anteriores. En cambio, el cálculo hecho por la dirección de la carrera relegó a Farrés a la tercera posición, al otorgarle un tiempo mayor al del chileno Rodrigo Moreno y el brasileño Reinaldo Varela, sus rivales más directos y los únicos de la categoría que pudieron rodar en ese último tramo. "Estamos muy afectados, no entendemos nada", indicaba con desazón el catalán. La polémica está servida en un Dakar al que todavía le restan cuatro jornadas.