Una remontada estéril

El Tecnyconta se sobrepone a una desventaja de 17 puntos, pero al final no puede evitar la derrota ante el Fuenlabrada (77-80).

Bo McCalebb ataca el aro del Fuenlabrada.
Bo McCalebb ataca el aro del Fuenlabrada.
Toni Galán

El Tecnyconta es un equipo en construcción. Los jugadores necesitan tiempo para adquirir rutinas y automatismos, para asimilar los sistemas de juego, para conocer a sus compañeros y para ejecutar correctamente el ideario del entrenador. En este escenario, el cuadro aragonés volvió a completar otra actuación deficiente en el pabellón Príncipe Felipe, al calor de sus aficionados, que se tradujo en la tercera derrota de la temporada. El conjunto zaragozano, superado por momentos, tiró de fe, carácter y orgullo, ya en el tramo final, para agarrarse a un partido que parecía sentenciado a cinco minutos de la conclusión. Por entonces, el Fuenlabrada había edificado una renta de 17 puntos en el marcador (56-73) y caminaba con paso firme hacia la victoria. Sin embargo, los locales se fortalecieron atrás, nunca bajaron los brazos y fueron alimentando su autoestima con los puntos de Nacho Martín, McCalebb y Fran Vázquez, y con la velocidad de Santana, para reducir su desventaja a la mínima expresión en el último minuto de la contienda (77-78). Pero los madrileños, muy seguros desde la línea de personal, no se desencajaron en los momentos de fragor y acabaron conquistando el triunfo, no sin problemas, con Marc García (19 tantos), Paco Cruz (17) y Marko Popovic (15) como principales ejecutores de los zaragozanos.

El cuadro aragonés encaró la cita con la ausencia de Stan Okoye, uno de sus jugadores más determinantes en los dos lados de la pista. El alero, convaleciente aún de un proceso gastrointestinal, no pudo actuar finalmente contra los madrileños, en un duelo cuya presencia se antojaba capital por su amplitud de recursos ofensivos, por su capacidad reboteadora, por su compromiso y constancia atrás y, también, porque se presumía el hombre más idóneo para frenar las acometidas de Christian Eyenga. Sin Okoye, el Tecnyconta perdió uno de sus mejores argumentos, lo que también condicionó el desarrollo del choque.

En el primer acto, al Tecnyconta le faltó paciencia para madurar sus acciones de ataque. El equipo se quedaba sin argumentos cuando no hallaba a Fran Vázquez en el juego interior, y fiaba gran parte de sus ofensivas al triple -una opción siempre inquietante-. A los cinco minutos, los aragoneses había ejecutado cinco lanzamientos desde la línea de 6,75, con un único acierto, y los madrileños comenzaban a distanciarse en el marcador (7-11). Sin embargo, el conjunto local mejoró con las primeras rotaciones -entraron Seibutis, Justiz y Nacho Martín-, y enseguida recuperó el mando con una defensa tenaz y cuatro certeros ataques: dos triples ejecutados por Nacho Martín; una jugada individual de Renaldas Seibutis; y una canasta de Javier Justiz bajo los aros, tras una gran acción colectiva. Un parcial de 10-0 (17-11, minuto 9), que obligó al técnico de los visitantes, Néstor García, a detener el encuentro. Tras el tiempo muerto, el Fuenlabrada reaccionó con inmediatez gracias a dos triples consecutivos, primero de Clark y luego de Paco Cruz, que igualaron la contienda (17-17) en apenas 40 segundos. Berhanemeskel cerró el primer cuarto, prácticamente sobre la bocina, con una genial penetración (19-17). El partido seguía sin dueño.

El Tecnyconta compareció con determinación y seguridad en el segundo acto, sobre todo en las labores de contención, y su actividad defensiva enseguida le aportó réditos. El equipo visitante -con un juego lento, plano y previsible-, se quedó entonces sin ideas y se prodigó en las pérdidas de balón, lo que aprovechó el cuadro aragonés para generar un renta de seis puntos al cuarto de hora (28-22). Sin embargo, bastaron cinco indecisiones de los locales para que el Fuenlabrada, con Tomás Bellas en la pista, volviera a voltear el marcador tras un lejano lanzamiento de Marc García (28-22). Un posterior triple de Marko Popovic, que ampliaba la ventaja de los madrileños (28-32), conllevó el tiempo muerto de Porfirio Fisac a tres minutos del descanso.

El Tecnyconta vivía sus momentos más comprometidos, especialmente por su falta de solvencia en la faceta ofensiva: nueve puntos convertidos en los últimos ocho minutos del duelo. Lejos de reaccionar, el panorama se tornó más adverso aún para los zaragozanos, en la recta final del segundo cuarto, tras dos tiros libres de Marc García y un nuevo lanzamiento de Marko Popovic desde el perímetro (30-39). Fran Vázquez redujo distancias poco antes del intermedio (32-39), pese a otro ataque anárquico de los aragoneses; pero el Tecnyconta, por entonces, no emitía señales para el optimismo: un 25% de efectividad en triples (3 de 12); un 50% desde la línea de personal (3 de 6); y 10 perdidas en los primeros 20 minutos del choque.

En la reanudación, el Tecnyconta siguió con dudas, con numerosos problemas para generar ventajas y para dotar de balones al juego interior. Y aunque se situó a un solo punto (41-42) en los minutos iniciales, el intento de remontada pronto quedó en una amago de la nada. El Fuenlabrada, de la mano de Marko Popovic, de nuevo amplió su renta hasta los nueve puntos (41-50), castigando los continuos desajustes de los zaragozanos. En el equipo local faltaban ritmo, confianza, fuerza y convicción, y un mayor ejercicio colectivo, ante un oponente cuya única amenaza real atendía a los lanzamientos triples. Un recurso suficiente, en cualquier caso, para que los madrileños alcanzaran la media hora con el partido inclinado a su favor (54-61). De nuevo tocaba remar contracorriente, realizar un desgaste superior, para no tropezar en el pabellón Príncipe Felipe. Como en el duelo ante el Gipuzkoa, en la anterior actuación en casa de los aragoneses, cuando sólo un último minuto magistral salvó al equipo del oprobio.

Sin embargo, el Fuenlabrada se mantuvo firme, sin concesiones, en los primeros minutos del cuarto y fue estirando su renta sin apenas oposición. La ventaja de los visitantes se amplió hasta los 17 puntos (56-73), justo en el ecuador del último acto, ante un rival que parecía ya resignado a su suerte. Porque el Tecnyconta no sólo seguía sin criterio en sus acciones de ataque, sino que, además, había perdido también su solidez defensiva y su capacidad de intimidación bajo los aros. Pero el cuadro zaragozano ofreció, de nuevo, una notable resistencia a la derrota cuando su adversario se sentía ganador. De repente edificó un muro atrás, anulando cada una de las ofensivas del Fuenlabrada, al mismo tiempo que se empleaba, por fin, con solvencia y lucidez en cada uno de sus ataques. De esta forma, se situó a un solo punto en el marcador (75-76), a 46 segundos del final, tras una rápida canasta de Bo McCalebb. El partido entró entonces en un intercambio de lanzamientos desde la línea de personal, donde los visitantes se manejaron con acierto. Pese a todo, el Tecnyconta dispuso de tres opciones para haber igualado el choque, pero erró todos sus intentos. Tampoco lo merecía.

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