Montserrat Abelló: "Cuando empecé a correr, me miraban como a un bicho raro"

Montse Abelló (Zaragoza, 1955), una de las pioneras del atletismo femenino aragonés, fue homenajeada en la última Carrera Popular Ibercaja.

Montserrat Abelló, en el centro de Zaragoza.
Montserrat Abelló, en el centro de Zaragoza.
Toni Galán

Acumuló 30 internacionalidades y 2 Campeonatos de España de cross por clubes y es una pionera del atletismo femenino aragonés, motivos por los que fue reconocida antes de la Carrera Popular Ibercaja. ¿Qué sintió?

Me hizo mucha ilusión que me llamaran, ya que la había ganado varias veces.

¿Correrá el año que viene?

Si me encuentro bien físicamente y estoy en Zaragoza sin ningún impedimento, iré. Me apeteció mucho el otro día. Aunque será simplemente por el hecho de participar y ayudar a la causa.

¿Todavía mantiene el gusanillo por el atletismo?

Sí. Salgo todos los días por el mero hecho de disfrutar, a mi ritmo. Hago unos 12 kilómetros por Villanueva de Gállego.

¿Qué la llevó a calzarse unas zapatillas a principios de la década de los setenta y salir a correr cuando era todavía una práctica muy minoritaria?

Empecé en el colegio, con 14 años. Al director le gustaba el deporte y un día comentó que había una carrera en el parque. Me apunté. Yo no sabía ni lo que era el atletismo, aunque iba a todos los sitios corriendo; por eso siempre he sido muy delgada. Quedé bastante bien para ser mi primer contacto. Pedro Pablo Fernández, que estaba de observador, me preguntó si quería entrenar con él en el Scorpio. Luego pasé a entrenar con mi marido, Eduardo Artigas. El atletismo es un deporte muy sacrificado, hay que dedicarle mucho tiempo y ser constante, cuidarse mucho y privarse de cosas.

Ganó la primera edición de la Carrera del Ahorro de Ibercaja en 1983, de formato muy parecido a la actual Popular.

Así es. Me dejó un gran recuerdo. También corrí años más tarde en la milla nocturna que se organizaba en la puerta del Carmen. Invitaron a Maite Zúñiga, que venía de participar en los Juegos Olímpicos y llegaba como estrella principal, y Dolores Rizo, de Palencia. Recuerdo con mucha ilusión la prueba; gané. Es una de las mejores carreras que he hecho. Había mucho público que me arropó hasta el final. Hasta me emociono al recordarla... Fue preciosa.

Dentro de su amplio palmarés, también relucen victorias en carreras de nivel internacional.

Hace un par de meses, nos hicieron un homenaje a todos los que ganamos el cross de Elgóibar. Nos juntamos todos: Carmen Valero, Pilar Fernández, Mariano Haro... La élite de por aquel entonces, 1977.

Es la atleta española que más participaciones suma en Mundiales de cross (14). ¿Qué le atraía tanto de esta modalidad?

También corría en pista, porque había hecho mucho fondo durante el invierno y competía para el club en el que estuviese, pero la verdad es que prefería el cross. Era lo que más me gustaba. Sobre todo si había barro, si llovía... Aumentaban mis opciones cuanto peor estaba el circuito, cuanto más duras eran las condiciones. Sacaba la garra. Gané en Venta de Baños (Palencia) en 1985 en un día horroroso. Todo el mundo estaba bastante acobardado. No me iban las carreras rápidas, me eran más propicias aquellas que contaban con cambios de ritmo y condiciones imprevisibles.

Ha sido una fuente de inspiración para las siguientes generaciones.

Me siento orgullosa de haber sido una pionera del atletismo aragonés. Y ahora me doy cuenta, cuando la gente me reconoce y se acuerda de mí, de que he dejado una huella en el camino para las que han venido detrás. Es una satisfacción muy grande.

Muchas han seguido su estela. Y a nivel popular la participación femenina no deja de subir.

Cuando empecé a correr, me miraban como a un bicho raro. No era la única que corría, pero sí es cierto que había muy pocas. No hay duda de que las mujeres van hacia adelante y progresan, lo que es todo un éxito.

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