Buena parte "de culpa" de que Ana Monfort esté subida a una bicicleta la tiene su hermano Víctor. A la pequeña Ana le gustaba dibujar piruetas en el tapiz. La gimnasia rítmica era su pasión, pero tampoco se perdía las carreras en la que participaba Víctor como integrante de la escuadra masculina del Club Ciclista Caspolino, club del que ahora es presidente. "Al final, entraba dentro de la lógica que me acabara enganchando a las dos ruedas. Probé con diez años y aquí sigo. Lo que siempre me ha gustado es el ambiente que hay en todas las carreras y las amistades que haces", afirma Ana.

Una de sus grandes amigas es Ariadna Navarro. Ambas han crecido juntas arropadas por Santi Catalán, "nuestro padre deportivo", dice entre risas la corredora, de 17 años, que estudia segundo de Bachillerato en el IES Mar de Aragón de Caspe junto con Ariadna. Juntas desde la Escuela del CC Caspolino y en el equipo cadete del Bajo Aragón Histórico, siguiendo el camino de Esther Cañete. "No sé qué tiene esta tierra, pero somos muchas las chicas las que nos hemos animado a salir a la carretera a competir. También es el interés de la ciudad y del club, que siempre se han volcado por fomentar y animar que haya más mujeres en este deporte y también carreras", analiza la corredora, que sumó en 2016 su mayor éxito deportivo, al proclamarse campeona de España de ruta cadete en Mérida.

Ana inicia su segunda temporada en el Moreaga Taldea, desde donde espera salir lanzada a cotas más ambiciosas. "Me gustaría ir con la selección española; sueño con poder participar en una gran vuelta... Pero hay que ir poco a poco, aprender para crecer", asegura. La caspolina engorda su currículum con las pruebas del Torneo Euskaldun, la Copa de España y las vueltas a Burgos y Valencia. "Hay que aplaudir que cada vez tengamos más carreras para mujeres. El ciclismo femenino va avanzando. Esta bien que Movistar también se haya animado a crear una formación de chicas. Ya se habla de nosotras", concluye.