Correr más allá de los propios ojos

Tomás Benito, que sufre una gran pérdida de visión, es uno de los deportistas aragoneses que, gracias al proyecto 'Comparte tu energía', tiene guía para practicar atletismo.

Laura y Tomás, unidos antes de una carrera.
Laura y Tomás, unidos antes de una carrera.

Tomás Benito (Teruel, 1991) es parcialmente ciego desde los 13 años. Padece hidrocefalia, y el exceso de líquido en las cavidades del cerebro le atrofió el nervio óptico. Apenas había iniciado la adolescencia. Estudiaba la ESO en el Instituto Vega del Turia y, como el resto de compañeros de clase, “perdía el culo” por salir a correr tras el balón. Él era más de baloncesto, pero no esquivaba los rondos o los mundialitos de fútbol en el patio de recreo. Lo que fuese con tal de respirar el frío turolense; ese "blanco rosada" que una mañana amaneció borroso.

“Debido a mi enfermedad, llevo instalada una válvula que regula el líquido cefalorraquídeo, pero se estropeó y el nervio óptico quedó aplastado por la presión. Cuando me operaron vieron que mi visión había quedado dañada para siempre”, recuerda ahora Benito, que, pese a sus limitaciones, luchó por no dejar de hacer deporte.

“Iba a nadar a la piscina climatizada acompañado por amigos o familiares y me instalé un gimnasio en la cochera de mi casa”, explica, y lamenta no haberse unido antes a la Fundación ONCE. “Hasta que me inscribí, hace unos cinco años, veía los deportes de equipo como una utopía. No imaginaba que podría recuperar ese espíritu competitivo, por llamarlo de alguna forma”, valora Benito, que actualmente es capaz de correr los 100 metros lisos en poco más de 14 segundos.

Gracias al proyecto ‘Comparte tu energía’, creado para unir a corredores ciegos con otros que ejercen de guía, este joven de 26 años tiene a su disposición una monitora personal. Así, los sábados por la mañana se desplaza de Teruel a Zaragoza para ejercitarse en el Centro Deportivo Municipal La Granja. “Conocí a Laura -por Laura Ansón, como así se llama su lazarillo- en 2013, aproximadamente. Por aquel entonces, era mi entrenadora de goalball, modalidad creada específicamente para personas con baja visión, pero ahora también me prepara para las carreras”, añade Benito, que compagina los estudios de la carrera de Derecho con la competición.

El año pasado participó en el Campeonato de Aragón de Atletismo y en otra prueba nacional en Alicante. En este 2018, se propone bajar los tiempos registrados -14,60 y 15,55 respectivamente- y perfeccionar la coordinación con Ansón. “¡Tenemos que conseguir ser una sola persona!”, le exclama ella, mientras une sus manos con una goma elástica.

Carrera

El movimiento de brazos es fundamental en el acoplamiento de ambos cuerpos. Desviarse de la calle correcta puede conllevar una caída en pista. “El ritmo de las extremidades superiores es básico. Él tiene que dejarse llevar en línea recta, confiando en mi mando para que no haya sustos”, destaca Ansón, voluntaria en la ONCE desde hace años. De ahí que la delegación aragonesa la escogiese como una de las primeras guías. Actualmente, unas 70 personas más forman parte de una iniciativa que fue impulsada por el grupo energético EDP y cuenta con Martín Fiz y Pablo Cantero -primer runner ciego internacional- como embajadores.

“Hice un grado superior de actividades físicas, entré de prácticas en la ONCE y aquí sigo. Ahora compagino mi labor con las clases del Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad San Jorge”, concluye Ansón.

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