Medalla de plata para una 'chica de oro'

Nació hace casi 83 años en Zuera, se llama Pilar Elvira y ha conseguido la segunda posición en el Campeonato Mundial de Remo ‘Indoor’ en el estado de Virginia.

Pilar Elvira
Pilar Elvira
Aránzazu Navarro

"Un poco cansada, pero satisfecha" eran las palabras de Pilar Elvira desde el centro de Washington, un día después de remar 2.000 metros y ganar una medalla de plata en los Campeonatos del Mundo de Remo ‘Indoor’ celebrados en la Alexandria. En esa ciudad del estado de Virginia participó la semana pasada en la categoría 80 – 84 años de peso ligero de esta variante del remo, fuera del agua. "A mí no me trates de usted, por favor", deja claro esta zufariense, que fue la de más edad en subirse al podio. Aunque hace más de ocho décadas que nació, su enérgica voz no tiene esos años y mucho menos su mente. Cuando una señora que es campeona del mundo dice eso, hay que hacerle caso.

Pilar comenzó su carrera deportiva en la piscina, donde consiguió dos récords de natación, uno en la categoría de 70-79 años y otro en la de 80-84. En 2005 probó con el remo ‘indoor’, un "desconocido deporte", como ella lo califica, que le ha dado muchas alegrías, como el primer puesto en el campeonato europeo celebrado en Alemania en 2010 y en el Mundial de Boston en 2016. Viajar hasta Estados Unidos no es ningún impedimento para ella, ni tampoco el cambio horario ni hacer tres escalas: Londres, Chicago y Washington. "Ya no sabía ni dónde estaba ni qué hora era. No hacía más que preguntar si me tocaba ya la pastilla de la tensión", rememora entre risas.

Convertirse en una deportista de élite era su anhelo de la infancia. "Mira, con 80 años lo he conseguido", exclama orgullosa. "En mi juventud no teníamos nada de este estilo, claro, yo soy una niña de la posguerra y como soñar era gratis, soñaba y mucho", recuerda.

Tener grandes ilusiones requiere asimismo grandes esfuerzos. Pilar sigue una estricta rutina: "Me levanto a las 6.00, me voy al gimnasio, allí hago sentadillas y pesas, guiada por mi entrenador Gaby. Después vuelvo a ser ama de casa, aunque no es lo que más me gusta", admite con la boca pequeña. Añade que "los entrenamientos son duros porque exigen mucha constancia, además de potencia y resistencia".

Pero no todo es entrenar, también se necesita un respaldo. En el caso de Pilar sus familiares son sus mejores hinchas, siempre viajan con ella. "Donde va una, vamos todos. La yaya se va a tal sitio, pues todos hacen las maletas. Allí en Estados Unidos nos hemos reunido con familia que reside al otro lado del charco", explica la aragonesa, que es bisabuela desde hace dos años.

"Mi madre es un ejemplo a seguir. Nos deja el listón muy alto, tanto a los más cercanos como a los que comparten con ella tiempo de entrenamiento", confiesa su hija Ana Cristina. Ella es precisamente quien organiza las competiciones de su madre. "Mi hija es mi mánager y mi todo", manifiesta emocionada sin perder de vista a Ana Cristina. Tampoco se olvida de su yerno, para quien tiene palabras de agradecimiento: "Él también aguanta todo esto".

Pilar es un ejemplo de vida que ha ayudado a seguir adelante a varias personas. "Parece que cuando te jubilas te tienes que quedar en casa a ver a Belén Esteban en la tele, pues no. Con esta vida que llevo no tengo ni un dolor ni medio", confiesa. Fue mano derecha en el taller de su padre, crió a su hija y nietos, destacó en su oficio como esteticista y ahora se ha convertido en campeona del mundo. Con su testimonio transmite ganas de vivir y la risa con la que termina sus frases contagia ilusión, la misma con la que un día soñó con ser deportista.

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