Los noruegos se atreven con todo
La selección de curling del país escandinavo sorprende y divierte con sus uniformes en los juegos de Pieonchang.
Seamos sinceros: el curling no es un deporte de masas. Y sin embargo, en estos juegos de invierno de Pieonchang este extraño deporte, en el que se empujan piedras sobre el hielo con una especie de escoba, no deja de acaparar de titulares. Por cosas negativas, como el presunto dopaje de un jugador de la selección rusa. Y por otras más divertidas, como el equipo noruego, que tiene encandilados a los espectadores de estos JJ OO por sus peculiares modelitos.
Y no es que la equipación del curling dé para mucho, pero los noruegos han ido a Corea dispuestos a dar el cante y a hacer que su equipación sea la estrella de la competición. La camiseta no cambia: discreta, roja y con una franja azul en la parte superior. Pero la sorpresa llega cada día en los pantalones del equipo. El único límite es que el diseño de la prenda mantenga los colores de la bandera noruega (azul, rojo y blanco), pero a partir de ahí, las posibilidades son infinitas. Flores de todo tipo, topos, rombos, soles, dibujos psicodélicos, cachemires...
Todo vale para dejar huella en la pista.
Y si con sus conjuntos ya habían conquistado al público (y a los fotógrafos), el colmo de su éxito llegó el día de San Valentín. Para celebrar la fiesta del amor, los noruegos incumplieron su propia norma de mantener los tonos de la bandera y salieron a competir con unos pantalones llenos de pequeños corazones rosas entrelazados.
Fué quizá su aparición más estelar. Pero en cada una de sus intervenciones han dado que hablar. Como con estos círculos y rayas un tanto psicodélicos, ¿quizá para despistar al contrario?
Si el día amanece frío en Pieonchang, los noruegos inundan su ropa con flores tropicales.
Más flores. Estas, con un aire de copo de nieve.
Círculos tricolores con un aire muy 'sixties'.
Más psicodelia en la pista de curling.
Lo que parece claro es que, más allá del resultado deportivo, los noruegos ya se han llevado un triunfo de su participación en estos juegos de invierno: tienen los uniformes más molones del mundo.