Un césped lleno de irregularidades

El extraño caso de la hierba artificial del campo del Ebro, que en apenas seis meses no está apto para el juego.

Un momento del partido Ebro-Llagostera disputado este domingo en La Almozara. rubén
Un momento del partido Ebro-Llagostera disputado este domingo en La Almozara. rubén
Losada/fotografiarte

Los potentes rivales del Grupo III de la Segunda División B no son el único enemigo con que se está encontrando el Ebro este año. Las deficiencias de su campo de hierba artificial constituyen un escollo más, dificilmente superable para un equipo que apenas puede mover la pelota dado el mal estado del césped del campo municipal de La Almozara (antiguo Carmen). El enemigo, lamentablemente, está en casa, en el estado de su terreno de juego.

Paradójicamente, la superficie sintética del campo del Ebro es reciente, casi nueva podría decirse. Fue instalada el pasado verano. En tan corto espacio de tiempo, ha sufrido un deterioro que induce a pensar que las características exigidas en el pliego no se han cumplido o, lo que sería todavía peor, que las características requeridas en el pliego no eran las adecuadas. "El anterior césped artificial aguantó ocho años. El actual lleva solo unos meses y está muy mal, chafado. El balón bota mal, es muy complicado jugar así. Además, desde el principio, desde que lo trajeron, desde que se puso durante el verano, ya se veía que no era bueno. Desde luego, es diferente a otros de última generación que se han puesto recientemente en el fútbol aragonés, como el del Utebo. Ahora están analizando el césped. A ver qué pasa, porque no está en buenas condiciones para jugar", indicó Jesús Navarro, presidente del Club Deportivo Ebro.

Emilio Larraz, entrenador del Ebro, conoce todos los campos de la categoría de Segunda B, terrenos muy diferentes a los de su club. "La semana pasada jugamos en Onteniente sobre un campo de césped artificial. Daba gusto jugar allí. La pelota circulaba perfectamente y se podía tocar, jugar al fútbol. El nuestro, desde luego, no está igual", se lamentó el técnico. El caso es que el Ebro continúa jugando sobre un césped en deficiente estado, circunstancia que no escapa a los conjuntos que lo visitan, clubs del prestigio e historia del Mallorca (recientemente venció por 0-2) o el Elche.

Todas estas irregularidades en el césped condicionan la trayectoria del equipo zaragozano, que con tanta dignidad y eficacia está compitiendo en el grupo más exigente de la ya de por sí complicada Segunda División B. Además, las deficiencias advertidas en el campo municipal de La Almozara pueden influir también en otros seis campos municipales de Zaragoza, que están esperando una urgente renovación del césped artificial sobre el que practican deporte miles de zaragozanos. Concretamente, los campos en los que desarrollan su actividad el Valdefierro, Santo Domingo Juventud (Joaquín González), Oliver (La Camisera), Balsas Picarral (El Picarral), Montecarlo (José Luis Violeta) y Hernán Cortes (El Pirulí). La renovación de la superficie sintética de estos seis campos, los más necesitados de los 28 campos de fútbol municipales de Zaragoza en cambiar el césped, se hizo con un pliego con las mismas características que el que está sufriendo el Club Deportivo Ebro.

Mesa de contratación

Dotar a todos los barrios de Zaragoza de al menos un campo de césped artificial constituyó un gran avance para el fútbol de formación en Aragón. Durante las etapas de Luis Pastor y Manu Blasco como concejales del área de Deportes del Ayuntamiento, se cubrieron de césped artificial la mayoría de los campos municipales de la ciudad. Estos campos, desde hace más 15 años, han tenido una vida media de más de seis años hasta que el desgaste obligaba a la lógica sustitución. Esa era la pauta hasta este año. Afortunadamente, hasta el caso del Ebro, apenas había habido problemas destacables en los demás campos.

El extraño caso del Ebro, repleto de anomalías que hicieron necesaria repetir la mesa de contratación, nació el 7 de noviembre 2016 cuando apareció la licitación del césped y el pliego de claúsulas administrativas y técnicas. El 20 de enero 2017, el informe del Servicio de Instalaciones Deportivas propuso la exclusión de la licitación a la firma Mondo Ibérica. El 7 de febrero, un informe del interventor general argumentó por qué no procedía excluir a Mondo Ibérica. Ese mismo día se presentó la valoración de las dos empresas candidatas: Mondo y Fieldturf Poligras. El 26 de abril de 2017 se reunió la mesa de contratación para valorar el acuerdo del tribunal administrativo de contratos, que había fallado a favor del recurso de Fieldturf Poligrás, y decidió adjudicarle la renovación del césped a esta firma. El 17 de mayo de 2017 aparecío finalmente la adjudicación.

El nuevo césped artificial comenzó a cubrir el campo de La Almozara a principios de agosto, con visita incluida del concejal del área, Pablo Híjar. Al estar el campo en obras, el Ebro tuvo que mudarse hasta el barrio de Juslibol, al campo de San Pantaléon que gestiona el Amistad, para iniciar allí los entrenamientos de la pretemporada. La liga la pudo iniciar el Ebro en su campo, un campo que pintaba mal desde el principio y que ha ido deteriorándose a una velocidad desconocida durante los tres lustros anteriores en los campos municipales de césped artificial de Zaragoza. Unos campos, al menos seis, que van a sufrir ahora unas demoras imprevistas que deñarán a miles de futbolistas zaragozanos mientras el césped del Ebro es analizado en un laboratorio. También seguirá jugando en inferioridad el Ebro, con un césped indigno para competir en Segunda B y en culquier categoría. Y todo realizado con dinero público de los ciudadanos de Zaragoza. Unos campos municipales que nunca habían constituido problema alguno hasta la llegada de Zaragoza en Común al Ayuntamiento. Igual en la calidad del césped que en la absurda polémica de la renovación de concesiones a los campos municipales.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión