Golpe de mano en el frontón

Aragón vuelve a tener voz en la competición de pelota mano. Tras casi dos décadas de ausencia, la Territorial presume de un equipo en la división de bronce nacional de una especialidad que mira a la cantera para recuperar la gloria de antaño.

De izquierda a derecha: Carlota Albás, Albas II; Román Lobato, Lobato VI; Carmelo Blancas, Blancas II; Enrique Pérez, Bulín; Miguel Colás, Colás II; Sandra Melgosa, Melgosa II. Sentados, los niños de la Escuela de Pelota de la Territorial: Rubén Colás, Víctor Colás, Sofía Meijo, Iker Carod y Rubén Meijo.
De izquierda a derecha: Carlota Albás, Albas II; Román Lobato, Lobato VI; Carmelo Blancas, Blancas II; Enrique Pérez, Bulín; Miguel Colás, Colás II; Sandra Melgosa, Melgosa II. Sentados, los niños de la Escuela de Pelota de la Territorial: Rubén Colás, Ví
Oliver Duch

"¡Nos vemos en el frontón!". Es el grito de ánimo de los niños que forman parte de la Escuela de Pelota de la Federación Aragonesa. Un grito que resuena en el frontón, alto y fuerte, como el de la pelota cuando choca contra la pared. Un coro infantil, base desde la que se quiere levantar una modalidad que aspira a despojarse de la etiqueta de "invisible". La pelota vasca da el golpe en Aragón. "Trabajamos para que la pelota mano vuelva a tener importancia y presencia, y que sea un espectáculo más en el ámbito deportivo de la Comunidad como fue antaño", afirma la presidenta de la Territorial, Carlota Albás, Albas II en los carteles que anuncian los festivales.

Un deporte que en los años 70, 80 y 90 animaba los frontones de la Comunidad, y aportaba triunfos en las competiciones oficiales. "Pero la cantera no se cuidó, de ahí el vacío. Ahora tenemos motivos para recuperar la sonrisa, casi veinte niños y niñas que dan cuerpo a la Escuela de Pelota que nos ilusionan y nos permiten soñar", añade Miguel Colás, Colás II, nombre propio de esta disciplina y mano que dirige los primeros golpes de los pequeños pelotaris como técnico de la Federación.

El frontón del Stadium Venecia de Zaragoza en el escenario desde donde se ha empezado a construir un proyecto que, del pasado, mira al futuro. Una pelota mano transmitida de generación en generación. "De abuelos a hijos, a nietos, a primos... La saga de los Lobato, los padres y tíos han sido exquisitos jugando a la pelota; El Albas, un zurdo de referencia; Paco Velilla, padre de Daniel Velilla, todo un señor en el frontón; Javier Sainz, que jugó en individual, y Miguel Colás, bastiones del Centro Natación Helios...".

El relato va unido a la competición. Antes de 1994 se jugaba cada año un torneo Territorial con mucha animación. Duraba hasta tres meses, implicaba a muchos clubes –Stadium Casablanca, Venecia, Helios, El Soto, la Hípica, el Parque Sindical…– y recorría distintas localidades de Aragón: Jaca, Zaragoza, Cella, Teruel, Sarrión, Almudévar... "El Stadium Venecia, que llegó a ser campeón de España en Segunda División y finalista en Primera, dejó de jugar a nivel nacional en 1993. El último bastión de pelotaris fue el que formaron Carlos Escolano, Ángel Gascón, Gascón IV –hijo de otro pelotari emblemático del Venecia–, y mi padre, Carlos Albás, que también era zaguero zurdo. La crisis llegó a todos los clubes. En Helios cesó la actividad en 2003", evoca Albás.

Tiempos gloriosos para un presente que permite a la Territorial esbozar una sonrisa. La entidad maneja unas 300 licencias, dominadas por las modalidades de herramienta y frontenis. La pelota vasca ha ganado en número y, lo más importante, rompe barreras. "En España hay cerca de un centenar de pelotaris de mano; en Aragón, de cero se ha pasado a una veintena. Es un vuelco muy importante, se ve la luz, especialmente con las mujeres", resalta Carlota Albás, que creció admirando a los pelotaris de la casa, estudiando los botes, los materiales que dan forma a la bola, a estudiar los ángulos, a acariciar la piedra.

Su nombre forma parte del cartel que da cuerpo a la Emakume Master Cup, competición que nació el pasado año con la aspiración de convertirse en un referente para las mujeres pelotaris a nivel nacional e internacional. El torneo, que se juega por parejas y recorre distintos frontones del País Vasco, arrancará el último fin de semana de este mes, y Albas II estará de partida, junto con su alumna más aventajada, Sandra Melgosa.

25 años después, en el Nacional

Las paredes del Venecia cobran vida los miércoles y sábados. Por la tarde-noche, comienza el ritual: proteger la mano con mimo, preparar los esparadrapos, un poco de resina, los adhesivos, el taco… y a calentar. En la cancha, Lobato VI, Blancas II, Bulín y Colás II preparan el inicio del Campeonato de España de clubes de Segunda División, que para el equipo comenzará el 21 de enero. El club recupera su presencia en los torneos nacionales oficiales tras 25 años de ausencia, cuando cerró su etapa en la División de Honor. Un equipo entre los que se encuentran los actuales campeones de Aragón –los jaqueses Billy Abadía, Abadía II, y Carlos González, Calipo–, el riojano Asier Gómez, estudiante en la Universidad de Zaragoza y socio del Venecia, y los zaragozanos Miguel Colás –Colás II–, que además va a hacer las funciones de delegado, Carmelo Blancas –Blancas II–, Enrique Pérez –Bulín– y Román Lobato –Lobato VI–. Una nueva aventura con la que se aspira a mirar arriba, a la Primera División para dar el salto a la élite. Como antaño.

Parejas que mezclan veteranía y juventud, como las que exhibe el zaguero Román Lobato. "La joya de la corona", como asegura Miguel Colás, de la mano en la Comunidad: "Él sabe que tiene calidad, se lo tiene que creer. El seleccionador Mikel Landa está ansioso porque Aragón muestre ya pelotaris. Ramón podría ser un internacional, como lo fueron en herramienta Javier Mínguez, Daniel Velilla, David Caballero y Óscar Mercado".

Con 24 años, Lobato VI es un zaguero con una pegada enorme: brutal de derecha y seguro con la izquierda. Con una postura preciosista, empalma la pelota con facilidad y soltura, "Le cogí afición desde la grada, y mi padre me enseñó siendo muy pequeño, poco a poco. Me sacaba a jugar en los pueblos. Y me enganchó, es pasión", resume de forma breve, pero clara. La empresa Garfe, organizadora de festivales de pelota y que cuenta con una nómina de pelotaris entre los que sobresale el exprofesional riojano Titín III, que se retiró hace cuatro años, sigue los pasos del aragonés. "Llegar a ser profesional es el sueño de cualquier pelotari. He competido en Garfe, me he visto la cara con sus pelotaris, algunos campeones del mundo, y he dado el nivel", añade Lobato VI.

De pelotas de goma y frontball

Colocados tras la raya pintada en blanco, los pequeños Rubén, Víctor, Sofía, Iker y Rubén siguen con atención el peloteo de los mayores, sus ídolos y el espejo en el que mirarse. La cantera es la gran apuesta de la Territorial. "Es el gran motor. Hay un grupo de entre 14 y 21 niños y niñas que componen la Escuela y que están dispuestos a participar del deporte más bonito del mundo. La buena noticia es que tenemos chavales que no tienen ninguna vinculación afectiva con la pelota, lo cual quiere decir que esto llama a otros críos", destaca Carlota Albás.

La Escuela se puso en marcha en noviembre de 2015, y el poder de convocatoria es real. "La cuestión es probarlo. Todos los niños que han venido, se han quedado", asegura Colás. ¿Cómo se convence a los padres de que no tengan miedo porque su hijo juegue a pelota mano? "La mano es una disciplina complicada porque, para empezar, golpeas con la mano. Pero esto es un proceso de aprendizaje: les enseñas a entrenar, a calentar, a comportarse porque no pueden dar patadas a la pelota... Lo que tienen que tener claro es que si un niño se hace daño, no juega. Y no sufrirá porque las pelotitas son muy blandas, e incluso se empieza con bolas de espuma", explica Colás.

El técnico aún tiene más argumentos que refuerzan su empeño de que la pelota mano es atractiva. "De un frontón no van a sacar nada malo. Es un deporte muy noble. Nosotros somos educadores, les vamos a enseñar un comportamiento, a tener unos valores, un respeto –a sí mismo y al contrario–. En un frontón no se escuchan insultos ni barbaridades, como se oyen en un campo de fútbol, por ejemplo. Se crean unos lazos de amistad muy bonitos.Los niños se divierten", completa.

Y la Federación Aragonesa de Pelota sigue dando pasos, con una nueva iniciativa que, se espera, ejerza de gancho con los más pequeños: el frontball. "Tenemos que ser imaginativos. Es una disciplina que engancha porque es más sencilla, la pelota es de caucho amarillo y resulta atractivo. El proyecto que tiene la federación es entrar en enero al banco de actividades del Gobierno de Aragón, para llevar el frontball a los colegios, porque en cinco metros montas una cancha", concluye Carlota Albás.

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