La exitosa saga de los Arcega continúa en California con el fútbol americano

El zaragozano José Joaquín Arcega, hijo de Joaquín Arcega y sobrino de Fernando y Pepe, ha completado una sobresaliente temporada en la Universidad de Stanford y ya planea su salto al profesionalismo.

José Joaquín Arcega celebra un touchdown de esta temporada con la Universidad de Stanford.
José Joaquín Arcega celebra un touchdown de esta temporada con la Universidad de Stanford.
Stanford Football

Lleva el deporte en los genes y exhibe su talento con naturalidad en el día a día. Convertido en una de las grandes sensaciones de la liga universitaria de fútbol americano, José Joaquín Arcega, hijo de Joaquín Arcega y sobrino de Fernando y Pepe, está llamado a escribir su nombre (y su reconocido apellido) en el gran escaparate del deporte americano. JJ, como se le conoce en Estados Unidos, nació en Zaragoza hace 21 años, mientras su padre jugaba en el Helios y su madre, Valorie Whiteside, en el Cajalón. Joaquín Arcega terminó su dilatada carrera como base en Portugal, en Lisboa, donde JJ pasó la segunda etapa de su infancia. Entonces ya hablaba tan bien el inglés como el castellano.

Una vez retirado Joaquín, la familia al completo se trasladó a Estados Unidos, a la tierra de Valorie. Allí José Joaquín, que en seguida se convirtió en JJ, conoció el deporte y se enganchó. "Me encantaba el baloncesto, lo jugaba a todas horas. Era muy divertido y se me daba bastante bien", relata el zaragozano desde California.

Una tarde, después de jugar al baloncesto, probó el fútbol americano y vio que aquello se le daba especialmente bien. Le encantó. "Hubo un tiempo en el que tuve alguna duda entre el baloncesto y el fútbol americano, pero finalmente me decidí por el fútbol. Creo que fue un acierto", señala. Triunfó como jugador de instituto y muchas de las grandes universidades americanas llamaron a su puerta. Todos querían tener en su equipo a aquel receptor -esa es su posición- que ya se acercaba a los dos metros con apenas 18 años.

JJ Arcega.

JJ Arcega, con el cachirulo durante su etapa de instituto en Dorman.

Finalmente, JJ y su familia apostaron por Stanford, una prestigiosa universidad privada ubicada en Palo Alto, California. "Me ofrecieron una beca que era irrechazable. Sus instalaciones, tanto deportivas como educativas, son increíbles", subraya. JJ, que estudia relaciones internacionales, ha evolucionado tanto en apenas tres años que ya es el capitán del ataque y uno de los jugadores favoritos de los aficionados.

El zaragozano ha completado una temporada con números estelares: ha sumado nueve touchdowns y 781 yardas en 48 recepciones. Sus acciones han decidido partidos y ha sido un jugador determinante para el buen año de Stanford. En el último partido, hizo tres touchdowns, récord histórico del equipo universitario. "Individualmente y colectivamente, ha sido un gran año. He evolucionado mucho como jugador y siento que todavía puedo mejorar mucho más", explica el aragonés. "Quiero ser más rápido y más agresivo", agrega.

Su progresión ha sido tan meteórica, que incluso JJ y su entorno se han planteado en las últimas semanas presentarse al próximo draft de la NFL -la primera división nacional de fútbol americano-. "Es una posibilidad que estamos barajando. Si no es este año, será el siguiente con casi total seguridad", admite convencido de sus posibilidades de hacerse un hueco en la élite.

Lo que el aragonés tiene claro es que quiere ser un jugador profesional de fútbol americano. "Me gustaría ser un deportista profesional, continuar la saga de mis padres y de mis tíos. Trabajo cada día por ello y ojalá lo consiga", afirma con orgullo. Un orgullo que comparte emocionado su padre: "Venimos de una familia deportista y que siga nuestros pasos es una gran satisfacción para todos”, indica. Buenos consejos, desde luego, no le faltan: "Mis padres y mis tíos me ayudan mucho con sus recomendaciones. Me insisten en la importancia de estar a la altura cuando las cosas van bien y cuando van mal. Hay que tener una actitud positiva siempre", apunta.

Aunque JJ lleva varios años sin regresar a Zaragoza, explica que tiene prevista una visita "muy pronto", al tiempo que asegura que está "muy pendiente" de su familia aragonesa. "Tengo muy buen recuerdo de mis visitas de pequeño a Zaragoza. La familia, la comida, el ambiente… quiero regresar cuanto antes", concluye.

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