El relato comienza a escribirse hace cuatro décadas en Las Fuentes. Allí, dos enamorados del judo se afanaban en buscar un local para enseñar su pasión, un deporte del que han hecho su forma de vida. Jesús Sánchez y José Ángel Guedea encontraron en la calle Doctor Iranzo número 3 el escenario perfecto para impartir su sabiduría: "Entender el judo como un deporte y como una escuela de valores educativos". El 28 de diciembre de 1977 se iluminaba la puerta de entrada al Club Judo Las Fuentes, el valioso proyecto que durante 40 años han dado forma estos dos nombres propios del judo aragonés. "Nuestro objetivo era tener un sitio donde poder hacer judo cuando quisiéramos y crecer alrededor de lo que más nos gustaba. Nunca nos imaginábamos que podíamos llegar tan lejos", coinciden en valorar los fundadores.

El CJ Las Fuentes siempre se ha mantenido fiel a este barrio de Zaragoza; incluso cuando tres años después de nacer decidieron cambiar de sede, trasladando los tatamis a la calle Cardenal Cisneros 1-3 (entrada por camino Fillas), donde siguen actualmente. Es aquí donde este sábado ha celebrado a lo grande su redondo cumpleaños. De 10.30 a 12.00 ha habido un entrenamiento, que ha dado paso a un ágape en la cafetería del Centro de Historias (13.00 a 16.00).

"El club lo han formado –lo hemos formado– las personas que hemos estado entrenando, viviendo ilusiones, preparando competiciones, pasos de grado y forjando amistades, que forman parte de nuestra vida, alrededor de un arte que nos ha dado muchas satisfacciones. Supone un orgullo", expresa José Ángel Guedea, cinturón rojo-blanco, séptimo Dan, profesor especialista en judo pie, árbitro nacional y que desempeñó el cargo de entrenador de España de la categoría júnior.

Durante estas cuatro décadas, niños desde los seis años se han hecho mayores practicando este arte marcial, recomendado por la Unesco como una de las disciplinas más adecuadas para los más jóvenes. La primera lección que se traslada desde el tatami: entre dos personas, el saludo es un símbolo de respeto. "El judo tiene unas normas muy sencillas que desde pequeños se aprenden: respetar al compañero y obedecer las instrucciones del profesor. Orden y disciplina", reflexiona Jesús Sánchez, cinturón rojo-blanco, octavo Dan, técnico nacional, árbitro internacional, miembro de la Comisión Nacional de Arbitraje y durante doce años presidente de la Federación Aragonesa.

Judo formativo y judo de competición. 40 años que han regalado éxitos deportivos, que han engalanado las vitrinas del CJ Las Fuentes. La primera medalla en un Campeonato de España, lograda en 1985 por el infantil José Luis Veras; los más de 70 títulos nacionales; los podios formando parte del combinado de Aragón, que se aupó a lo más alto en los campeonatos de selecciones autonómicas en 1994 y 1995... Nombres propios que sobresalen en el palmarés sénior nacional e internacional, como Manuel Orgaz (campeón de España 1994-1996) y Sergio Domenech (oro 1997-1998-1999-2004), primer judoca español vencedor del prestigioso Torneo Villa de París, el Mundial oficioso, en 1998, encadenando después la plata mundial universitaria y la plata continental. La primera y única mujer que ha tenido Aragón en un podio de un Europeo, Alicia Salazar. Los últimos premios continentales de Daniel Requena y Alfredo Medrano en kata…

Guedea y Sánchez ponen en valor los trofeos, pero ensalzan su labor de enseñanza, con los viajes de los alumnos a la Universidad Kyoto Sangyo de Japón, para beber de la fuente del judo; o las concentraciones en Francia, donde surgió un especial vínculo con el maestro Jacques Leberre, antiguo campeón de Francia y de Europa, que acaba de cumplir 80 años y que ha sido el invitado especial a la fiesta de aniversario de este sábado en el CJ Las Fuentes. "Decimos que los profesores de judo no se jubilan nunca. Nosotros estamos encantados de seguir sobre el tatami y de disfrutar, con la misma pasión que el primer día, de nuestro deporte", concluyen.