«Ésta es, definitivamente, mi victoria más dulce, junto con mi primer título, porque es la última en la categoría 20 pulgadas. El próximo año cambiaré a la categoría de 26 y no he podido tener mejor broche», resume Abel Mustieles. La «leyenda española» en la bici de trial, como lo define la UCI (Unión Ciclista Internacional), ha vuelto a brillar en un Campeonato del Mundo, un trofeo que embellece aún más excelso palmarés. El Mundial urbano, que se ha disputado en la localidad china de Chengdu, no ha podido tener mejor cierre para el internacional aragonés, de 26 años, indiscutible número uno del planeta. «No me canso, esto me apasiona. El objetivo es seguir disfrutando», asegura.

Una vez más, Mustieles ha exhibido un arte exquisito para triunfar en la final y elevarse a lo más alto del podio. Ganó el pasado sábado y lo celebró con rabia, levantando los puños y exhibiendo la mejor de sus sonrisas. Mostró su autoridad sorteando los obstáculos haciendo evidente que no tiene rival. Sumó un total de 240 puntos, 20 más que el subcampeón, el alemán Dominik Oswald, y 30 que el vasco Ion Areito, quien completó el cuadro de honor. Otro nombre propio de esta disciplina, el navarro Benito Ros, se quedó rozando el podio con una más que meritoria sexta posición a igualdad de puntos (170) que el sueco Joacim Nymann (quinto).

El caspolino ha redondeado de forma magnífica su séptima temporada en la cima. Ha sido el hombre a batir en todas las pruebas que han dado cuerpo al calendario UCI Trials 2017. «Cuando di el salto a la élite, mi reto era superarme más que los demás. Estás arriba y te acostumbras a ganar. Y no quieres bajarte de ahí. La ambición sigue intacta como el primer día, y espero que dure muchos años», afirma Mustieles, que encadenó en 2013 y 2016 los títulos de campeón de España, de Europa, del Mundo, de la Copa del Mundo (que premia la regularidad).

Su irrupción en 2010 en el selecto grupo de pilotos ya dio que hablar: plata continental y mundial. A partir de ahí, Mustieles ha ido escribiendo páginas para la historia: siete veces medallista en Europeos –cuatro de ellas de oro: 2012, 2013, 2014 y 2016– y otras ocho en Mundiales, con seis oros en élite a los dos que posee en júnior en 2008 y 2009. Los dos primeros en categoría absoluta –2011 (Champéry, Suiza) y 2012 (Leogang, Austria)– llegaron a su casa tras retirárselos la UCI a Benito Ros por dopaje. Aunque el ciclista de Caspe no los contabiliza como éxitos particulares. Sí se enorgullece de los conquistados en 2013 (Pietermaritzburg, Sudáfrica), 2015 (La Massana, Andorra), 2016 (Vermiglio?Val di Sole, Italia) y el último que más brilla, el de Chengdu (China) que levantó el pasado sábado, y que se une al trofeo de la Copa del Mundo –el quinto–, certamen que ha dominado con autoridad al hacerse con la victoria en cuatro de las cinco pruebas programadas en el calendario.

El programa deportivo de Mustieles se compagina con su «otro rol profesional» que dio forma en 2014: la marca de bicicletas Clean Trials, en la que se implicó con sus progenitores, José Antonio e Isabel. El piloto aragonés diseñó y dio forma a una bicicleta personalizada, que crearon en la tienda que poseen y que comercializaron también por internet a todo el mundo. Un proyecto que adquirió eco internacional y que se convirtió en una empresa atractiva para nuevos inversores. En mayo de 2016 les contactó el grupo Excens, que tiene la marca Hebo, para un acuerdo de patrocinio. «Competir ya no es lo primerísimo, aunque siga con ganas. Ahora afronto un nuevo reto al pasarme a las ruedas de veintiséis pulgadas, que será un aliciente extra. Pero me hace más feliz ver a chavales con bicis Clean por la calle», concluye el flamante campeón del mundo.